Esa forma de trabajar los guió a una clasificación mundialista sin precedentes: en el segundo puesto de Conmebol, solo un punto por debajo de Brasil, y con rendimiento del 66.6% como visitante. Rompió rachas negativas de más de dos décadas en Lima, Asunción, Colombia y Uruguay.Si bien la mayoría de los jugadores habla de Bielsa como el generador de la mentalidad chilena que ahora los acompaña, Arturo Vidal piensa distinto y lo dijo precisamente antes de encarar esta Copa Confederaciones para el diario alemán Süddeutsche Zeitung: "Desde 1980 hacia acá nacimos los mejores jugadores de la historia de Chile. Y este momento que disfrutamos ahora, se dio porque hay muy buenos jugadores y además nos tocaron dos entrenadores muy buenos".Vidal fue contundente al ser cuestionado por la huella que dejó el argentino en su futbol."La idea que yo propongo es pensar sólo en atacar, así que no podría abundar mucho más. Trataremos de atacar todo el tiempo que podamos, de poseer la pelota todo el tiempo que podamos, de recuperarla rápido y de tardar en perderla".
"Bielsa no tuvo nada que ver, eso es algo que alguien inventó. A mí nunca me cambió nada, para mí no fue el gran cambio de Chile. Sampaoli y Pizzi nos hicieron funcionar bien y pudimos salir campeones, ellos sí lo lograron".
También los jugadores imprescindibles para La Roja lo han dicho: Sánchez, Medel, Jara, Isla. Marcelo Díaz lo explicó en mayo para el sitio oficial de la FIFA: "Antes el futbolista chileno era un poco más mediocre. Si te enfrentabas contra España, Brasil o Alemania, ya de entrada pensabas que ibas a perder. Ya no le tenemos miedo a nadie, porque sabemos que jugando en equipo le podemos hacer daño a cualquiera. Se quitaron los complejos".Chile hizo de Argentina su víctima en los dos campeonatos de Copa América, ahora buscarán que Alemania lo sea para ganar la competencia preámbulo del Mundial, que Pizzi se atrevió a plantear como posibilidad."Es indudable que con Bielsa hubo un cambio de mentalidad en el jugador chileno. Yo creo que Marcelo fue el gran revolucionario del fútbol chileno. Bielsa no les cambió la mentalidad solo a los jugadores: trascendió mediáticamente, socialmente, imprimió un sello, una identidad y la sociedad aceptó lo que propuso".