comic

Hablamos con Simon Hanselmann sobre empatía, internet y la arrogancia de querer cambiar el mundo

"No me quedaría a vivir en mis cómics, son horribles".
simonOK
Imagen vía Matthew James-Wilson

La semana pasada, Simon Hanselmann, creador de la serie Megg, Mogg and Owl vino a España. Lo hizo para presentar El mal camino, su último libro, editado por Fulgencio Pimentel. En él, la bruja de piel verdosa y sombrero puntiagudo, su novio el gato y el resto de sus colegas vuelven a personificar las características que han llevado a Hanselmann a convertirse en un autor de culto para toda una generación: una relación ambivalente con el sexo y las drogas, la normalización de la depresión, la ansiedad y los problemas familiares y la precariedad material, moral y de espíritu de quien se piensa muy especial pero sabe que, en el fondo, es la misma mierda que el resto.

Publicidad

Su editorial nos dijo que en su estancia en España sólo comería en McDonald's y nos invitó a ir a uno con él. Finalmente y por cuestiones de tiempo no pudimos almorzar con Hanselmann, que en su corta estancia en nuestro país no paró de firmar ejemplares en la Feria del Libro ni de salir en stories de after con peña del círculo literario de la capital. Así que le enviamos unas cuantas preguntas por WhatsApp que nos respondió por nota de voz, desde una terraza y sospechamos que de resaca. Todo muy Megg, Mogg y Owl. No podía ser de otra manera.


MIRA:


VICE: Ey, Simon. No hemos podido ir contigo a uno, pero nos han dicho que durante los días que ibas a pasar en España solo ibas a comer en McDonald's. ¿Por qué rechazas nuestra gastronomía, tío?
Simon Hanselmann: Ey, hola, VICE, vayamos con esto. Va a ser aburrido para vosotros escucharme hablando todo el rato de mí. No es que rechace la comida española, he comido muchos tacos y mucha comida típica de aquí. Tampoco es que me encante la comida americana de mala calidad, y sé que la de McDonald's es ultraprocesada, pero le sienta bien a mi cuerpo. Me cae bien en el estómago, así que cuando estoy en el extranjero a menudo como McDonald's porque sé que así no me pongo enfermo, no como cosas raras que no sé si me van a hacer mal a la tripa.

Has hecho muchas cosas en nuestro país. Has firmado ejemplares de tu nuevo trabajo en la Feria del Libro y has salido de fiesta. También te ha entrevistado David Broncano. ¿Cómo fue con él?
Bastante surrealista. Me bajé del avión después de 26 horas de viaje y fui directamente a su programa. No sabía dónde me estaba metiendo. Durante estos días en España he estado saliendo con chavales queer y personas trans, y parece que no tienen una opinión muy buena de él y dicen que su audiencia es un poco chunga. Pero fueron amables conmigo, estuvo divertido, hice un montón de chistes extraños y me lo pasé bien. Creo que los asusté, el productor me echaba unas miradas bastante extrañas. Me fui de allí en cuanto que acabó. Pero bueno, el vídeo tiene casi un millón de visitas en YouTube, es buena prensa para mí así que no voy a quejarme. Estuvo bien.

Publicidad

En una entrevista con nosotros en 2014, dijiste que el 70% del contenido que plasmas en tus comics es autobiográfico. ¿Qué situaciones reales de la vida cotidiana hay reflejadas en El mal camino?
Sí, claro. Mucho de lo que hay en mi trabajo es autobiográfico, también en este libro. Mi madre y sus cosas, sus problemas con las drogas y yo teniendo que lidiar con ellos, además de con el desempleo y con estafarle dinero al Gobierno fingiendo estar más deprimido de lo que realmente estoy. Pero eso no es verdad, no recibí dinero del Gobierno por estar deprimido. Aun así es bastante autobiográfico, la verdad. No soy escritor, simplemente escribo sobre lo que vivo, sobre mi vida.

¿Hay un "buen camino"?
Pues no lo sé, yo aún lo estoy buscando. A ver, ya sabes, se puede ir por mejor camino si intentas ser respetuoso con la gente, amar a tu familia si son gente a la que se puede amar porque mucha gente tiene familias de mierda y es imposible amarlas. Pero bueno, supongo que el buen camino es ese, simplemente tratar de estar sano, ser respetuoso, no joder a la gente y no ser un gilipollas.

"Siempre se trata de empatía, de respetar al otro. Internet está haciendo todo muy raro"

¿Con cuál de los protagonistas de tus historias te resultaría más sencillo convivir?
Con Búho, obviamente. Paga su alquiler, tiene la casa limpia. No se puede vivir con Werewolf Jones, lo he hecho en el pasado y es horrible. Te roba todo el dinero, hay desastre por todas partes, dildos en la mesa de la cocina y migas en la mantequilla. Así que elegiría a Búho.

Publicidad

Reflejas problemas bastante comunes de la peña joven —no poder pagar el piso, los trabajos precarios, la desidia existencial, la gran brecha entre expectativas y realidad…— ¿Cuáles son tus preocupaciones y cuáles crees que son nuestras mayores preocupaciones como generación?
Oh Dios mío, esa una gran pregunta, VICE. Supongo que se trata de empatía. Siempre se trata de empatía, de respetar al otro. Internet está haciendo todo muy raro, está genial que todo el mundo tenga voz pero también estamos todos discutiendo en línea todo el rato, nos hemos alejado de nuestras comunidades y pensamos en lo global, lo cual está bien, pero también estamos lidiando con los problemas de todo el mundo todo el rato, recibiendo constantemente malas noticias, y eso es algo bastante deprimente. Es bonito y jodido a la vez. Todavía estamos explorando la tecnología.

¿Tienes alguna intención de transformar la sociedad con tu trabajo o simplemente de ponerla ante un espejo para que veamos la mierda que es todo?
Yo escribo sobre mi propia experiencia, sobre el hecho de estar vivo. No soy lo suficientemente arrogante como para pensar que puedo transformar la sociedad con un cómic de humor, pero sí que pienso que alguna gente puede sacar algo de él. Creo que está bien que la mayoría de personajes sean queer de alguna manera, no abiertamente pero sí de una manera sutil. Y creo que eso es un progreso, que es bueno para la gente. El otro día estaba de fiesta y alguna gente me dijo que se sentía identificada con los personajes, con sus fobias sexuales, con su adicción a la pornografía… Y bueno, supongo que esos personajes ayudan a que la gente se abra.

Publicidad

¿Recuerdas el primer cómic que dibujaste y escribiste?
Empecé a autoeditar cómics cuando tenía ocho años, como en 1989. Probablemente fue una copia de Garfield, copiaba cosas que ya existían. Era un niño y no tenía aun autonomía creativa, así que supongo que fue algo así.

"No soy lo suficientemente arrogante como para pensar que puedo transformar la sociedad con un cómic de humor, pero sí que pienso que alguna gente puede sacar algo de él"

¿Te quedarías a vivir en El mal camino?
Es bastante autobiográfico, así que supongo que ya vivo en él. Pero no, no me gustaría hacerlo, porque es bastante deprimente. Me encantaría que mi madre no hubiera sido drogadicta, y que hubiera tenido más ayuda del Estado y la sociedad la ayudara más. Siendo hija única, dependía totalmente de mí. La verdad es que no, qué horror. No me gustaría vivir en mis cómics, son horribles.

Y si tuvieras que vivir en alguno que no fuera tuyo, ¿en cuál elegirías hacerlo?
A ver, no me gustaría vivir realmente en ningún comic, son un medio para entretenerse, son solo dibujos y palabras. Pero supongo que si me obligasen a ello elegiría Garfield. No sé, vive en una caja bajo una manta y come lasaña. Parece tener una vida bastante bonita y libre de problemas.

El sexo tiene bastante importancia en tus cómics. ¿Por qué crees que somos la sociedad más hipersexualizada de la historia, pero también la que menos folla?
Probablemente por los ordenadores. Con internet y la pornografía tenemos acceso a todo el contenido sexual que queramos, en cualquier momento y de cualquier tipo. Lo hablaba con alguien la otra noche, me contaba que, de ver tanta pornografía y como su pareja la veía también habían llegado al punto de que no podían tener sexo entre ellos. Creo que todo pasa por internet, por la adicción al porno, la masturbación… son cosas demasiado buenas. Hay menos romanticismo, menos amor. Es bastante deprimente.

Empezaste a travestirte y a tratar cuestiones de género antes de que el debate sobre estos asuntos estuvieran tan presentes. ¿Has notado alguna diferencia en estos últimos meses o años al respecto?
Los comienzos son siempre bastante difíciles. Ya sabes, para las personas trans, queer, homosexuales, de género fluido… Y creo que nuevamente por culpa de internet las cosas se han visto exacerbadas. Todo el mundo habla sobre ello ahora mismo, y se está optando por la vía de la libertad y el respeto, pero también hay mucho odio, muchos gobiernos de derecha, muchos crímenes de odio… La gente tiene miedo, se está asustando. No tengo respuestas fáciles para estas cosas. Creo que, como he dicho antes, se trata de empatía. Todo lo que existe es completamente natural, así que se trata solo de respetar a las personas y dejar que hagan lo que quieran.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

Suscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado.