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Cultură

Los españoles hacemos 37 celebraciones al año ¿Tenemos algo que celebrar?

Celebramos una media de 37 cosas al año aunque nadie sabe muy bien cuáles ni por qué.

Alguna vez has celebrado algo, ¿no? Claro que sí, todos tenemos algo por lo que alegrarnos. Esa operación ha salido bien y no tienen que cortarle la mano a Carlos. Bien. Descorchemos una botella de cava catalán y brindemos por ello. Será una gran fiesta, la llamaremos "La fiesta de la mano de Carlos" y haremos jodidas camisetas con esto de "La fiesta de la mano de Carlos". Más cosas: está el Año Nuevo. Esto se supone que hay que celebrarlo. Los cumpleaños también. La gente los celebra y se hacen regalos. Y bueno, creo que esto es todo, hasta aquí hemos llegado. No hay nada más que celebrar. ¿Unas bodas de plata? Vale, lo metemos dentro del saco de cosas celebrables, al fin y al cabo vivir al lado de un anciano siempre es un gran mérito. Pero poco más. A mí esto de las celebraciones no me va mucho, yo solamente celebro una cosa al año, las llamadas "noches de fideos". Nos reunimos yo y un colega, compramos quince sobres de noodles instantáneos de distintos sabores y los hervimos todos juntos. El sabor es espectacular pero en las "noches de fideos" lo más importante no son los fideos, es la amistad. Eso es lo que celebramos esas noches. La amistad.

En fin, teniendo esto claro —que no existen tantas cosas que celebrar a lo largo de un año—, hay algo que no me deja dormir. Según el primer Barómetro de la Celebración en España de la agencia Ketchum, que analiza los "hábitos y tendencias en las celebraciones de nuestro país", los españoles realizan una media de 37 celebraciones anuales. En serio, ¿37? ¿Treinta y siete? Ni una más ni una menos. Joder, ¿España se está hundiendo y su población se dedica a hacer 37 celebraciones? ¿Qué celebran estos tipos —nosotros—? A nadie le pasan 37 cosas buenas en un año, seamos sinceros, esto es IMPOSIBLE.

Venga, se me ocurren unas cuantas cosas que podemos celebrar. Celebremos que llevamos casi tres meses sin un nuevo presidente del gobierno. Celebremos todos los casos de corrupción que están desprestigiando —aún más— la política de este país. Pero celebremos cosas más sencillas, tampoco hay que esperar a los grandes eventos. Celebremos que tu colega Jordi se ha ido a vivir a Alemania porque aquí no encuentra trabajo y allí al menos puede dedicarse a fregar platos; celebremos que no lo vas a volver a ver en tu vida pero como es muy activo en Facebook no pasa nada. Tengo una idea para una fiesta, la llamaremos la fiesta de " he espiado el móvil de mi pareja y he descubierto que lleva tres años viéndose con un fotógrafo portugués llamado João". Celebremos que tu primo de 20 años acaba de tener un hijo con su novieta de 19 años, celebrémoslo con bañeras de hipocresía. Celebremos que la marcha atrás o el condón no les han terminado de funcionar a esos dos. Celebremos que la ley del mercado esté sustituyendo librerías, tiendas de discos, salas de conciertos y cines por McDonald's o tiendas de ropa, negocios que ya han ocupado gran parte de las ciudades españolas. Celebremos lo que sea pero celebremos algo. Lo bueno, lo malo y lo intrascendente. Venga chicos, tenemos que llegar a los 37. A mí me quedan 36, ya sabéis, "noches de fideos".