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Identidad

En este pueblo intentaron crear una utopía atea y fracasó

Liberal, en el medio-oeste americano, fue fundada bajo los preceptos del 'pensamiento libre', pero en poco más de veinte años la utopía atea y cientificista se desvaneció.

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A simple vista, la población de Liberal, en Missouri, no se diferencia de cualquiera de las otras diminutas localidades que salpican el Medio Oeste de EUA. Cuenta con un aletargado distrito financiero y una sola gasolinera para dar servicio a sus 750 residentes. Más de media docena de iglesias se encuentran repartidas entre las hileras de casas que componen su casco urbano. Después de todo, esta es una de la regiones más religiosas del país, con una población cristiana evangélica cada vez más numerosa.

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Pero no siempre ha sido así, y la prueba más clara de ello la encontramos en los carteles con los nombres de las calles: Darwin Street e Ingersoll Street (en referencia al conocido ateo del siglo XIX, Robert Ingersoll) son solo algunos ejemplos. Cuando los habitantes de Liberal se dirigen a misa todos los domingos, lo hacen recorriendo avenidas con los nombres de los principales promotores del ateísmo.

Walser afirmaba que Liberal no tendría 'Dios, Infierno, Iglesia o taberna'. Sería un oasis de ateísmo en un país dominado por la Biblia

Los nombres de estas calles se remontan al año 1880, cuando George Walser, un acaudalado fiscal de la vecina localidad de Lamar, adquirió 800 hectáreas de terreno para levantar una ciudad en la que solo residirían personas con una mentalidad similar a la suya, individuos que en aquel entonces llamaban "librepensadores" o "liberales".

Walser afirmaba que Liberal no tendría "Dios, Infierno, Iglesia o taberna". Sería un oasis de ateísmo en un país dominado por la Biblia. Y durante un tiempo, pese a la contundente oposición con la que se encontró, Walser logró ceñirse a esos principios. Pero las convicciones de Walser cambiaron con el tiempo, e inevitablemente la ciudad también cambió.

Hoy no queda ni rastro de la Universidad del Pensamiento Libre, fundada en 1886 para impartir cursos "al margen de las restricciones de la Biblia o de cualquier credo o ismo"

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"Ya no queda mucho", me informó en una visita reciente Willis Strong, voluntario de la sociedad histórica del condado y antiguo propietario del Liberal News. "Se lo han cargado todo".

Hoy no queda ni rastro de la Universidad del Pensamiento Libre, fundada en 1886 para impartir cursos "al margen de las restricciones de la Biblia o de cualquier credo o ismo". No queda indicación alguna que señale que los domingos, en lugar de ir a misa, los residentes de Liberal se reunían para celebrar un equivalente de las charlas de TED a finales de la década de 1800. Ni siquiera sigue en pie Catalpa Park, la majestuosa casa que Walser se hizo construir y que se derribó para poder explotar el yacimiento de carbón sobre el que se alzaba.

"Podría haber sido una atracción turística durante muchos años", se lamenta Strong.

Los lugareños no hablan nunca del pasado de la ciudad

Pese a que es natural que el tiempo borre las huellas del pasado, Strong es de los que cree que, más que olvido, en Liberal se ha producido una disociación radical del ayer.

En el Mary's Flower Cart Café, en la calle principal, los parroquianos hablan del ganado, el tiempo y el precio del grano. La dueña, Mary Toney, me aseguró que los lugareños no hablan nunca del pasado de la ciudad.

"Se muestran muy reservados y no quieren que se les relacione con eso", añadió.

Sin embargo, los visitantes ocasionales que recibe la ciudad muestran más interés por la Liberal de antes. Toney está convencida de que atraerían aun más turistas si se esforzaran por resaltar los aspectos que hacen de Liberal una ciudad especial.

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"Esta es la única ciudad que se fundó exclusivamente basándose en una idea", señaló Toney, quien también suele acudir a misa regularmente, "y creo que deberíamos aceptarlo. No la idea en sí, sino nuestra historia".

Cuando Walser fundó Liberal, la anunció como "la única ciudad de Estados Unidos creada exclusivamente para el liberalismo", y llevaba razón. Si bien es cierto que durante la década de 1800 se habían establecido varias comunas, en todas ellas la presencia de la religión era patente.

Aunque es fácil pensar que Liberal se convirtió en una especie de caldo de cultivo de ideologías protocomunistas y de izquierdas, Walser vendía terreno a quien se mudara a Liberal y los negocios que allí se establecieron eran completamente independientes.

Hacia 1890, el censo de la población se situaba en 546 residentes. La llegada del ferrocarril y la riqueza de recursos naturales de la región habían contribuido al crecimiento de Liberal, aunque este no estuvo exento de tensiones. Un año después de la fundación de la ciudad, William Waggoner, quien poseía tierras que lindaban con Liberal, solicitó que se ampliaran los límites de su propiedad e invitó a la comunidad cristiana a establecerse en sus tierras.

En respuesta a su provocación, Walser levantó una alambrada de espinos. En un escrito de 1883, expresaba su convicción de que la ampliación solicitada por Waggoner "respondía al propósito de fomentar la inmigración de cristianos hasta superar en número a los habitantes de Liberal y echar por tierra el proyecto". Finalmente, Walser halló una solución sencilla: adquirió la tierra de Waggoner.

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El centro de Liberal en la actualidad

La mayor amenaza para Liberal llegó un año después con la fundación de la vecina ciudad de Pedro, entre cuyos habitantes había una importante comunidad cristiana. En 1885, el predicador Clark Braden hizo una visita a Liberal para rebatir los argumentos de los que él llamaba "infieles", pronosticando la desaparición de la población y el auge de Pedro como ciudad modélica.

El profesor de Estudios Religiosos David Embree, de la Universidad del Estado de Missouri, explicó que en sus comienzos, Liberal gozaba de los beneficios de una mentalidad del "vive y deja vivir" respecto a sus fronteras. Una actitud que sigue vigente hoy día en la ciudad, según aseguró Embree, que también aseguró que en la región hay más diversidad de la que la gente se imagina.

Liberal se convirtió en un hervidero de espiritualismo, con campamentos llenos de médiums que atraían a miles de curiosos a Catalpa Park

Pese a ello, "resulta muy, muy complicado seguir funcionando como comunidad basada en la oposición a algo", aclaró Embree. "Si lo único que tienes es el hecho de estar en contra de una idea o forma de pensar, no vas a llegar muy lejos".

El fin de Liberal, sin embargo, probablemente llegó de la mano del propio Walser. La primera taberna abrió sus puertas en 1887, y dos años después él mismo autorizó la construcción de una iglesia metodista. Las razones por las que lo hizo no están del todo claras. Lo único cierto es que en aquel entonces, las creencias de Walser estaban en pleno proceso de transición. Al poco, Liberal se convirtió en un hervidero de espiritualismo, con campamentos llenos de médiums que atraían a miles de curiosos a Catalpa Park. En 1909, Walser publicó The Life and Teaching of Jesus, en el que anunciaba que se había convertido al cristianismo.

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Hoy no hay nada que dé al visitante una idea de qué llevó a los pobladores originales de Liberal a establecerse allí, a diferencia de lo que ocurre en las vecinas New Harmony o Indiana, por ejemplo, donde un museo marca la ubicación de dos comunidades utópicas de una joven América, la segunda de las cuales, según me contó Embree, se asemeja mucho a la visión de Walser.

El único vestigio del pasado de la ciudad es su cementerio, erigido desde el principio por Walser y que todavía hoy se utiliza

Para muchas personas, como Strong, se trata de una oportunidad desperdiciada. En la actualidad, Liberal no tiene mucho que ofrecer a los visitantes. Tras una inundación en 1980, la mayoría de los comercios de la ciudad se trasladaron a ciudades de mayor tamaño. En este éxodo, Liberal perdió su último colmado.

El grupo cívico al que pertenece Toney obtuvo un permiso para colocar una señal junto a la autopista para dar la bienvenida a los conductores a la "extraña ciudad de Liberal", en referencia al título de un libro publicado en 1963 sobre los inicios del asentamiento. Sorprendentemente, incluso esta referencia tan indirecta a la historia de la ciudad provocó cierto descontento entre sus habitantes, quizá porque un título así implicaba que ellos eran los extraños, según Toney.

Por ahora, el único vestigio del pasado de la ciudad es su cementerio, erigido desde el principio por Walser y que todavía hoy se utiliza. Las tumbas forman un círculo alrededor de un gran espacio abierto en el que debía estar enterrado Walser, de forma que, según la leyenda, sus seguidores pudieran ser los primeros en verlo en caso de que resucitara.

Una historia que no encaja en absoluto con la imagen de un acérrimo ateo. En cualquier caso, poco importa, porque cuando falleció en 1910, su esposa pidió que lo enterraran en Lamar, la ciudad de al lado.

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Traducción por Mario Abad.