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Sí, las abejas siguen muriéndose

Nuevos estudios tratan de develar el misterio de esta historia: ¿por qué las abejas se están muriendo? ¿Por qué?

Por solo una vez, ¿no quisieras poder leer una historia sobre abejas y descubrir que hay buenas noticias? Imagina un titular que diga: «¡Las abejas no están muertas, solo estaban escondidas!». Realmente sería bueno, ¿no?

Lo sentimos, pero te estaríamos mintiendo.

En un detallado estudio publicado recientemente, los investigadores de la Universidad de Maryland decidieron deprimir a todo el mundo una vez más. Resulta que entre abril del 2014 y abril de 2015, los apicultores perdieron 42 por ciento de sus abejas. Ésta es la perdida anual más grande de la historia. Esto apesta.

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abejas

El anuncio—musicalizado con unos tristes violines de fondo tocando Perfect Day de Lou Reed—, corona el estudio intensivo de un año. Más de 6 mil apicultores fueron encuestados, desde el amateur que tiene unas colmenas en su patio, hasta el productor a gran escala. Los resultados fueron lúgubres en todos los ámbitos. Lo más cercano a una buena noticia aquí es que las pérdidas de invierno disminuyeron por una fracción de un punto porcentual. Por supuesto, ese detalle placentero fue neutralizado para las estadísticas de perdidas del verano: un 10 por ciento más arriba que el año previo.

«Tradicionalmente vemos las pérdidas de invierno como el indicador más importante de salud, porque sobrevivir al frío invierno es una prueba crucial para cualquier colonia de abejas», dijo Dennis van Engelsdorp, profesor de entomología. «Pero ahora sabemos que los números de pérdidas del verano son significantes también. Esto pasa especialmente con los apicultores profesionales, que ahora están perdiendo más colonias en el verano (en comparación con el invierno). Hace años esto no sucedía.

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Las varroas mites, sospechosas del colapso de las colonias de abejas, pueden ser las responsables de las pérdidas a baja escala, aunque los apicultores de gran escala generalmente rocían veneno para matarlas. Los investigadores de la Universidad de Maryland creen que la crisis va más allá de las verroas. Otros posibles culpables han aparecido intermitentemente. La teoría de que los teléfonos celulares matan abejas ha sido descartada. Otros males potenciales, como la jalea de maíz alta en fructosa y los pesticidas neonicotinoides, aún se están investigando.

Un representante de Bayer (un gran productor de neonicotinoide) le dijo al Washington Post que «no es para nada inusual» que existan tantas abejas muertas. Si eres de esos que creen en las conspiraciones, esto parece de verdad algo muy, muy malo. Ahora si realmente quieres zambullirte en el pesimismo, sal y anótate en un tour de colmenas.

Este invierno visité las colmenas de abejas de mi padre; y fue como ver un cementerio desolado. Ni una sola abeja logró sobrevivir. De forma similar, Joe Langford de VICE, quien cría abejas en un techo de Brooklyn, perdió todas sus colmenas en el invierno. No pude siquiera reemplazar las abejas perdidas. «Tanta gente perdió sus abejas este año, que se ha hecho muy competitivo el encontrar nuevos abastecimientos», dice Langford.

Y como si todo eso no fuera suficiente, el coautor del estudio, Keith Delaplane, dice que la pérdida de abejas probablemente indica un problema mucho más grande en el mundo. Él le contó a AP: «Lo que estamos viendo como un problema de abejas es en realidad una señal abrumadora de que algo realmente malo está pasando en nuestro agroecosistema».

Entonces, olvídalo. No hay titulares esperanzadores en este tema aún.