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Esta mujer se embriaga con el alcohol que su propio cuerpo produce

Su condición, conocida como "síndrome de fermentación intestinal", provoca que se embriague aunque no haya bebido una sola gota de alcohol.
Photo via Flickr user Jeremy Brooks

Una mujer de 35 años de Buffalo, Nueva York, manejó borracha a casa y el oficial de policía que la orilló se sintió orgulloso por detenerla. Con el contenido de alcohol en la sangre de 0.33 por ciento, (más de cuatro veces el límite legal), la conductora estaba en el punto de la borrachera en el que uno suele quedarse dormido.

Esto sucedió el año pasado, pero ahora ella está completamente libre de culpa, gracias a algunas acrobacias legales y a una característica insólita de su organismo. El abogado fue capaz de retirar los cargos al demostrar que el cuerpo de la mujer produce su propio alcohol, lo que la lleva a un estado natural de embriaguez.

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LEE: Distintos tipos de alcohol producen distintos tipos de borrachera.

No es broma. Los cuerpos de algunas personas producen un exceso de levadura de los alimentos y bebidas normales que queda atrapada en el intestino delgado, donde se convierte en alcohol que se absorbe directamente en el torrente sanguíneo. La condición, conocida como "síndrome de auto-cervecería" o "síndrome de fermentación intestinal", es raro, pero emborracha literalmente a quienes la tienen incluso cuando no han estado ni cerca de un licor.

"Están legalmente borrachos, pero están caminando. Están funcionando", le dijo el Dr. Anup Kanodia, que estudia el síndrome de auto-cervecería, a Buffalo News sobre aquellos que sufren de este trastorno. "Hay personas que se emborrachan sin beber nada de alcohol".

Sin embargo, la mujer en cuestión parece haber ido un poco más allá de una borrachera ligera cuando fue detenida en octubre pasado.

Buffalo News informa que la mujer, una maestra de escuela, fue detenida poco después de las 7 de la tarde cuando la policía dice que observó su Toyota Corolla 2010 "en zigzag" y produciendo "una gran cantidad de humo y un olor perceptible a goma quemada". La llanta delantera del auto también estaba ponchada y la conductora "exhibía ojos vidriosos y enrojecidos y dificultad para hablar. Reprobó varias pruebas de sobriedad.

La mujer no había consumido más de tres bebidas antes de conducir, tomadas entre el mediodía y las 5.45 de la tarde: es más que una probadita, pero para nada cerca de tener el contenido de alcohol en la sangre que marcó. Muchas calculadoras de alcoholemia te dirán que una mujer de 63 kilos necesita tomarse una decena de bebidas en una sola hora para llegar a ese nivel de borrachera.

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Confundido por su inexplicable y profunda embriaguez, el abogado de la mujer, Joseph Marusak, contactó a Barbara Cordell en Panola College en Texas, quien publicó un estudio en 2013 que involucra a un hombre que experimentó embriaguez severa sin beber. Cordell puso a Marusak en contacto con Kanodia, quien le diagnosticó el síndrome de la fermentación intestinal.

Para llegar al diagnóstico, dos enfermeras y un asistente médico pasaron un día con la cliente de Marusak durante el cual ella no bebió alcohol y supervisaron su contenido de alcohol en la sangre. Al final del día se registró un 0.36, una lectura muy alta. (El límite legal para manejar en el estado de Nueva York es de 0.08). La mujer luego utilizó un alcoholímetro para observar su contenido de alcohol en la sangre durante casi 20 días, registrando un nivel de alrededor de 0.2 cada noche.

Con el diagnóstico en mano, el juez desestimó el caso el 9 de diciembre. No obstante, la táctica solo funcionó porque la mujer en cuestión no sabía que tenía esa enfermedad. Las personas con condiciones que puedan perjudicar su manera de conducir deben tomar precauciones para asegurarse de que están cumpliendo con la ley.

"Ella no tenía idea de que tenía esta condición. Nunca se sintió borracha. Nada", dijo Marusak. Y a pesar de la elevada tasa de alcoholemia, el comportamiento de ebriedad no es la norma. "Ella puede registrar un contenido de alcohol en la sangre que harían que tú o yo cayéramos borrachos, pero puede funcionar", le dijo Musarak a Buffalo News.

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La mujer ahora está en una dieta baja en carbohidratos, la cual modera el síndrome de auto-cervecería. Desafortunadamente para ella todavía no está fuera de peligro. La oficina del fiscal de distrito del condado de Erie dice que apelará el fallo y tratará de restablecer los cargos.

Kornodia estima que el 95 por ciento de las personas con síndrome de auto-cervecería no tienen ni idea de que lo tienen. "No es un invento", le dijo Thomas Trbovich, un abogado penal en la zona de Buffalo, a Buffalo News. "Puedo imaginar a muchos más abogados tratando de utilizar esto como una defensa si este caso es un éxito".

Pero otros dicen no tan rápido.

"A primera vista, parece como una carta para salir de la cárcel", Jonathan Turley, profesor de derecho en la George Washington University, le dijo a AP. "Pero no es tan fácil. Los jueces son escépticos. Tienes que ser demostrar el síndrome con pruebas médicas irrefutables".

Aunque la mujer de Buffalo fue capaz de demostrar que su cuerpo es una fábrica de cerveza, la condición es todavía escasa. La mayoría de la gente continuará recibiendo su penalización por conducir ebrios de la manera antigua.