Chris Bracey (también conocidó como el "Padrino del neón") es el dueño de God’s Own Junkyard, un vertedero luminoso que alberga la colección de luces de neón más grande del mundo. Además de coleccionarlas, Bracey es el creador de todas estas piezas y muchas de ellas han aparecido en películas como Blade Runner, Charlie y la fábrica de chocolate y Eyes Wide Shut, entre otras.
Bracey lleva más de 25 años dedicándose a esto y, según explica en el vídeo de aquí abajo, el neón es casi como una adicción visual addiction a la que ha quedado enganchado sin remedio.
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Chris Bracey - A short film about the 'Godfather of Neon' for Liverpool Love de Liverpool Love.Bracey explica a UnknownEditors de dónde viene el nombre de God's Own Junkyard (el vertedero de Dios): "Leí un libro sobre un arquitecto de los 60 al que no le molaba la América urbana porque está llena de todos esos carteles de películas, gasolineras, casinos y casas de apuestas, diners en la Ruta 66 y muchos otros enormes carteles que aparecen en medio del paisaje. Dijo que habían convertido el país de Dios en el vertedero de Dios y pensé, eso es, justo lo que tengo yo aquí. Tengo toda esta porquería del vertedero de Dios. Me encantan estas cosas, creo que si Dios tuviera un vertedero lo tendría lleno de estas luces de neón porque creo que a Dios le flipa esta mierda. Para mí es algo que tiene mucha magia.”Aquí abajo puedes darte un pequeño paseo por el paraíso de neón de Bracey:
"With neon it's like a creature of night..it comes alive after dark."
Aquí encontrarás más información sobre God's Own Junkyard.
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Bracey lleva más de 25 años dedicándose a esto y, según explica en el vídeo de aquí abajo, el neón es casi como una adicción visual addiction a la que ha quedado enganchado sin remedio.Chris Bracey - A short film about the 'Godfather of Neon' for Liverpool Love de Liverpool Love.Bracey explica a UnknownEditors de dónde viene el nombre de God's Own Junkyard (el vertedero de Dios): "Leí un libro sobre un arquitecto de los 60 al que no le molaba la América urbana porque está llena de todos esos carteles de películas, gasolineras, casinos y casas de apuestas, diners en la Ruta 66 y muchos otros enormes carteles que aparecen en medio del paisaje. Dijo que habían convertido el país de Dios en el vertedero de Dios y pensé, eso es, justo lo que tengo yo aquí. Tengo toda esta porquería del vertedero de Dios. Me encantan estas cosas, creo que si Dios tuviera un vertedero lo tendría lleno de estas luces de neón porque creo que a Dios le flipa esta mierda. Para mí es algo que tiene mucha magia.”Aquí abajo puedes darte un pequeño paseo por el paraíso de neón de Bracey:
