Varios veganos nos cuentan lo que aguantan día a día

FYI.

This story is over 5 years old.

veganismo

Varios veganos nos cuentan lo que aguantan día a día

"¿No comes carne? ¿pescado tampoco? ¿entonces, qué comes?" y un largo etcétera de preguntas molestas.

A menudo me da la sensación de vivir en otro mundo… "¿No comes carne? ¿pescado tampoco? ¿entonces, qué comes?" Son algunas de las típicas preguntas a las que se tiene que enfrentar un vegano día tras día.

Y es que, si un amigo tuyo ha decidido dar este paso notarás que físicamente es igual, pero su conciencia ha dado un giro radical. Comprometerse a eliminar el excesivo e innecesario sufrimiento animal de nuestras vidas, es lo que propone el veganismo. Un estilo de vida basado en la igualdad y el respeto que no se limita únicamente al ser humano, sino que abarca a todas las especies, protegiendo y cuidando el mundo en el que vivimos. Es por ello que no solo basta con dejar de comer carne, se trata también de dejar de usar productos testados en animales, ni utilizar cuero, seda o lana, así como eliminar el concepto de animal como objeto de entretenimiento en circos, zoos o fiestas populares.

Publicidad

Tal vez sepas qué significa el término, pero ¿te has preguntado alguna vez cómo vive un vegano en un país como España, donde todo se celebra con comida? ¿A qué se tiene que enfrentar cuando se reúne con personas que no lo son?

Mi nombre es Nika López y con 23 años, trabajo como artista ecológica en Valencia, abarcando desde arte contemporáneo hasta arte culinario vegano. Empecé siendo vegetariana hace siete años y darme cuenta de todo lo que he aprendido gracias a aquella decisión es sorprendente. Realmente me ha cambiado la vida.

A través de mis estudios en Bellas Artes, llego a entender el veganismo como estímulo artístico por el que profundizar sobre la relación cuerpo—naturaleza, tanto a nivel escultórico como performativo, eliminando cualquier material tóxico o derivado animal de mis proyectos. Intento seguir el camino de transformación natural de las cosas, por eso mismo utilizo deshechos orgánicos. Empatizar con los materiales lo vinculo estrechamente con el veganismo pues a partir de ahí, he aprendido la importancia de sensibilizar al cuerpo frente a lo mínimo. Además, estoy trabajando para sacar adelante una revista de arte contemporáneo y diseño culinario vegano, inspirando a otros a mejorar su calidad de vida en relación al medio ambiente.

Sin embargo, a pesar de lo que muchos dicen, ser vegano no es nada fácil. A nivel personal diría que lo más duro es la sensación continua de nadar a contracorriente. Vivir en un sistema que no facilita ese modo de vida, cuya política empobrece, enferma y contamina no solo a la sociedad, sino a todo un organismo, resulta más complicado que si te dedicas sencillamente a favorecerlo.

Publicidad

Nadie dijo que cambiar malas costumbres fuera fácil, pero es obvio que resulta necesario para actuar frente a las injusticias.

Nuestro entorno está abarrotado de productos que requieren muerte o explotación animal y, decidir no contribuir a su fácil consumo, puede parecer un abismo al principio. No obstante, como cuando hablas con un vegano pocas veces te dice lo complicado que puede llegar a ser, hoy os traigo algunos testimonios:

Emilio Beladiez, 28, empleado de Lush Cosmetics

Puede que suene raro, pero me sentí vegano cuando comencé a aceptar que a la gente le costaba aceptarlo.

Tardé tres meses en adaptarme a mi nueva alimentación, la transición la hice rodeada de personas que comían carne, así que aprendí a ignorarlo muy rápido. Lo curioso fue ver cómo les costaba adaptarse a mi proceso: había gente que se ofendía, otros criticaban mi decisión y algunos sentían curiosidad por el tema. Parece que al cambiar tu dieta estés obligado a cambiar de amigos, lugares donde salías antes, hobbies, etc. Siempre entendí este cambio como una decisión propia. Estoy convencido de que, con anticipación, las limitaciones que se suponen del veganismo, dejan de serlo.

Una vez mi padre me preguntó: ¿ya se te ha pasado lo del veganismo?; si me lo volvieran a preguntar mi respuesta sería la misma: mientras no encuentre otra manera tan ética de vivir no creo que "se me pase" nunca.

A raíz de este giro empecé a ver mi entorno desde otra perspectiva. Esto se tradujo en distintos proyectos sociales y ambientales. Ahora mismo organizo y coordino eventos de limpiezas de playa y charlas de educación ambiental en la Asociación BIOagradables, también soy parte del equipo de #ProyectaValencia que intenta dar difusión a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). También, he colaborado en la rehabilitación del velero Belharra, que fue donado por 1€ con la condición de que se destinase a la concienciación marina. Además, The Black Fish es una organización europea que lucha contra la sobrepesca en nuestros mares, con la que tuve la oportunidad de trabajar como coordinador de voluntariado nacional junto a su equipo durante dos años. Finalmente, he participado junto a AnimaNaturalis, en eventos por la defensa de los derechos de los animales. Todos ellos desde sus diferentes líneas de acción se engloba en un movimiento que responde a los adjetivos: sostenible, ecológico y saludable.

Publicidad

Ahora el veganismo deja de ser algo raro y pasa a ser algo natural para mí, pues me ha dado la oportunidad de trabajar y revisar términos tan importantes como la solidaridad, la tolerancia y la ética conmigo mismo y, además de en mi alimentación, esto se refleja también en mi actitud.

Datxu Peris, 33, agricultora del refugio de animales El Rebrot de la Vida

Me gustaría que El Rebrot de la Vida fuera más que un refugio, acercándose a sensibilizar e implicar a la gente en el camino por la liberación animal como parte de una lucha más global.

Trabajar en el campo produciendo verduras ecológicas, me permite por un lado, defender una huerta que hace años iba a ser arrasada por un macroproyecto urbanístico en Catarroja. Por otro lado, gracias a lo que ganamos en las ventas de la misma y las ayudas de algunos voluntarios, podemos mantener animales explotados por la industria en el refugio, mejorando su calidad de vida.

Y es que, mantenerme relativamente al margen del núcleo del sistema, me permite producir la mayor parte de mi comida y, comercializarla a través de los canales que considero más éticos.

Por ser vegano, te tienes que enfrentar a que te llamen radical o exagerada, como por ejemplo cuando no comes paella, ni siquiera apartando los trozos de pollo, porque el arroz se ha cocido en caldo hecho con cadáveres de animales.

Me hice vegana tras comprender que el mundo y el sistema capitalista en el que vivimos, está dividido en opresores y oprimidos, siendo imposible permanecer neutral frente al especismo, al igual que hacemos frente al machismo o racismo, ya que te convierte en cómplice de quienes oprimen.

Publicidad

Sin embargo creo que por ser vegana, los enfrentamientos que más me han dolido han sido con otras personas que se consideran animalistas, debido a la decepción que supone. Con gente no vegana, una de las cosas que peor llevo es ir a cenar, sobre todo cuando me invitan a actos oficiales y municipales, donde más de una vez me ha tocado cenar papas y cacahuetes, o incluso llevarme un tupper. Ya que a veces, aún avisando de que soy vegana, me ponen de cenar un bocadillo "vegetal" con atún y huevo duro.

Ah, acabo de recordar una anécdota. Un tipo, hablando por teléfono, una vez me dijo: "Ah eres vegana, entonces comes pepinos crudos". Resulta que esa conversación salió en la radio y el hombre quedó como lo que era…

Eva y Karina, creadoras del restaurante Nomit en Valencia

Queremos promover los productos propios de la huerta valenciana, así como la alimentación de nuestros antepasados, basada en los regalos de la madre tierra.

Como veganas somos activistas y nuestro objetivo es dar difusión al veganismo a través de nuestro estilo de vida. Pensamos que una buena forma de hacerlo era incorporarlo a nuestro trabajo, nos gusta llamarlo activismo de fogones, pero en realidad se basa en conquistar estómagos.

Básicamente queremos despertar conciencias y hacer reflexionar, pues para vivir bien no hay que sacrificar a ningún ser.

El contenido de nuestra carta es de elaboración casera, artesanal, original, creativo y sencillo, pero a la vez, sorprendente y asequible. Nos encanta ver como la gente viene con sus familias, pues enfocamos nuestra alimentación para aquellos no veganos, es decir, cuidamos el sabor y presentación de cada plato, para que las personas que no estén acostumbradas a esta alimentación, realmente disfruten cada bocado.

Publicidad

Nuestro proyecto nace del amor, respeto y compasión tanto hacia los animales como a la naturaleza. Nuestra intención, es que la gente sepa que existe una alimentación alternativa, sana, rica, variada, creativa y libre de sufrimiento animal.

Lo que nos gusta es sacarle la sonrisa a la gente, queremos que disfruten comiendo en un lugar acogedor y diferente. Algunos se piensan que aquí solo comemos verde, pero cuando prueban nuestros platos repiten. Es entonces cuando orgullosas, trabajamos para hacer cada día más accesible el veganismo, ya que esta es nuestra principal motivación.

Vicente Fauli, 27, ex empleado de Burger King

Cuando puedo, me gusta ir de voluntario a los tapeos para servir, limpiar, hacer fotos, etc.. pues también estoy organizando la ruta vegana de la tapa en Valencia.

Colaboro con varias organizaciones animalistas como la fundación Alma Animal, Serás su voz, El Rebrot de la vida, Escuadrón KAT y Feria vegana valencia. Otros proyectos que llevo a cabo actualmente son la biblioteca, el Calendario y el mapa vegano de Valencia, además de la página valenciaveganactions.wordpress.com, donde se recopila información sobre veganismo para activistas.

Al empezar mis estudios en investigación biológica y ambiental, me di cuenta que comer animales es un problema de salud pública, por ser la primera causa de deforestación, desertización, cambio climático y aumento de resistencias a los antibióticos. Por estos y otros motivos, decidí cambiar mi alimentación consultando a una nutricionista (con carrera en medicina), para que me recomendara una dieta excluyendo cualquier derivado animal. Mi sorpresa fue llegar a la consulta y sentirme rechazado. Sin entender nada, me preguntaba que si una profesional con más de 10 años de estudios no era capaz de hacerme una dieta vegetariana, ¿quién iba a ser capaz?.

Publicidad

A pesar de todo y por aquel entonces, trabajaba en Burger King vendiendo hamburguesas, las cuales veía como cadáveres y no como alimento. Eran las vacas que había visto en Earthlings. Mi trabajo era vender sufrimiento a diario, muchas veces llorando por el camino por la frustración e impotencia, pero sabiendo que si me dejaba el trabajo, cualquier otra persona lo iba a coger y seguir financiando la industria…

Sinceramente, hice el cambio a vegano sin la ayuda que necesitaba, tenía muchas dudas sin resolver, tampoco me habían explicado cual era la mejor forma para hacer que la gente dejase de consumir animales y, la palabra asesino salía constantemente de mi boca hacia cualquier persona que tuviese cerca. Actualmente soy mentor vegano e intento enseñar a las personas cómo iniciarse en el proceso, ya que no solo es un cambio de alimentación, es algo que te cambia completamente la vida.

Y es que, a día de hoy la gente sigue muy desinformada, la típica pregunta es "¿y tú qué comes?" a lo que siempre respondo: "leches vegetales, quesos vegetales, carnes vegetales…es decir, lo mismo que tú pero de origen vegetal".

Jose Luís Galatxo, 34, masajista

Cada vez que ganaba algo de dinero lo regalaba. Me levantaba a las seis de la mañana y recogía cajas de fruta picada, la cortaba y cocinaba para darles pienso vegetal a todos los animales del santuario.

Tras llevar años siendo vegano, no descubrí el concepto de veganismo hasta conocer el santuario Feeling free, situado actualmente en Enguera y conocido como Compasión Animal. Me encantaba la idea de un espacio natural donde cuidar animales, una protectora sin rejas, una granja sin explotación… y volqué mi vida en ayudarles a conseguirlo. En ese momento yo disfrutaba como nadie, llegué a conseguir voluntarios y empezamos a crecer. Estuve un año y medio ayudando, pero mis situaciones económicas cambiaron. Me había convertido en el mecenas del proyecto y me encontré totalmente endeudado; fue entonces cuando decidé seguir con mi vida fuera del santuario.

El veganismo es una filosofí de vida y con el tiempo, dejas de relacionarte con algunas personas. Lo más importante es vivir lo más feliz posible, aprendiendo a ser tolerantes sin juzgar a los demás.

En ese tiempo yo ya trabajaba de masajista y me planteaba otros proyectos de protección animal. En concreto, la esterilización de la colonia de gatos del barrio, por la cual generamos un bote de masajes a la voluntad, donde tanto mis pacientes como los vecinos siempre han participado. Además de esto, estuve trabajando como distribuidor de piensos veganos. Sí, por raro que parezca mis perros son veganos también. Así llevan 12 años y, la verdad que tanto ellos como yo estamos encantados. Antes de tomar esa decisión consulté a varios especialistas y me dijeron que sin problema, al ser omnívoros pueden comer de todo.

En el mundo donde vivimos, decir que eres vegano considero que es imposible. Siempre va a venir un vegano a decirte, eso no es vegano. Ya solo por ir al veterinario estoy apoyando la explotación animal, cuando el médico me receta medicamentos, estos son testados en animales, etc. Sin embargo, aunque nadie pueda proclamarse vegano, creo que todo el mundo debería aspirar a serlo.