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Identidad

Algunas mujeres comparten sus fantasías fecales más asquerosas

Normalmente se considera que la escatología es un fetiche masculino, pero hay muchas mujeres que adoran la textura, el olor y el sabor de este desecho. Hablamos con cinco coprófilas femeninas sobre su tan incomprendido fetiche.
Not poop, mud. Photo via Flickr user Eli Duke

Llevábamos ya dos botellas de vino al salir del trabajo cuando surgió el tema: "¿Alguna vez has cagado delante de tu novio?". La mayoría estaba de acuerdo en que existen ciertas barreras en una relación que jamás deben cruzarse y plantar un pino delante de tu novio es una de ellas.

La ansiedad social que rodea el hecho de hacer aguas mayores, junto con el rechazo generalizado que todos sentimos hacia la caca —y hacia la palabra caca, por cierto— hacen que veamos la existencia del fetichismo hacia los desechos humanos como algo completamente incomprensible. ¿Cómo podría nadie encontrar eso atractivo? ¡Ese olor! ¡Esa textura! ¿No es horrible? (Pues no, si tienes cuidado, según afirman los entusiastas de la escatología).

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Antes de escribir este artículo, lo único que yo conocía de la coprofilia era Two Girls One Cup y un rumor acerca de un amigo de la familia que una vez restregó su mierda por las paredes del lavabo de un restaurante muy elegante. Pero entonces descubrí un subreddit llamado /r/Coprophiles.

Este foro es el lugar de Reddit donde todo aquel que adore la mierda puede hablar con confianza sobre el tema sin temor a ser juzgado. La vergüenza que se asocia a encontrar atractiva la caca implica que mucha gente no está dispuesta a abrirse sobre el tema. Aunque este fetiche parece ser más una cosa masculina en términos de público, eso no significa que las mujeres se limiten a ser receptáculos pasivos (por decirlo de algún modo).

Cinco mujeres aceptaron hablar conmigo sobre sus experiencias relacionadas con la coprofilia, incluyendo algunas que poseen este fetiche y otras que han salido con hombres que tenían ese fetiche. Aquí está lo que me dijeron. Algunos nombres han sido cambiados.

Jane, 28

No estoy segura de cuándo fue la primera vez que me di cuenta de que lo tenía. Recuerdo haber usado un espejo desde los 12 años hasta la adolescencia para verme a mí misma cagando. Cuando empecé a pensar un montón en el sexo a los 14 años, entonces se convirtió en algo que me excitaba sexualmente.

Buscaba vídeos online, que por desgracia están protagonizados en un 99 % por mujeres. Y todavía resulta más difícil porque solo me gustan los vídeos de tipo voyeur. Comer, esparcir la mierda, cagar encima de alguien y cosas así me resultan probablemente tan asquerosas a mí como a cualquiera que no tenga este fetiche, pero la mayoría de vídeos protagonizados por hombres parecían incluir ese tipo de contenido.

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Una vez más, no es caca. Foto vía Pixabay

Pero un día encontré mi "unicornio" en forma de vídeo, en el que se veía a un hombre cagando en una letrina. Los vídeos de letrinas siempre han sido mis favoritos, por la postura, los ángulos, el modo en que el protagonista está más expuesto y puede verse mejor cómo se acumula la mierda después… Finalmente llegué a usar uno de esos baños tipo letrina en la India y me puse cachondísima.

Sin embargo, creo que lo que más me pone es el modo en que se dilata el ano y no tanto la caca en sí. Especialmente el modo en que el ano parece salirse hacia afuera en el caso de mucha gente, incluida yo misma. Pero no los prolapsos, eso es muy desagradable.

Resulta gracioso, pero me gusta mucho ver los vídeos que me grabo a mí misma. A veces echo unas cagadas realmente impresionantes.

Sorsha, 22

Siempre he sido muy abierta de mente en lo relativo a la sexualidad y a las "desviaciones" (me gusta probarlo todo aunque solo sea una vez) y me gano la vida haciendo pornografía independiente/amateur. Mi introducción a la escatología se produjo cuando un cliente me pidió que le hiciera un vídeo escatológico sencillo, del estilo más suave de este fetiche. Lo hice y no me molestó en absoluto, es más, despertó mi curiosidad sobre el tema. Empecé a profundizar y descubrí que me gustaba mucho.

Para mí lo mejor es la parte física del asunto. La liberación inicial, su textura sobre mis manos o mi cuerpo, su peso sobre mí… cosas así. Prefiero el tipo tres y cuatro de la escala de Bristol [la tabla que clasifica la forma de las heces humanas en siete categorías], aunque no me importa que sea una deposición más blanda. No soy demasiado fan de las más blandas, la verdad, son demasiado ácidas.

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Nunca he buscado activamente un compañero con el que jugar, de modo que no he experimentado esa lucha, pero sin duda es una lucha para mucha gente, especialmente porque parece ser una tendencia más bien masculina y las mujeres a las que les va este rollo o bien "son pilladas" de inmediato o se ven tan abrumadas por el interés masculino que prefieren no abrirse con este tema para que no las molesten o las acosen.

Hay varias cosas que pueden incrementar los riesgos de ingerir esta materia o jugar con ella: o bien es la caca de otra persona, o bien tienes un desorden inmunológico, o la otra persona lo tiene, o estás enferma, o la otra persona lo está, o la caca es antigua. Existen riesgos, pero si te informas bien y tomas las precauciones adecuadas estarás a salvo.

Yo nunca me he puesto enferma con mis heces. Lo más cerca que he estado de ello fue cuando puse la frontera demasiado lejos y comí demasiadas de una sentada, lo que me provocó dolor estomacal durante un rato. Obviamente meter heces en la vagina tampoco es algo muy sano que digamos, pero he oído que si practicas un lavado vaginal después el riesgo de infección aumenta.

Foto por Jeff Wasserman vía Stocksy

Lola, 35

Siempre me he sentido fascinadapor el pis y la caca. Cuando era niña solía mirarme en un espejo cuando teníaque usar el baño. Aquello paró durante mi adolescencia porque entonces pensabaque era asqueroso y muy raro. Lo aparté de un plumazo como otra más de aquellascosas raras que hacen los niños

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Pero si vamos adelante, hasta mi adultez… Cuando tenía más de 19 años, estaba un día viendo montones de vídeos de "deportes acuáticos" (porno de pipí) y de pronto me topé con un hombre que hacía caca. Me sentí completamente asqueada y no podía creerlo, pero tampoco podía dejar de mirar. Entonces busqué en Google porno fecal para ver si aquello era simplemente algo muy extraño o si había más gente a la que le ponía eso. Y entonces apareció el porno escatológico y yo empecé a verlo.

Solo me gusta ver cagar a los hombres, no me va eso de comerlo o frotarlo contra mi cuerpo. La imagen del ano dilatándose para acomodar toda la carga me pone a cien. Solo pensar en el alivio que está sintiendo esa persona cuando por fin consigue evacuar me resulta increíble.

Estoy casada, pero a mi marido no le excita nada el tema de la caca. Sin embargo sí que le pone saber que yo me excito tanto.

Hannah, 23

Estuve saliendo con un tío durante dos años, pero no empezamos a expresar nuestros fetiches hasta después de unos meses. Él tenía un fetiche escatológico, pero bastante moderado. Le gustaba verlo en el porno, pero en realidad no quería materializarlo (sinceramente creo que tenía miedo de pedirme que lo probáramos). Sin embargo, le encantaba el sexo anal, especialmente si yo estaba "sucia" antes y/o después.

Rosie, 26

Descubrí por primera vez mi fetiche cuandotenía unos 12 o 13 años. Acababa de descubrir el porno en internet y uno de lossitios web que visité tenía una enorme cantidad de links a galerías gratuitas de imágenes. Acabé por accidente en unasección de contenido escatológico y urinario. Al principio me sentí asqueada,pero había algo que me hacía seguir mirando. Cuando era pequeña me habíainteresado mucho el pipí, así que creo que es algo que siempre estuvo ahí.

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Lo que más me atrae es el acto de hacerlo y no la caca en sí. Es un acto que la mayoría de nosotros mantenemos en privado, es la expresión definitiva de la intimidad y la vulnerabilidad. Dicho esto, prefiero el tipo más firme, de consistencia similar a un helado.

Las cosas que hace la gente con la caca son tan diversas como actos sexuales existen y la gente puede ser realmente creativa. A mí personalmente me gusta cagar en diferentes zonas de la casa (dentro de un receptáculo, por supuesto). Tiene que ver con la excitación de estar haciendo algo que es tabú y que puede ser sorprendentemente empoderante a pesar de estar sola en casa.

Muy pocas veces, como un par de veces al año o así, siento el deseo de practicar juegos más fuertes en los que me unto la mierda sobre el cuerpo. Cuando lo hago normalmente la froto sobre una buena parte de mi cuerpo y me masturbo. Muy pocas veces la como. A veces la introduzco en mi boca y disfruto del aroma, pero normalmente no me la trago. El sabor no es tan malo como la mayoría de gente imagina, dependiendo de la dieta. Generalmente es algo similar al chocolate negro o al café y de hecho a veces puede ser muy dulce.