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Seguí los consejos de salud de mis seguidores de Instagram y acabé meándome en las manos

Pedí consejos de salud a mis seguidores de Instagram para comprobar que, efectivamente, se trata de una mala decisión.
soycardosalud

Las redes sociales sirven, básicamente, para que contemos todas las cosas irrelevantes que nos ocurren en nuestro día a día −y que no podemos explicar cara a cara, básicamente porque nos quedaríamos sin amigos−. Con la llegada del invierno, todo esto se intensifica (demasiado). A medida que bajan las temperaturas, aumenta la cantidad de stories de pañuelos arrugados llenos de mocos o de selfies con exceso de filtros para ocultar las pieles muertas de la nariz. Si de normal ya nos flipa quejarnos de todo, imagínate cuando estamos con las defensas en unos niveles insultantes para el equipo Actimel. Sí. Nos volvemos más pesados todavía si cabe.

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Hay peña que postea este tipo de contenido (que nadie les ha solicitado) porque la fiebre les pone cachondos/as y esperan que algún follamigo capte la indirecta. Luego, hay otros que lo hacen simplemente como una llamada de auxilio hacia sus seguidores para que les recomienden algún remedio casero o químico que ponga fin a su malestar. Si tuviera que incluirme en uno de estos dos grupos, creo que escogería el primero.



Soy un poco desconfiada y, no sé, COHERENTE. Me creo muy poco del todo de lo que se pone en redes. Tan solo hay que ver los selfies de tus amigos, esos que ahora son novios, para saber que no hay nada de verdad ahí. Cuando me encuentro mal, suelo googlear mis síntomas. Conforme los leo, empiezo a notarlos todos en mi cuerpo (los que tenía y los que no), me agobio, llamo a mis padres y, finalmente, voy a urgencias. Esa es mi rutina y cada día la de más paranoicos (cómo tú y como yo).

Decidí entrevistar a un médico (de verdad) para que me contase si pecamos de detallar mucho nuestras enfermedades en las redes sociales. Contacté con Eduardo Franco, cardiólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Todos sus pacientes, sobre todo los más jóvenes, suelen buscar en Internet un diagnóstico desesperado antes de acudir a la cita. ¿Es recomendable sustituir el veredicto de tu médico por el que dicte un foro random de Internet? La respuesta es obvia: claramente, no. “En la red se suelen narrar los peores casos y aquellos que se dan de forma extraordinaria, es decir, que los sufre un porcentaje muy pequeño de la población”, afirma Eduardo Franco.

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Continuó explicándome que muchas veces, las enfermedades que se buscan en Internet son de componente psicosomático, esto es, que está relacionado con la mente, por lo que no disponen de un tratamiento eficaz. En estos casos, los testimonios virtuales se centran en anunciar curas milagrosas que, por lo general, no suelen funcionar. En definitiva, “no pongas tus síntomas en tus redes, primero porque es una invasión a tu intimidad y, segundo porque la gente no tiene ni idea”, concluyó el cardiólogo.

Ahora bien, ¿qué pasaría si yo misma siguiera los consejos de salud que me regalen mis seguidores de Instagram durante unos días? No creo que sea una propuesta tan descabellada, de hecho, muchos usuarios ya lo hacen. Hace un tiempo, se desató una polémica con respecto a este asunto.

Al parecer, una serie de influencers se dedicaron a aconsejar a su "comunidad" la utilización de unos medicamentos sin tener la menor idea. Antibióticos en forma de toallitas antiacné, sedantes para dormir profundamente o ibuprofenos son algunos de los que conforman el ranking de los más recomendados.

Algunos profesionales consideran que sanidad debería multar o tomar serias medidas para evitar que se haga un uso indebido de las medicinas. Sin embargo, la última moda de la “medicina influencer” ya no son los enemas carísimos de café que sugería Gwyneth Paltrov para desintoxicarte. Ahora, lo que se lleva es poner tu perineo a tomar el sol o, dicho de otra forma, bajarte los pantalones y hacer coincidir la circunferencia de tu ano con la de la gran estrella radiante.

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Yo, por el momento, prefiero evitarlo, así que invertí las prácticas de las influencers que se dedicaban a dar consejos y me propuse ser yo la que recibía recomendaciones por parte de sus seguidores, pidiéndoles consejo a través de Instagram Stories sobre dos dolencias para ver qué remedios me daban ellos y probarlos si eran o parecían razonables.

La primera dolencia que posteé era real. Me salieron sabañones, como todos los inviernos, así que me hice una foto y la compartí en Stories lanzando la pregunta de qué podía hacer para acabar con mi sufrimiento. He de reconocer que no fui muy acertada con la foto que elegí porque parecía la mano de un bebé. Aún así estas fueron algunas de las respuestas.

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Finalmente, me decanté por obviar la opción de ir a una sauna e hice caso de los remedios de orinarme encima de las manos y de ponerme crema. No sé si fue el pis o llevar tanta crema en las manos que parecían las de un adolescente solo en casa frente al ordenador, pero al final conseguí vencer a los sabañones. Hacer caso a los consejos de mis followers parece que, en este caso, tuvo su efecto positivo.

Pero quería ver qué pasaba si posteaba una enfermedad un poco más grave que unos simples sabañones. Fingí que me dolía el pecho cuando hacía deporte, que notaba una especie de pinchazo. Es una de las dolencias más comunes entre la gente joven, tal y como me contó Eduardo Franco, el médico al que entrevisté y, en realidad, estos síntomas no se corresponden con ninguna enfermedad. Simplemente es un dolor articular sin mayor importancia, pero suele ser la causa de muchas de las rayadas millenials en cuanto a temas de salud. Estos fueron los consejos que me dieron.

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No sé si será que la gente que me sigue es muy coherente, pero, por lo general no me soltaron muchas barbaridades. Muchos coincidían en que debía ir al médico, mientras que otros me sugerían que compartiera la solución porque les ocurría lo mismo.

Ahora os voy a dar yo un consejo. Si os duele algo, acudid a un profesional, por favor. Dejad de escribir listas interminables de síntomas en Instagram porque la mitad son mentira y porque los que ven tus stories te pueden percibir como una persona con bajas defensas y eso a nadie le interesa a la hora de elegir a una pareja sexual. Suerte y tomad mucho zumo de naranja.