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Tecnología

Científicos están programando plantas de tabaco para luchar contra el ébola

Primera vez que el tabaco sirve para algo.
Plantas de tabaco para la Investigación médica. Imágen: Shutterstock

Las pandemias nunca tendrán buen resultado para el paciente cero. Si estás entre los primeros infectados de un nuevo brote, lo único que te queda es una posible aparición en los libros de estudio médico.

Esto ocurre porque durante infecciones agresivas, miles de personas pueden morir antes que  el lento y doloroso proceso de desarrollo de las drogas muestre algunos resultados reales. Conoce a los planticuerpos. Una combinación entre ingeniería genética y biotecnología de plantas, los planticuerpos son drogas basadas en anticuerpos que crecen dentro de plantas vivas. Los procesos con plantas se promocionan más baratos y seguros que el desarrollo normal de drogas.

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Y rápido. Mucho, mucho más rápido.

El mes pasado, cuando el  ébola comenzó a moverse en serio por Africa occidental, investigadores de la biofarmacéutica Mapp inyectaron ADN en plantas de tabaco y crecieron en ella un lote de prometedores planticuerpos. Entregaron su droga experimental, llamada ZMapp, en tiempo récord. Esta velocidad podría ayudar a que los científicos entreguen drogas antes que un brote se salga de control y así se salven muchas vidas.

"En la respuesta frente a enfermedades infecciosas, la velocidad importa mucho" me dijo Robert L. Erwin, presidente de  iBio Inc., una firma de biotecnología de Delaware que se especializa en farmacéuticos hechos con plantas. "Con las platas puedes responder más rápido frente a una crisis".

Planticuerpos de tabaco ordenados en un crecimiento semi-robótico a través de la hidroponía. Foto: Fraunhofer/iBIoLaunch

Crecer drogas dentro de plantas es el giro verde y refrescante a un largo y poco glamoroso método. Normalmente las drogas de anticuerpos se producen dentro de las celulares de los ovarios de un hámster chino ( si, es verdad) y luego son cultivados en cubas gigantes de metal. El proceso para crear las drogas toma meses y el costo de construir edificios para su investigación son astronómicos.

De acuerdo a datos entregados por iBio Inc., un edificio de Novartis de 13 mil metros cuadrados costó 600 millones de dólares, mientras uno de iBio costó 68 millones de dólares. iBio asegura que sus edificios más pequeños y menos caros, son capaces de producir más vacunas contra la gripe que el gigante farmacéutico.

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El proceso para desarrollar planticuerpos le da un giro a la inmunología clásica. Los anticuerpos son conglomerados de proteínas muy especificas que se forman en línea para alcanzar sus objetivos y son aislados desde humanos o ratones. Luego los científicos capturan una secuencia del ADN de los anticuerpos y lo cargan en un virus, el que infecta las plantas con información genética y la obliga a crear más anticuerpos.

Las plantas son cosechadas de la misma forma en que harías una ensalada.

Las plantas de tabaco son las mejores víctimas. Crecen de forma hidropónica en grandes y frondosos laboratorios, son un huésped de rápido crecimiento. Las plantas pueden producir suficientes planticuerpos para una cosecha substancial entre 2 y 7 días.

"Al comienzo las plantas son cosechadas de la misma forma en que harías una ensalada" dice Erwin. "Sacas las hojas, las mueles y después se centrifugan en un líquido verde como de licuado".

Este proceso simplifica muchos costos y otros aspectos que consumen tiempo en la producción convencional de anticuerpos. Los anticuerpos que crecen fuera de las plantas de tabaco, por ejemplo, necesitan grandes volúmenes de medios de cultivo estériles y mantenimiento regular de los frágiles genes en cada línea celular.

Mantener las plantas listas para su crecimiento es más simple. "Las plantas están continuamente disponibles a través de operaciones semi robóticas de hidroponía" explica Erwin.

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Sembradora de plantas de tabaco. Foto: Fraunhauer/iBioLaunch

Pese al hecho que los expertos aseguran que los planticuerpos son más rápidos y baratos de hacer crecer, las drogas derivadas de plantas son una rareza en el mercado. Las farmacias están llenas de terapias convencionales contra los anticuerpos, los que sirven para tratar cáncer y condiciones autoinmunes como artritis y la enfermedad de Crohn. Con los planticuerpos este progreso ha sido más lento.

Hace 10 años una compañía privada de California, llamada  Biotecnología Planet, produjo un planticuerpo que prevenía caries en los dientes, el que fue aprobado en Europa. El 2012, la FDA (La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos) aprobó Elelyso, una droga basada en zanahorias que combate la enfermedad de Gauche.

A partir de ahí las noticias sobre planticuertpos vienen desde  ZMapp, la controversial compañía de drogas que trata las infecciones por ébola. El coctel de tres planticuerpos derivados de plantas de tabaco se cree que interactúa con el ébola a nivel molecular, vinculandose al virus e incapacitandolo. El tratamiento aun es experimental. Muy pocos humanos han recibido las drogas de ZMapp para determinar si es sano y efectivo, o no lo es.

Las grandes compañías de drogas han adaptado lentamente las técnicas basadas en plantas. Una razón pueden ser las fuertes inversiones que ya se han hecho en métodos farmacéuticos convencionales.

"La tecnología en uso está muy establecida y es en extremo eficiente"  le dijo a Reuters el consultor de la industria biotecnológica y antiguo ejecutivo de Merck, Michael Kamarck. "Las grandes compañías han hecho esas inversiones y adoptaron estos sistemas".

Esto es el lenguaje farmacéutico para decir "si no está roto, no lo arregles". De todas formas, y para una respuesta de bajo costo durante el próximo brote, no es difícil imaginar que en medio segundo las industrias farmacéuticas empiecen a trabajar con plantas.

"En una situación de emergencia, las plantas pueden producir importantes cantidades de drogas en pocos días, mientras la producción en células de mamíferos puede tomar meses para llegar al mismo nivel" dice Erwin.

Para el paciente cero esta es una diferencia que importa.