Lotus mandó el mensaje incorrecto al fichar a Carmen Jordá
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sexismo en el deporte

Lotus mandó el mensaje incorrecto al fichar a Carmen Jordá

Fichar a una piloto femenina por su atractivo comercial es muy contraproducente si el objetivo final es la igualdad de sexos en la Fórmula 1: el caso de la Carmen Jordá y la escudería Lotus lo demuestra.

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La industria de la Fórmula 1 al completo sufrió un 'shock' cuando a principios del año 2014 la alcoyana Carmen Jordá firmó como piloto de pruebas para el equipo Lotus. La controversia, sin embargo, no tuvo nada que ver con una posible reacción sexista ante una mujer que entra en el 'mundo de hombres' de las carreras de coches; la polémica vino porque fichar a Jordá, que terminó 29ª en la clasificación de la GP3 la pasada temporada, manda todos los mensajes erróneos sobre lo que necesita una mujer para triunfar en el mundo del motor.

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La GP3 está un par de escalones por debajo de la Fórmula 1. La pasada temporada fue la tercera de Jordá en esa categoría, y a pesar de ello en ningún momento pareció que la alicantina fuera a sumar un punto. Así y todo, la piloto de Alcoy ha sido la única, junto con el campeón de la categoría Alex Lynn, capaz de hacer el salto directamente a la F1. Lynn, que quedó primero de la GP3 con el equipo Carlin y gracias al soporte del programa Red Bull Junior, se ha unido a la escudería Williams como piloto de pruebas.

El subcampeón Dean Stoneman ganó dos carreras tras reemplazar a Jordá en el equipo Korainen, pero su siguiente paso fue competir en las World Series by Renault. Tras no haber ganado ni una carrera en toda su carrera profesional, y con una 13ª posición como mayor logro tras tres años en el campeonato, parece bastante claro que Carmen simplemente no está al nivel de la F1.

"Carmen traerá una perspectiva nueva al equipo", dijo el director de Lotus, Matthew Carter, en una rueda de prensa. "Es un fichaje único para el equipo y ya tenemos ganas de ayudarla a progresar en sus objetivos, así como de recibir el beneficio de sus ideas y contribuciones al desarrollo del E23 Hybrid".

Como dijo un comentarista, Lotus está insultando nuestra inteligencia.

El predominio de los 'pilotos de pago' en la categoría reina del motor no es ningún secreto. El caso de Fabio Leimer, campeón de la GP2 en 2013, es ilustrativo: incluso rumoreándose que podía aportar 12 millones de euros en patrocinio, el suizo no logró ganarse un lugar en la escudería Sauber (la misma que tuvo que sufrir la vergüenza de tener tres pilotos de pago en el equipo a la vez justo antes del Gran Premio de Australia).

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Lotus no es inmune a esta práctica: su preferencia por el adinerado Pastor Maldonado frente a Nico Hulkenberg a pesar de la errática etapa del primero en Williams lo demuestra. El fichaje inesperado de Adderly Fong para su ya abultado equipo de pilotos de prueba es otro buen ejemplo: el chino tampoco ha demostrado nada que sugiera que está capacitado para competir en la F1

La imagen de Jordá en la Fórmula 1 podría ser genial para el deporte si no tuviera una serie de connotaciones negativas muy evidentes. Imagen vía Lotus F1 Team.

Aunque algunos han querido apuntar que el caso de Jordá es igual al de otros pilotos de pago, lo cierto es que su género no es en absoluto irrelevante en este debate. El riguroso control de las Superlicencias por parte de la FIA tras el estratosférico ascenso de Max Verstappen significa que es muy improbable que la piloto española llegue a conducir un monoplaza de Lotus en un Gran Premio (el campeón de la GP2 Jolyon Palmer es el piloto oficial de reserva de la escudería británica), pero el dinero que trae en patrocinios por sentarse en el simulador y escuchar la radio no es ni mucho menos suficiente como para compensar la imagen tremendamente negativa que da de las mujeres en el mundo del motor.

Al fin y al cabo, no toda la publicidad es buena publicidad.

En los deportes de motor, por desgracia, a las mujeres se examinan con mucha más exigencia que los hombres y se les exige que demuestren mucho más que a sus colegas masculinos para tomarlas en serio. Es por ello que fichar a Jordá para la Fórmula 1 es un espectacular gol en propia: sugiere claramente que las mujeres no deben ser juzgadas de la misma forma que los hombres, sino que pueden triunfar gracias a su aspecto físico.

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La pregunta es: ¿será éste el tipo de mensaje que debe enviar el deporte si quiere atraer a más mujeres en el futuro? Las otras pilotos del mundo del motor no parecen estar nada de acuerdo.

"La noticia de que Jordá se iba a unir al equipo Lotus logró captar mucha atención, pero por las razones erróneas, y por desgracia estar situación nos afecta negativamente a las demás", escribió en su Facebook la piloto Christina Nielsen, del Pirelli World Challenge. "Queremos que nos den una oportunidad así porque la gente ve potencial en nosotras y porque nos lo hemos merecido, no por nuestro género o aspecto".

El mundo del deporte es una rareza en la que hombres y mujeres pueden competir en igualdad de condiciones sin importar las diferencias físicas como la fuerza o la velocidad, pero esta noción de equidad tiene poco sentido si no hay modelos de conducta que las chicas que empiezan puedan imitar desde una edad temprana.

Hay mujeres en lugares prominentes del mundo del motor que se han merecido completamente su lugar, como Monisha Kaltenborn (directora del equipo Sauber), Claire Williams (directora adjunta de Williams) o Leena Gade (ingeniera de Audi en las carreras de Le Mans). Desafortunadamente, no obstante, muy pocas mujeres desde los días de la estrella de rallys Michèle Mouton han alcanzado la cima como pilotos.

La piloto suiza del IndyCar Simona de Silvestro es una de las honrosas excepciones. Después de impresionar tras sus inesperadas y excepcionales actuaciones entre 2010 y 2012, De Silvestro tiene un asiento asegurado en el equipo Andretti Autosport esta temporada. A diferencia de Jordá, es complicado encontrar a nadie que pueda criticar a la piloto suiza por su rendimiento: De Silvestro ha sumado incontables podios y vueltas rápidas a lo largo de su carrera. Está en la cima por méritos propios de forma indiscutible.

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Simona de Silvestro no está en el podio porque sea guapa o traiga dinero: está ahí porque es una crack. Imagen vía IndyCar.

El problema, pues, no es que las mujeres no tengan suficiente nivel. Michael Andretti no da un asiento en su equipo al primero que pasa por ahí. Tampoco es que no tengan las mismas oportunidades que los chicos (preguntádselo a los 28 pilotos que quedaron por encima de Jordá la temporada pasada). El problema es que no hay suficientes mujeres compitiendo, y eso no tiene únicamente que ver con los costes.

Las matemáticas más simples sugieren que, si hay pocas mujeres compitiendo, la probabilidad de que una de ellas llegue a la cima e inspire a la siguiente generación será escasa. Al fin y al cabo, de todos los pilotos masculinos del mundo, solo 20 pueden decir que compiten en la Fórmula 1.

Está claro que no ayuda en absoluto a los esfuerzos para conseguir la paridad que se imponga la percepción de que las mujeres están ahí 'por el espectáculo' —o en otras palabras, para hacer que un 'paddock' lleno de hombres parezca más glamuroso. Es algo que por ejemplo el Campeonato del Mundo de Resistencia ha hecho lo posible para erradicar. El fichaje de Jordá, por desgracia, demuestra que la Fórmula 1 sigue lamentablemente anticuada.

A pesar de que el jefe supremo de la F1, Bernie Ecclestone, declaró a Forbes que considera que ver a una mujer compitiendo en el torneo es solo una cuestión de tiempo, él mismo añadió que las chichas "nunca lograrían un trato justo porque se las traería por otras razones… a las mujeres se las ficharía por el hecho de que quizás puedan atraer a patrocinadores y mostrar buen aspecto".

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Está claro que ver a Carmen Jordá es mucho mejor que ver a, digamos, Daniel Ricciardo, pero a la vez la imagen que proyecta su fichaje por la Fórmula 1 no es ni mucho menos positiva. Imagen vía CarmenJorda.com.

En muchos aspectos, Ecclestone encarna un deporte que ha perdido el contacto con el mundo real. A pesar de que su idea de organizar un torneo solo con pilotos de sexo femenino quizás tuviera buenas intenciones, lo cierto es que al final lo único que logra es perpetuar la percepción de que las chicas no son lo suficientemente buenas como para competir con los chicos y refuerza el cliché que convierte a la mujer en una mera herramienta de relaciones públicas. No sorprende que fuese ampliamente rechazada por el mundo del motor.

"Tenemos que empezar por alguna parte, así que sugerí a los equipos que montáramos campeonatos separados, porque quizás de esa forma lograríamos hacer llegar a alguna piloto a la F1. Podrían correr su carrera antes del Gran Premio, o quizás el día antes cuando se disputan las clasificatorias, para generar así su propio interés", declaró Ecclestone al diario británico The Guardian.

"Pensé que sería buena idea darles un escaparate", aseguró Ecclestone. "Por alguna razón, las mujeres no vienen a nosotros, y no es porque no las queramos. Por supuesto que las queremos, porque atraerían mucho la atención y brindarían publicidad, así como un montón de patrocinadores". Estas declaraciones son, en el fondo, muy ilustrativas de la concepción del asunto que tiene el dueño de la Fórmula 1 —y de lo notablemente equivocado que está.

Los trucos baratos, evidentemente, no son la solución al problema, aunque ello no quita que el problema deba ser resuelto de algún modo. La Comisión de Mujeres en el Motor de la FIA en 2009, creada para construir una cultura del deporte que "facilitara y valorara la participación completa de las mujeres en todos los ámbitos de los deportes de motor", fue un pequeño paso en la buena dirección, pero aún queda mucho trabajo por recorrer.

De mientras, te deseamos que tengas buena suerte, Carmen. Quizás (ojalá) nos demuestres a todos que estábamos equivocados.

Sigue al autor en Twitter: @james_newbold