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fútbol y conflicto

El primer 'derby separatista' de Ucrania

Desde el inicio de la guerra no se había disputado ningún partido de fútbol profesional en Donetsk. El pasado sábado, esto cambió.
Jack Crosbie

Los estadios de fútbol de Donetsk, en Ucrania, llevan vacíos más de un año. Antes del inicio de la guerra civil en el país, la ciudad tenía media docena de clubes deportivos profesionales, entre los cuales se contaban tres equipos de fútbol que jugaban en la Liga Premier de Ucrania. Pero cuando la ciudad y la región se separaron del país, los bombardeos y los 'checkpoints' convirtieron el deporte profesional en una misión imposible en la nueva República Popular de Donetsk (RPD).

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El fútbol es, de largo, el deporte más importante en Ucrania. El Shakhtar Donetsk, el equipo más importante de la ciudad, se vio obligado a trasladar sus partidos al estadio Arena de Lviv, a casi 600 kilómetros de su localización original. El Shakhtar causa un fervor casi religioso en sus fans: las iniciales del equipo aparecen pintadas en las paredes por toda la ciudad. La popularidad del club es tal, que los trabajadores de la empresa Sun City, una popular cadena de pizzerías de Donetsk, incluso llevan camisetas del Shakhtar como uniformes de trabajo. Con el equipo jugando lejos, en la localidad pro-ucraniana de Lviv, la ciudad de Donetsk tiene un aire similar al de Roma cuando el Papado se trasladó a Aviñón.

El sábado, el fútbol profesional —o al menos, una especie de versión del mismo— volvió a Donetsk con un partido entre las selecciones de las recién formadas Repúblicas Populares de Donetsk y de Luhansk, que se enfrentaron en el estadio del Metalurg Donetsk. Esencialmente, fue el primer 'derby separatista'.

Donetsk y Luhansk son 'repúblicas secesionistas' que existen en un extraño estatus de casi-estados no reconocidos oficialmente: sus ciudadanos usan pasaportes ucranianos y su autonomía solo llega hasta donde lo permite la Federación Rusa. A pesar de todo, los equipos deportivos son una parte importante de la identidad nacional de cualquier país, así que ambas Repúblicas Populares reunieron sus respectivas selecciones para competir.

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En el 'derby separatista', ambos equipos estaban formados por jugadores locales de escasa experiencia profesional. Foto de Jack Crosbie.

Ambas selecciones habían disputado ya un partido internacional: las dos habían jugado (y perdido 1-0) frente a Abjasia. El partido del sábado, sin embargo, era el primer encuentro entre Donetsk y Luhansk. Como la mayoría de eventos en la RPD, el partido estuvo presidido por tantas banderas y ceremonial como fue posible: largos himnos nacionales, soldados armados por todas partes, una aparición del vicepresidente del Consejo Popular Denis Pushilin, y trofeos con la misma forma que la Copa del Mundo para ambos equipos.

Antes del partido, los altavoces del estadio pusieron música Techno; el locutor mantuvo la tensión dramática mientras iban llegando los fans al estadio hasta llenar tres cuartas partes del estadio, con capacidad para 5.000 personas. Los medios rusos informaron de que el partido había reunido a 3.500 espectadores, la mayoría de los cuales fans del equipo de Donetsk. El viaje entre ambas Repúblicas Populares es largo y complicado; no es raro que hubiera pocos aficionados de Luhansk. La cifra de público quedó lejos de las asistencias medias al estadio del Shakhtar, el Donbass Arena, cuya capacidad alcanza los 60.000 asientos.

La selección de Donetsk se aprovechó de su ventaja de campo para sumar una victoria por 4-1. Los locales marcaron tres veces en la primera mitad y solo concedieron el gol en el tiempo añadido. El equipo de Luhansk tuvo serios problemas para montar un ataque durante la mayoría del partido. La calidad del juego no fue demasiado elevada —lejos, desde luego, de lo que podría ofrecer un partido del Shakhtar—, pero el partido fue igualmente entretenido.

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A pesar de que el partido no fuera muy espectacular, los fans de Donetsk por fin volvieron a tener la ocasión de ver fútbol en directo. Foto de Jack Crosbie.

La mayoría de los jugadores eran "chicos locales" según Mikhail Mishin, el ministro de Deportes de la RPD; algunos tenían experiencia en las categorías inferiores de la liga Premier ucraniana. El equipo de Donetsk contaba con un jugador de origen nigeriano, Perez Agong; según las declaraciones de Mishin al sitio web Gazeta.ru, Agong se había casado con una chica del país y vivía en la RPD.

El medio Gazeta.ru también informó que varios antiguos jugadores de la liga Premier ucraniana procedentes de Luhansk habían sido vetados en la competición tras jugar para la selección de la República Popular; según esta fuente, este veto hace muy improbable que los mejores jugadores ucranianos acepten jugar para la RPD o la RPL en los próximos tiempos.

Aún así, los "chicos locales" ofrecieron un buen espectáculo a sus fans, que alternaron los cánticos de "D-N-R" (las iniciales de la RPD en ruso) con otros a favor de "Novorossiya", un nombre colectivo para la confederación entre la RPD y la RPL. La bandera de Novorossiya.svg.png) se ha convertido en símbolo de la colaboración entre las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk, pero el concepto de 'Nueva Rusia' se remonta al nombre de la región durante la época del Imperio Ruso entre los siglos XVIII y XIX.

En ausencia de aficionados del equipo visitante, la atmósfera no era especialmente de rivalidad; los fans de Donetsk sencillamente parecieron contentos de volver a presenciar un partido de fútbol en directo en la ciudad. "Hoy ha sido un gran día, con un gran ambiente de amistad", explicó Ludmilla Tsakova, de 54 años, que vino al partido con su marido Valeria y varios amigos. Tsakova explicó a VICE Sports que era la madre del seleccionador de la RPD.

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El ministro Mishin aseguró a Gazeta.ru que tenía un plan para iniciar una liga local de 18 equipos y que esperaba que la RPD pudiera competir en "el Campeonato del Mundo de estados no reconocidos".

El equipo de fútbol de la República Popular de Donetsk venció a la selección de la República Popular de Luhansk por 4-1. Foto de Jack Crosbie.

El partido, cuya entrada era gratis, atrajo a un público variado formado sobre todo por soldados de permiso, familias con hijos, grupos de adolescentes y un montón de pensionistas. Donetsk es una bonita ciudad en verano, y las actividades al aire libre son muy populares en los parques cercanos al río; sin embargo, la falta de deportes profesionales genera un vacío en la oferta de entretenimiento difícil de llenar. Las pérdidas del Shakhtar y del Metalurg duelen: incluso sus tiendas de merchandising están cerradas en Donetsk.

El Druzhba Arena, hogar del equipo de hockey H.C. Donbass, fue destruido por los combates en marzo del 2014; el Donbass Arena del Shakhtar también habría sufrido algunos daños debido a las descargas de artillería, cuyo fuego puede oírse durante el día y se intensifica por la noche. Los civiles sufren bombardeos y escasez de comida de forma ocasional: cada noche hay toque de queda a las 23:00h. Cualquier ruptura de la estresante rutina de la guerra es muy apreciada, y es por ello que durante el partido la afición se olvidó con alegría de cualquier explosión procedente de fuera de la ciudad.

"Hoy fue un día excelente", dijo a VICE Sports la bibliotecaria Luba Teshulka, de 57 años. "Me recordó los tiempos de paz".