Abdominales para follar mejor: una experta te dice cómo hacerlas

Somos unos necios. Creemos que el goce y el disfrute nos pertenece por eso del hedonismo perpetuo de nuestro tiempo. La hipersexualidad, el consumo de porno, Tinder y otras apps, el canto al amor libre… Parece que aquí follamos todos y, además, muy bien, pero la realidad es que lo hacemos muy poco y gozamos todavía menos.

Pero no te preocupes porque, al parecer, si se realizan una serie de abdominales y ejercicios —los llamados hipopresivos y Kegels—, podemos prolongar el coito, controlar la eyaculación o aumentar el placer.

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Para averiguar cosas sobre los beneficios de estos ejercicios y su práctica, me he puesto en contacto con Carme Sánchez Martín, sexóloga y codirectora del Instituto Clínico de Sexología de Barcelona, y con Silvia Wang, profesora de hipopresivos y Kegels y creadora del programa Entrenament en Femení, en el que ha elaborado un plan de entrenamiento para mujeres teniendo en cuenta su ciclo hormonal.

Vayamos por partes. “¿Hipopresivos?”, pregunto a Silvia. “Son los ejercicios para la activación de la faja abdominal y la zona pélvica intentando que no haya presión. Una activación involuntaria, de manera que cuando haces los ejercicios, lo haces de forma refleja, con ejercicio postural y respiración. No es un impuso voluntario, como mover la rodilla”.

En los ejercicios de Kegel debes hacer fuerza como si quisieras aguantar una canica entre la vagina/el escroto y el ano

Aunque explicado puede ser bastante complejo, un hipopresivo consiste en cinco pasos. El primero es buscar una elongación máxima de la columna, seguido de buscar una inclinación para salir del eje. El tercero es una decoadaptación, que consiste en crear entre las escápulas un espacio y activar el músculo serrato. El cuarto y quinto paso consisten en la apnea espiratoria y luego en abrir un poco las costillas. Esto se hace lentamente y con dos respiraciones de descanso entre hipopresivo e hipopresivo.

“Tiene muchísimos beneficios”, continúa la experta. “Se mejora a nivel de respiración, se gana tono en la zona abdominal y pélvica, porque educamos al diafragma, que es un músculo involuntario, para que no deje que nuestros órganos ejerzan presión hacia abajo”.

Pero esto seguramente no te importa tanto porque, como he dicho al principio, a ti lo que te importa es el goce y el disfrute y no tanto tu salud. MAL, pero aquí va la explicación que buscas.

“Otra mejora es a nivel sexual. Si trabajas sentado o practicas ciertos deportes, como la bici, debilitas el suelo pélvico. Los órganos descienden y pesan, y la zona queda aplastada con un riego sanguíneo y una oxigenación deficientes. Con los hipopresivos, se quita el pie de la manguera, hay una enervación de todo”, concluye Silvia.

Ambos ejercicios se complementan y si quieres convertirte en la nueva sensación del placer sexual, debes trabajar durante varias semanas hasta incorporar los movimientos hipopresivos involuntariamente en el coito

Vayamos con los Kegels. Si los hipopresivos son los ejercicios para trabajar la musculatura involuntaria, los Kegels son para la voluntaria. Un ejercicio es el famoso cortar el chorro de orín durante la micción, aunque no es el que más beneficios comporta.

Practicarlos es un poco más complejo que los hipopresivos. Hay que contraer la musculatura baja, la que tenemos en la zona perineal y anal, de manera voluntaria. Debes hacer fuerza como si quisieras aguantar una canica entre la vagina / el escroto y el ano. Hay que presionar, y tirarla por encima del ombligo. Esta contracción debe ser lenta, intensa y fluida, y respetar el tiempo de entrenamiento.

Cabe decir que el uno sin el otro no sirven. Ambos ejercicios se complementan y si quieres convertirte en la nueva sensación del placer sexual, debes trabajar durante varias semanas hasta incorporar los movimientos hipopresivos involuntariamente en el coito y desarrollar la musculatura con los Kegels. Por lo tanto, la regularidad y la constancia, muy a nuestro pesar posmoderno, son la clave.

“Con ellos aprendes a contraer tu musculatura perineal. Aprietas y sueltas la musculatura durante 3 o 4 minutos al principio y 5 o 6 cuando lleves unas semanas. En hombres, esta musculatura puede bombear mucha más sangre y hacer que la erección sea mayor. En mujeres, permite contraer el orificio y dilatarlo. Cuando hay penetración con hombre, ambos sienten más placer”, explica.

“En hombres favorece el riego en el pene, mejorando la erección, y favorece la sensación de control. Puede llegar a contraer la zona cuando notas que llega la eyaculación y evitarla, prolongando el coito, o provocarla si lo que quieres en ese momento es el orgasmo”

Las consecuencias son muy saludables, tal y como me explica la sexóloga Carme Sánchez. “Con esto ganas en propiocepción, que es la sensación de percibir zonas corporales contiguas y activar tus músculos. En hombres, favorece el riego en el pene, mejorando la erección, y favorece la sensación de control. Puede llegar a contraer la zona cuando notas que llega la eyaculación y evitarla, prolongando el coito, o provocarla si lo que quieres en ese momento es el orgasmo”.

“En mujeres, aumenta la vascularización del flujo sanguíneo del clítoris. Puedes tener más relajación para facilitar la penetración o, cuando el chico ha penetrado, contraer para intensificar las sensaciones. Luego la relajación del orgasmo. Evidentemente el clítoris se pone en erección porque tiene el mismo origen embrionario que el pene”, concluye la sexóloga.

Es curioso, porque Carme explica que en consulta ha ido incorporando métodos físicos a los tratamientos psicosexuales cuando hay problemas de erección, algunas disfunciones o dificultad para llegar al orgasmo.

“Primero analizo a nivel psicológico. Luego a nivel alimentario y a nivel físico. Muchas veces el problema es una mezcla entre problema psicosexual y físico. Trabajar sobre tu físico ayuda mucho porque tocas todos los frentes. En un inicio solo trabajaba la parte psicológica, pero me di cuenta de que hay determinadas influencias en la sexología de la parte más sexocorporal. Va bien trabajar esa parte si la incorporas. Cuando veo algún problema más grave, las llevo a una fisioterapeuta de suelo pélvico”.

Así que ya sabes. Si tienes una vida sexual decente, pero quieres subir un nivel, incorporar estos ejercicios casi a diario durante pocos minutos al día puede ayudarte a gozarlo más fuerte y, además, ganarás en bienestar. Sé que ahora no te importa, pero en un futuro quizás prefieras menos sexo y más salud. Joder, no envejezcas nunca.

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