Después de que un grupito de niños de 13 años robase en mi edificio, decidí decirle “nos vemos” a mi lóbrego sótano lleno de goteras en Bed-Stuy y me mudé a un apartamento más grande en el más alegre barrio de Greenpoint. El tipo con el que me he mudado se gana la vida tocando la guitarra en una banda de gypsy-jazz en locales nocturnos de postín y, por el momento, mi colección de cómics no ha sido destruida por una inundación, así que estoy bastante contento.
A lo largo de los últimos meses he ido aprendiendo más y más cosas sobre este tipo que perfectamente podría, si quisiera, colarse en mi habitación en mitad de la noche y matarme. Primero supe que es judío y que tiene 31 años; después, que su dieta consiste básicamente en lechuga, yogur de arándanos y esos miniplatos de clara de huevo con semillas de lino y salsa de soja que se calienta en el microondas y a los que yo llamo “pasteles misérrimos”.
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Alguna vez ha mencionado que estuvo metido en un montón de bandas chorras cuando estaba en la universidad, entre ellas Bafroom Dragons, Zeehas 17, y los Rykies. En algún momento nuestra conversación derivó hacia el CBGB, o Laibach, u otra cosa, y gracias a eso me enteré de que los Ryckies eran un grupo multirracial que parodiaba a las bandas nazi y que en 1998 fueron vetados del CBGB. Integraban el grupo un cantante negro llamado Dylan Sparrow, una chica asiática al bajo, y mi compañero de piso, judío, a la guitarra y los samples.
Le pregunté si llegaron a grabar algo. Corrió hacia su habitación –en la que yo nunca he entrado- y volvió con un CD. Allá por el 98 grabaron un álbum entero y sólo se lo dejaba escuchar a sus amigos. Pusimos el disco y me dejó sorprendido lo bueno que era. No es que fuera la requetehostia, pero si te gustan Lard, pues Rikyes sonaban un poco como Lard si Jello Biafra fuera un adolescente negro y metieran como un millón de samples diferentes. El disco empieza con la voz de Indiana Jones en La última cruzada diciendo, “Volvemos a Alemania”, seguida de una canción sobre follarse a Rainbow Brite un viernes por la noche. Casi al final hay una canción titulada “We know Y´Gay” (como “Enola Gay”), cantada sobre el tema de La historia interminable. El disco de los Rykies es simplemente el resultado de unos adolescentes intentando ser lo más ofensivos posible y diciendo cosas guarras en una grabación, pero la verdad es que lo hacían mejor que muchos otros grupos, y el suyo era un disco bastante divertido, lleno de himnos raciales de cuchufleta.
La de aquí abajo es la portada del disco, de 15 temas, de los Rykies, cuyo título ya es apabullante: N.A.Z.I. (North American Zionist Investigation). La canción “UCP” se retiró debido a que hacer pitorreo a costa de la gente con parálisis cerebral no molaba y era más censurable que el resto del disco. Al final de la página está el listado de temas, por si sentís curiosidad.
Vice: Háblame de cuando os botaron del CBGB.
Dylan: Tocamos en el CBGB varias veces y al principio parecían ambivalentes sobre nuestra música. Como en la mayoría de locales, sólo te prestaban atención si les hacías ganar un montón de pasta o destruías sus propiedades.
El primer conflicto se produjo una noche entre nosotros y su técnico de sonido. Los tipos del sonido en los garitos de rock hacen una cosa muy divertida que consiste en que, si no eres un artista reconocido o respetable, te hablan por el PA en mitad de la canción, notificándote (a ti y a todos) que tu concierto ha terminado. Nuestra respuesta a esta interrupción fue dedicarle un sieg heil al técnico y seguir tocando. Esta táctica provocó que Don Técnico empezara a maldecirnos y amenazarnos por encima de la música. Sus insultos encajaban a la perfección, así que se lo agradecimos con otro sieg heil. Creo que no le hizo mucha gracia. Como casi toda nuestra música sonaba por el PA (incluso la guitarra de Alex estaba enchufada a un SansAmp), podían desenchufarnos con mucha facilidad, que fue lo que terminó pasando.
Después de aquello, creo que fue el diseño de uno de nuestros flyers, para un concierto en el que tocábamos con Deuce & a Quarter, lo que nos metió en problemas. Nuestros flyers tenían esvásticas distorsionadas y un sello de “Entartete Kunst”. A mí me parecía lo suficientemente contradictorio, aunque por lo visto no fue así. Al verlo, los del club nos enviaron a mantener una severa charla con Hilly Crystal. Nos dijo que, aunque entendía nuestro uso de aquella imaginería como parodia, creía que había auténtico riesgo de atraer al local a auténticos nazis y skinheads, así que teníamos que desistir de emplearla. Sus argumentos me parecieron muy razonables, pero la mujer de mediana edad con cara de enfado que había apoyada en la puerta junto a él, que era la principal encargada de contratar a los grupos, no se mostró tan comedida. Cometí el error de intentar explicarle que había precedentes aceptados para lo que hacíamos, y cuando puse como ejemplo a Laibach sólo obtuve esta respuesta: “¡Y A MÍ QUE ME IMPORTAN LAY-BACK!” En fin, no les culpo. Sólo éramos unos adolescentes listillos que tendríamos que haber sabido que la gente reaccionaría de maneras diferentes a nuestro concepto masturbatorio y enevesado. Aún así, los Rykies molaban.
¿Qué pensaban vuestras familias de los Rykies?
Dylan: Mis padres no sabían mucho de los Rykies. Se limitaron a hacer rodar los ojos, pensando seguramente que era solo cuestión de tiempo antes de que aquello saliese de mi organismo.
Alex: Mi primo, que oyó la demo por azar, pensó al principio que se trataba de alguna banda chiflada de punk británico. Creo que le gustó, aunque dijo que no estábamos siendo honestos con eso del fetichismo por el fascismo. Su postura era: “Admitidlo, creéis que el fascismo es sexy”. Sin embargo, ahora opina que es uno de los mejores proyectos en los que he trabajado.
¿Cuántos conciertos disteis?
Dylan: Bueno, Alex y yo tocamos juntos intermitentemente desde 1993. Nuestro primer concierto fue en un concurso de talentos en el campamento de verano de Buck´s Rock cuando teníamos 14 ó 15 años. A partir de ahí hicimos un montón de cosas. El grupo más conocido fue Zeehas, probablemente; también estuvo 12 Wait, que en cierto modo era una evolución natural de Rykies, pero menos sospechosos. Juntos hemos hecho cientos de conciertos, pero con los Rykies creo que sólo una docena o así antes de aburrirnos.
¿Por qué grabasteis ese disco entero y después no lo sacasteis? ¿Cuánta gente lo ha escuchado?
Dylan: Lo hicimos sólo para divertirnos. Luego nos desinteresamos. Creo que tuvimos problemas justificando que en parte era sólo una parodia y, como ha señalado Alex, aunque nos la soplasen las críticas (que recibimos muchas, incluso de nuestros colegas), sin el componente visual, sin esa curiosidad de ver a un grupo nazi “interracial”, como concepto era bastante flojo y lo único que quedaba era un rock nazi de dibujos animados. También nos dimos cuenta de que algunos de los tíos más capullos que nos rodeaban, incluidos los miembros de otras bandas, se corrían con todo aquel rollo del “odio” en la música, y eso era algo que nosotros nunca pretendimos. Éramos, y seguimos siendo, personas igualitarias de corazón. Yo nunca he creido en el concepto de raza, pero recuerdo que ese grupo era mi manera adolescente de captar el verdadero peso de los “-ismos”. Al encarnar y caricaturizar algunas de las ideas que, como no-arios del Upper West Side, más odiábamos nosotros, intentamos de alguna forma entenderlas un poco mejor. Aunque de forma algo tortuosa, creo que lo conseguimos.
Con respecto al disco, hablamos de copias en cassette para 9 ó 10 personas. Estábamos en 1997, así que aunque internet y el MP3 ya existían, aún no eran la mejor forma de distribuir tu música, y ninguno de los sellos que conocíamos estaba interesado en una cosa como esa, al menos que supiésemos. Aunque he oído que a John Zorn le gustaba, ¿no, Alex?
Alex: Creo que hicimos el CD en 1999. Así que seguramente le distribuimos una copia que llegó hasta él no sé cómo. Recuerdo que Zorn dijo algo así como, “Ahhhhhh, la banda nazi”.
¿Qué estabais escuchando cuando grabasteis el disco?
Alex: Yo escuchaba mucho a Laibach, Mr. Bungle, Bjork, Aqua, cosas ruidistas… Enya, Sex Pistols, Oingo Boingo, Kurt Weill y Marc Ribot.
Dylan: No sé qué nos “hizo” grabar este disco, pero, sí, yo apuntaría primero a Laibach. Y también escuchábamos mucho esa grabación de niños cristianos de los 80, Kids’ Praise! Psalty’s Camping Adventure. También nos influenció la canción “Someone´s Gonna Die”, de Blitz. Y Kubrick. Y la banda Mad Gear del Final Fight. Y Enya.
¿Podéis decir de dónde viene cada sample?
Alex: Para “Rainbow Brite” sampleé el ritmo a 5/4 de “March of the pigs” de NIN y lo convertí en un 4/4. Para la intro sampleamos Indiana Jones y la última cruzada.
Dylan solía coleccionar cassettes que se encontraba en la calle, y de una sacamos el sample para el principio de “UCP”.
Para nuestro tema titular sampleamos el Concierto para Violín de Tchaikovsky como intro y como base para la progresión de acordes durante las estrofas.
El principio de “Anti-Slant-Eyes” viene de “Starship Troopers”.
El final de “Anti-Slant-Eyes” es también la intro de “Lesbionic Plague” y viene de “La naranja mecánica”. Las voces de fondo son las de mi hermana pequeña y de la que fue mi pareja en el baile de graduación de la universidad.
Usamos una de los cassettes que encontró Dylan como intro para “Round-U-Up”.
“Bismarck” toma la progresión de acordes del “Summer of ´69” de Bryan Adams. También sampleamos un grito del “Alle Gegen Alle” de Laibach. El cántico que se oye en el puente de la canción lo sacamos de “Legend Of The Overfiend“
“Fuck the police” usa un sample de Laibach como bombo.
“Farley” es de un disco de propaganda cristiana.
El sonido de batería de “What the fuck you should be dead” es del principio de “Man in a Box” de Alice in Chains.
Casi toda “We know y´gay” se basa en “Neverending story” de Limahl. El puente, por supuesto, está basado en “Enola Gay”, de OMD.
Para el resto partimos de cero. Seguramente hay otros sonidos de batería sampleados.
Hay un momento en el disco en el que la letra dice “Niggers fucking nigger ladies / making little nigger babies / Monkey see and monkey die / Niggers flying in the sky!” He oído el disco un par de veces y esas dos estrofas hacen que me parta el culo y a la vez me sienta físicamente enfermo con el abuso de la palabra “nigger”.
Alex: A mí me pasa lo mismo.
Dylan: Prueba a cantarlas con cara seria frente a un público numeroso. Unos años más tarde remezclé el CD entero de Rykies bajo el nombre de Printheth (apareció en un sello de Michigan ya desaparecido llamado x.died.enroute.y) y añadí un sample modificado de “A Thing or Two”, de los Beach Boys, en el que Brian dice “When I see my baby / when I see my little girl”. Debido a la forma en la que pronuncia esto último, “little girl”, la primera vez me sonó como si dijera la palabra que empieza por “N”. De hecho, tuve que escucharla varias veces para confirmar que no estaba diciendo “when I see my nigger girl”. Me reí solo pensando que seguramente yo era la única persona que había retorcido instintivamente una letra tan inocente como aquella y convertido en algo apropiado para un remix de los Rykies. Teníamos varias canciones que se cachondeaban de ser un paranoico. Por ejemplo, “We Know Y´Gay” intenta meterse con los gays, pero la canción en sí está tan cargada de estética homoerótica que acaba haciéndose un fisting a sí misma.
Puedes echarle un vistazo a los proyectos actuales de Alex en: www.myspace.com/alexsimonmusic y www.lavozlavoz.com. Los de Dylan los tienes aquí: http://www.myspace.com/gtozone.
Este es el listado de canciones: RainbowBrite, Purify America, Theme Song, AntiSlantize, Lesbionic Plague, I Have A Dream, U Want To Die, Round U Up, Bizmark, Cops, Farley, U Should Be Dead, We Know Y’Gay, Giuliana (Bring Me The Head Of).