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​Este espíritu come-hombres es un ícono feminista en el sur de Asia

Pontianak ​es un fantasma que venga a las mujeres que mueren durante el parto. Su actitud temible se asocia a su feminidad y te arrancará los ojos si la miras de forma incorrecta.
A la izquierda, una toma de "It's Easier to Raise Cattle", foto cortesía de Amanda Eu. A la derecha, una imagen de la exhibición de 2016 sobre Pontianak de I-Lann Yee's. Foto cortesía de I-Lann Yee.

Artículo publicado originalmente por Broadly Estados Unidos.

En el sudeste asiático, dice la leyenda que un hombre solo en la noche nunca debe mirar directamente a una mujer hermosa, porque podría ser un fantasma que desgarre sus entrañas. Para cualquiera que ha sido acosada caminando tarde en la noche, esa suena como una regla reconfortante.

De acuerdo con el folclor en Malasia, Indonesia, y Singapur, una mujer embarazada que muere en el parto o como resultado de violencia causada por un hombre, se convierte en un fantasma conocido como pontianak. Con un vestido blanco y cabello largo y oscuro (una estética compartida por Sadako de la novela de culto Ringu), la pontianak seduce a los hombres antes de usar sus uñas tipo navajas para desgarrar y abrir sus estómagos y devorar los órganos en un festín sangriento. Su presencia se asocia usualmente con la dulce esencia de la flor frangipani, seguida de un hedor que debe asemejarse al de un cadáver podrido.

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Una causa de terror para niños y adultos, es uno de los espíritus más populares del Sudeste Asiático, una región donde las supersticiones componen la vida diaria. Los padres la usan frecuentemente como ejemplo para sus hijos. Los parientes mayores ordenan a las niñas jóvenes sujetar su cabello hacia atrás, de lo contrario se verán como la pontianak. Descubrí que al traer a la pontianak a una conversación, al menos una persona afirmaría haber conocido a alguien que la ha visto en parques o en bosques.


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Al ser un favorito de los directores de las películas de terror, la pontianak (o kuntilanak, como es llamada en Indonesia, o churel en Bangladesh, India, y Pakistan) es usualmente representada como una marginada social que ha fallado de alguna forma, normalmente al fallar en sus deberes como madre. Pero la pontianak también personifica una energía femenina subversiva que está siendo acogida progresivamente por una nueva ola de escritores y cineastas.

"Ella puede caminar sola sin tener que estar acompañada por un hombre; puede ser tan hermosa y provocativa como quiera; puede ser extremadamente gentil o inmensamente coqueta; pero si alguien se atreve a tocarla sin su consentimiento, sacará sus garras", le dice a Broadly la cineasta radicada en Kuala Lumpur, Amanda Nell Eu. El corto de Eu, It's Easier to Raise Cattle, proyectado a inicios de este año en el Festival Internacional de Cine de Singapur, representa una amistad entre dos chicas del campo, una de ellas resulta ser una pontianak. Sin embargo, en lugar de enfocarse en sus matanzas, la película presta atención a la forma en que el vínculo entre las dos protagonistas se mantiene incluso después de que son descubiertas las actividades nocturnas de la pontianak.

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La actitud intimidante de la pontianak está asociada con su feminidad —un concepto que la teórica feminista Barbara Creed denomina como monstrous-feminine. La pontianak aparenta fragilidad, pero es feroz cuando se le provoca. "La pontianak simula vulnerabilidad y aparente amabilidad a través de sus agudos lamentos de bebé y su aroma a frangipani, pero intenta aprovecharte de ella y te chupará los ojos", explica la autora singapurense Sharlene Teo, cuya novela debut Ponti, fue inspirada por el mito. El libro, lanzado este año, es un relato de tres mujeres singapurenses cuyas vidas se entrelazan gracias al mito del pontianak (uno de los protagonistas es un actor que interpreta a pontianak en películas de terror B).

Portada artística de 'Ponti', por Sharlene Teo.

El mito resuena entre los directores, artistas, y escritores emergentes, en parte porque la pontianak desafía las expectativas sociales de las sociedades malayas tradicionales. "La pontianak no puede ser madre en una cultura donde la reproducción es esencial para la identidad de una mujer, así que perturba los ideales malayos sobre la feminidad", me dice la Dr. Alicia Izharuddin catedrática superior en estudios de género en la Universidad de Malasia.

Y la naturaleza vengativa de pontianak ayuda a proporcionar un contrapunto mítico a la experiencia en la vida real de ser una mujer en una sociedad patriarcal. La pontianak, quien ha soportado la violencia y el sufrimiento, venga los crímenes reales que mujeres viviendo en sociedades misóginas experimentan diariamente: el feminicidio, la violación sexual, y el abuso doméstico. "Ella está reparando las injusticias en una sociedad tradicional que tiene muchas limitaciones para las mujeres", explica Adeline Kueh, catedrática superior en LASALLE College of the Arts de Singapur.

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Una captura de la película de 1958 'Sumpah Pontianak.'

Sin embargo, la violencia asesina de pontianak, solo se considera legítima porque está muerta. "Dice mucho acerca de la sociedad asiática que no le podamos otorgar representación a mujeres vivientes sino únicamente cuando son muertas vivientes", dice Izharuddin. Algunos podrían ver la violencia de pontianak como moralmente cuestionable, pero de acuerdo con Eu, puede ser interpretada como una forma de poder y libertad. "[Se trata de] dejar ondear tu bandera de marginada y que no te importe una mierda", explica Eu.

"Siento mucha simpatía por la pontianak", continúa Eu, explicando que el fantasma es una creación de temores sociales. "A primera vista, uno tiene miedo de ella, pero posteriormente uno se da cuenta de que los monstruos reales son los humanos y la sociedad. Todas las historias de terror son creadas a partir de eso". Eu está en una misión para examinar y recontar historias acerca de los fantasmas femeninos de Malasia. La secuela que tiene planeada para It's Easier to Raise Cattle será una comedia oscura involucrando al penanggalan, una criatura bebe sangre con una cabeza flotante y una masa colgante de órganos internos. "Quiero representar estos espíritus como mujeres rudas y peculiares que no deberían ser temidas o alejadas, sino adoradas", dice Eu.

Teo también espera que su novela ayude a cambiar nuestras percepciones bien plantadas de los monstruos, resaltando al Babadook como un buen ejemplo. Babadook, una criatura de sombrero de copa de la película de suspenso australiana de 2014 con el mismo nombre, se esconde en esquinas oscuras y desde entonces ha sido convertida en un ícono LGBTQI. "Interpretaciones revisionistas de monstruos famosos pueden ser positivas", me dice Teo. "¿Por qué no buscar positivismo en representaciones populares de terror y miedo?"

Pero las ilustraciones favorables de fantasmas femeninos continúan siendo atípicas en la cultura asiática, aunque Izharuddin espera que esto cambie pronto. "Es el momento adecuado para representaciones más diversas de las mujeres en el cine asiático", dice. Hasta entonces, una generación de cineastas, escritores, y artistas continuarán acogiendo el mito pontianak, en toda su horripilante gloria.