Elecciones 2019

Todas las cosas que han pasado en las elecciones a parte de 'lo de Madrid'

Como que el alcalde del tobogán asesino de Estepona ha sido el más votado de las ciudades con más de 50 000 habitantes.
Hombre chupa sobre electoral
Un hombre chupa un sobre antes de votar. Susana Vera/REUTERS

Haz la prueba: abre cualquier web de cualquier diario generalista ahora mismo. Por cada vez que leas la palabra Madrid, chupito. Si aparece sin necesidad de hacer scroll, dos. Acabas ciego antes de la comida sin fallo. La semana pasada, una amiga preguntaba a la masa sin rostro de Twitter: "¿Sabéis que hay elecciones en toda España y no solo en Madrid?", apuntando al centralismo español por el cual lo que pasa en la capital es mucho más relevante que lo que ocurre en el resto del territorio.

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Y tenía razón, pero que la cobertura mediática sobre todo y los debates de la opinión pública como consecuencia de ella se hayan centrado en Madrid no es culpa —no solo— del centralismo: los beefs tradicionales de la izquierda, geolocalizados en este caso en Madrid, unidos a lo esperpéntico, o para usar un término más contemporáneo, la memética de la campaña madrileña han ayudado mucho. Y ojo que era complicado: veníamos de una presidenta que dimitió por robar un par de cremas hidratantes low cost, de las peras y las manzanas, del transfuguismo de Tamayo y Sáez… pero, como capital del Reino, como centro de la meseta, teníamos que superarnos. Las expectativas estaban bien altas. Pero han pasado muchas otras cosas.

Por ejemplo el Dorne de Cádiz con Kichi a la cabeza, que ha revalidado la alcaldía tras cuatro años de gobierno que rompieron con dos décadas del PP de Teófila Martínez. Con 13 concejales roza la mayoría absoluta y es, junto a Joan Ribó, el único de entre los llamados "alcaldes del cambio" que revalida su mandato. Peor suerte han corrido Coruña, Ferrol y Santiago, Zaragoza y Barcelona, donde Ada Colau ha empatado en número de concejales, 10, con ERC, pero que ha sido superada en votos por la candidatura de Ernest Maragall.

Luego está Zamora, donde Izquierda Unida, con Francisco Guarido a la cabeza, ha conseguido una histórica mayoría absoluta con 14 concejales. Y Revilla, joder, ¿podemos hablar de Revilla? El C. Tangana de las señoras mayores de 60 años —como dice el meme— ha logrado, por fin y tras diez intentos, ganar en Cantabria.

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En Castilla-La Mancha, como en Extremadura, el PSOE gobernará con mayoría absoluta. En el caso de los manchegos, a costa, como en tantos otros puntos de España, de Podemos, con los que hasta ahora compartían gobierno y que desaparecieron de las Cortes, donde no tendrán representación en estos comicios.

Y es que para Unidas Podemos la hostia ha sido gorda: ha pasado de 10 a 1 escaños en Castilla y León, de 9 a 4 en Asturias, de 14 a 5 en Aragón, de 27 a 7 en Madrid, donde todos los diputados que ha perdido la lista encabezada por Isa Serra los ha ganado Íñigo Errejón. "En esta ocasión, Podemos ha sido víctima de una sobredosis de Juego de tronos", escribe Enric Juliana en La Vanguardia, y no le falta razón.

Madrid y Barcelona, apunta el periodista y ensayista, analizando la debacle de los "ayuntamientos del cambio", están hoy más lejos que nunca: la primera, como bastión de las tres derechas y bote salvavidas del PP, la segunda, a las puertas de ser gobernada por los independentistas de ERC.

Y las europeas, que joder, tampoco estamos hablando de las europeas, preocupados como estamos de quién será el primero de Podemos en empuñar un piolet y hacer lo suyo. En este caso ha sido VOX el que ha estado muy por debajo de sus expectativas. A diferencia de partidos con los que, por defecto más que con motivos, se les compara con frecuencia —véase el Frente Popular de Marine Le Pen o La Liga italiana de Salvini—, los de Abascal se han ido al hoyo con tan solo 3 diputados, los mismos que Ahora Repúblicas, la candidatura de su archienemigo Oriol Junqueras. Como dato curioso, VOX se ha alzado con cuatro mayorías absolutas, en cuatro pueblos de entre 25 y 122 habitantes de las dos Castillas y ha entrado con fuerza en Melilla, donde se ha convertido en la tercera fuerza política más votada, por detrás del PSOE.

Y es que los árboles de Madrid, que igual nos los talan todos de aquí a cuatro años porque los madrileños lo que queremos son atascos y lluvia ácida, nos están impidiendo ver el bosque y atender a lo realmente importante. Como que el PSOE lo ha petado muy fuerte, como que estamos ante un más que probable neobipartidismo de bloques o como que, ya que de lo que se trata es del meme y la conversión de la política en espectáculo, el alcalde del tobogán gigante de Estepona ha sido el más votado de España en municipios de más de 50 000 habitantes.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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