Artículo publicado por VICE Colombia.
En estas épocas decembrinas en las que gastamos mucho de nuestro tiempo en comer y beber, a veces parece casi imposible que lleguemos al nuevo año exentos de algún tipo de malestar estomacal. Aunque no se ha comprobado, se cree que las enfermedades estomacales, como la gastritis y la diarrea, aumentan en diciembre debido al consumo excesivo de alcohol y grasas. A todos nos ha pasado que cuando este tipo de enfermedades atacan de manera repentina, sentimos que es el fin del mundo. Una diarrea incontrolable deja fuera de base a cualquiera y encontrar un remedio adecuado que la frene parece una labor titánica.
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Es por eso que a los mitos y leyendas provenientes de las abuelas y de las populares masas, se une el de la Coca-Cola para curar la diarrea. Se cree que la bebida gaseosa, fría o caliente, es santo remedio para frenar los indeseables fluidos estomacales. Hay quienes afirman que la bebida aporta el agua, las sales minerales y las azúcares que se pierden masivamente cuando sufrimos de gastroenteritis. Y se ha afirmado que evita que la deshidratación causada por la enfermedad empeore y que, al eliminar el gas, se convierte en un remedio ideal para pérdida de líquidos.
Sin embargo, y a pesar de ser la bebida más popular y vendida del mundo, la Coca-Cola no es un remedio para la diarrea. A pesar de su “inyección de azúcar” para ayudar a recuperar la energía perdida, de sus sales minerales y su líquido para restablecer la flora intestinal, e incluso de sus orígenes, sus supuestos poderes siguen siendo un mito. Según Constanza Rodríguez, gastroenteróloga y miembro de la Asociación Colombiana de Gastroenterología, “realmente la Coca-Cola hay que evitarla al máximo por muchas razones. En general se prohíbe para las personas que sufren de reflujo, acidez, o cirrosis, porque las bebidas negras y carbonatadas como esa terminan por promover el reflujo”.
Ninguno de los componentes de la Coca-Cola parecen ser lo suficientemente efectivos para detener un cuadro viral. Incluso se ha comprobado que pueden empeorar la diarrea, y ser contraproducentes para el estómago. Según la doctora Rodríguez, lo que hay que ingerir son bebidas hidratantes bajas en azúcar y procurar comer alimentos altos en sal. “Si la diarrea o el vómito demoran más de quince horas, lo más mejor es ir al médico. De lo contrario, lo recomendable es tomarse un acetaminofén, hidratarse bien, y consumir algún medicamento para las náuseas o aguas aromáticas”, añadió Rodríguez.
El consumo de bebidas gaseosas cuando se sufre de una indigestión severa puede tener un efecto contrario al esperado. La glucosa, el sodio y la osmolaridad que las componen podrían causar anomalías en el sistema digestivo y fuertes dolores. Y es que utilizar la Coca-Cola como remedio casero no es recomendable ni siquiera como tratamiento inicial de la diarrea. Un estudio médico del aparato digestivo concluyó que como al inicio de un virus se recomienda una hidratación oral, pero evitando el consumo de productos con lactosa, cafeína y de gaseosas como Coca-Cola.
Otro estudio afirmó que a pesar del uso casero de la popular bebida para la diarrea aguda, al analizar los electrolitos (muy bajo) y la osmolaridad (muy alta) de la Coca-Cola, los resultados demostraron que las bebidas de cola no son adecuadas para usar como solución rehidratante. Además, la investigación también comprobó que ese remedio casero no garantiza un reemplazo adecuado de electrolitos y podría incluso empeorar los síntomas, por lo que la bebida no debería, de ninguna manera, recomendarse en condiciones de tal enfermedad.
Para evitarse males, en especial en épocas de fin de año, lo más recomendable es evitar el consumo excesivo de gaseosas y alimentos altos en grasa. La Coca-Cola no va a terminar siendo santo remedio si el tamal de medianoche o el pavo relleno terminan causando diarrea o indigestión. “Es muy probable que sea cierto que en estas fechas aumenten las enfermedades estomacales porque consumimos una alta dosis de carbohidratos y de alimentos grasosos”, dice Rodríguez. Lo más recomendable, según ella, es no comer tarde, pero como eso es casi inevitable a fin de año, es mejor evitar comer carnes elaboradas que tienen un mayor riesgo de contaminación por toxinas bacterianas.
“Hay que evitar esos excesos en estas épocas, no comer muchas harinas y cosas grasosas, y por último tener en cuenta el tiempo de empacado de los alimentos pre-fabricados que se pueden contaminar fácilmente. Si es inevitable comer mucho en las fiestas, es mejor combinar los alimentos con frutas frescas, o con ensaladas de verduras”, añadió Rodríguez. “Y definitivamente evitar la Coca-Cola como remedio, mejor probar con un caldo o consomé de pollo”.
Entonces, ahí lo tienes, pese a que sus orígenes se remontan a una farmacéutica y a que su creador quería crear un jarabe para la digestión en lugar de una bebida gaseosa, la Coca-Cola está lejos de ser mágica. Incluso, sus componentes son tan potentes que se cree que es adecuada para destapar cañerías, y sus efectos por el consumo excesivo son tan dañinos que podrían hacernos envejecer más rápido.
Así que si estás pensando en este fin de año atiborrarte de comida o de alcohol, quizás lo más recomendable es que hagas caso a tu consciencia y te decidas ser prudente con lo que ingieres. Si la prudencia está descartada y terminas con indigestión, diarrea o con alguna otra enfermedad estomacal, ten presente que lo más probable es que una botella de Coca-Cola no vaya a ayudarte en lo absoluto, y más bien intenta correr a un baño, evitar la mayor cantidad de daños posibles y tomar un caldo de pollo.