Mientras que la esperanza de vida sigue al alza, se espera que el número de suecos que sufren demencia crezca 43% en los siguientes 15 años. Esto se convertirá, más adelante, en una carga para una economía que gasta anualmente 7.700 millones de dólares en servicios hospitalarios para pacientes con demencia, una suma más alta que la que se requiere para tratamientos contra el cáncer y enfermedades cardiacas juntos.
Bengt Winblad, un profesor en el Centro de Investigaciones sobre el Alzhéimer del Karolinska Institutet, dijo a VICE que “esto tendrá un gran impacto en la sociedad, por lo que, durante los siguientes 15 años, necesitamos arrancar investigaciones dentro del campo médico que nos puedan ayudar a combatir la demencia.
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“Lo peor es que los políticos no entienden que esto le costará a la sociedad mucho más de lo esperado”, dijo. Winblad explicó que Suecia no tiene un solo plan nacional para la investigación sobre la demencia, algo que sí tienen algunos de sus vecinos países nórdicos.
A pesar de que el riesgo de demencia está estrechamente relacionado con la edad, pues casi una de cada dos personas de más de 95 años la sufre, no es algo que afecte solamente a los más viejos. “En realidad, es bastante preocupante ver que varias personas en sus treintas están siendo diagnosticadas con demencia”, dijo Winblad.
Inquietantemente, el Swedish Brain Power —uno de los grupos de investigación sobre la demencia más importantes del mundo— perderá su financiamiento en julio, lo que significa que, a menos que aparezca otro patrocinador, la guerra en contra de esta enfermedad perderá a uno de sus jugadores más importantes. El costo cada vez más alto de la demencia “es una bomba de tiempo”, dijo Winblad, quien también es uno de los directores del grupo. Ya que aún no tenemos una cura para esta enfermedad, necesitamos impulsar la investigación para poder desarrollar un tratamiento farmacológico efectivo.