La empresa que hizo millones con los múltiples viajes del Inmujeres

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Artículo publicado por VICE México.

En los dos sexenios pasados, de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) gastó 138 millones 500 mil pesos en la transportación de su personal a congresos, seminarios, exposiciones y convenciones en los que se habló con insistencia de igualdad de género, de acuerdo con la localización de los contratos respectivos realizada por VICE en el Portal de Obligaciones y Transparencia, así como Compranet.

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La mayor parte de este pastel se lo llevó la agencia de viajes El Mundo es Tuyo, con 65 contratos por 126 millones 775 mil pesos; es decir, el 91.4 por ciento del total de necesidades de transportación del Inmujeres a sus eventos en poco más de diez años. Otras empresas que obtuvieron contratos para realizar este servicio fueron Luz y Mundo Visual, que percibió poco más de cinco millones de pesos; Actidea, que se llevó un millón 176 mil pesos; Profesiones en Convenciones, con 867 mil 383 pesos, e Innova Convenciones, con 844 mil 530 pesos. Hay otras 12 en las que se repartió el resto de este gasto.

Dada la dominancia de El Mundo es Tuyo que ha tenido como gran cliente al Inmujeres en la pasada década, VICE intentó hablar con su director, pero ante tal petición, la empresa informó que los nombres de los directores, así como de los dueños, no son públicos y prefiere mantener ese perfil.

En su portal de internet, esta empresa divulga tener otros clientes del gobierno, además de Inmujeres, como: IMSS, Conapred, CFE, INE, Fonatur, Sedesol, Conacyt, CNDH, Banobras.


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Millones para las empresas, ¿y la igualdad de género?

Los discursos en congresos sobre perspectiva de género pronunciados durante más de una década no tuvieron ningún impacto. Los datos oficiales, contenidos en el Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia contra las Mujeres (Siesvim) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), muestran que si en 2006 –cuando arrancó la administración calderonista–, 67 por ciento de las mexicanas había vivido un episodio de violencia, para 2016 –en el epílogo del gobierno peñanietista–, el mismo indicador era de 66.1 por ciento. Es decir, después de una década de trabajos del Inmujeres, el panorama es prácticamente el mismo.

Además, en plena conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en el patio central de Palacio Nacional, el pasado 8 de marzo, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reconoció que en México se comete un feminicidio cada 160 minutos (3 mil 580 víctimas en 2018). Por ahora, hay 333 solicitudes de declaratoria de alerta de género en 17 estados de la República.

La cantidad de dinero gastada en la transportación a los eventos del Inmujeres de 138 millones 500 mil pesos equivale al costo de la Alerta de Violencia de Género (AVG) en Morelos y Guerrero, entidades donde el delito del feminicidio alcanzó un punto crítico. Según la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHM) entre 2015 y 2018 cada 4.5 días una mujer moría de manera violenta en esa entidad. Y en Guerrero, la cifra era una por día según la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).

Se gastan 30 mil pesos mensuales en “coffee break”

Pese a todo, la tendencia a gastar en reuniones en el Inmujeres no se ha detenido con el inicio del nuevo gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador. En lo que va de 2019, el instituto ha erogado poco más de siete millones 700 mil pesos. Uno de sus contratos más caros fue por un millón 611 mil 743 pesos por el servicio de preparación y traslado de alimentos (catering) para personal del instituto (la contratación durará 10 meses, por lo que el gasto será de 161 mil pesos mensuales). Hay otro por servicio de “coffee break” por 331 mil 896 pesos con duración de once meses, lo que equivale a 30 mil pesos al mes.

Cuando la realidad cambia para volverse más cruel

El Siesvim es una plataforma de datos creada en noviembre de 2017 para medir la violencia ejercida en contra de las mujeres mexicanas. El objetivo, según explicó el INEGI sobre su creación en un comunicado, fue poner a disposición de la sociedad, en una misma herramienta de consulta y de manera integrada, información que permitiera caracterizar la violencia en contra de las mujeres, además del contexto, la magnitud, las formas e intensidad con la que ocurre.

Hasta ahora, esa plataforma informativa muestra cómo, cada vez más, la violencia que victimiza a las mujeres se arraigó en la vida de los mexicanos. Uno de los módulos del Siesvim mide las experiencias a partir de los 16 años de edad con base en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2016. Los datos son estos: 49 por ciento de las mexicanas padeció violencia emocional, 41.3 fue víctima de agresiones sexuales, 29 por ciento estuvo bajo sometimiento de violencia económica y el 34 por ciento recibió golpes.

En la década pasada, en 24 entidades no hubo avances en la reducción de la incidencia de los ataques en contra de las mujeres. Hoy, los estados que presentan los niveles más altos son la Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Aguascalientes y Querétaro.


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A principios de año, el Sistema de Transporte Colectivo Metro y las calles de la capital del país se transformaron en el punto crítico donde el fenómeno explotó. Las denuncias de jóvenes veinteañeras sobre intentos de secuestro en las inmediaciones de las estaciones rebosaron a las redes sociales. Los testimonios coincidían en el modus operandi: un hombre se acercaba, se hacía pasar por pareja ante los transeúntes, amedrentaba, amenazaba y luego, intentaba capturar.

Entre el 30 de enero y 11 de febrero, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCdMX) abrió 48 investigaciones sobre esta modalidad para secuestrar mujeres. Este delito, en la capital del país, se castiga con por lo menos 40 años de prisión, según el código penal. En febrero, hubo dos detenidos, pero ante la falta de evidencias, recuperaron la libertad.

La vida en el Inmujeres

El Inmujeres fue constituido en 2001, en el gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006), como respuesta a la crisis de discriminación y violencia en contra de las mujeres que en esa época había alcanzado el horror. Se conformó como organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, además de autonomía técnica y gestión.

Su mandato legal fue crear políticas públicas para garantizar la perspectiva de género en la vida pública y social del país. Una de las tareas que el instituto planteó para alcanzar su objetivo fue la organización de congresos y seminarios en diferentes sitios de la República.

Así, bajo la administración de Felipe Calderón Hinojosa, cuando la presidenta del Inmujeres era Rocío García Gaytán (fallecida) en el traslado del personal a este tipo de eventos se gastaron más de 103 millones de pesos. Después, con Enrique Peña Nieto, el organismo lo presidió Lorena Cruz Sánchez y la organización de los seminarios tuvo un declive. En todo el sexenio se gastaron 24 millones 765 pesos, casi la cuarta parte de todo lo que se invirtió en la administración anterior, según la revisión que hizo VICE. (Los datos están disponibles a partir de 2006)


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En marzo de 2018, Cruz Sánchez renunció al cargo para competir por una senaduría plurinominal en las elecciones federales que se efectuarían en julio de ese año. El Inmujeres quedó a cargo de la secretaria ejecutiva, Marcela Eternod Arámburu. En febrero de 2019, cuando el nuevo gobierno de López Obrador tenía dos meses de haber iniciado funciones, la Junta de Gobierno del instituto conformó la terna de candidatas y la presentó al Ejecutivo.

Así fue elegida Nadine Gasman, una doctora con Maestría por la Universidad de Harvard, así como un Doctorado en Gestión y Políticas de Salud por la Universidad Johns Hopkins. En su currículum destaca una trayectoria considerable en la Organización de las Naciones Unidas a favor de la salud y los derechos de las mujeres.

La nueva etapa: otra vez las palabras no tienen impacto en la realidad

En la toma de posesión de Gasman Zylbermann, el 25 de febrero, las palabras de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, no fueron alentadoras. Reconoció que el organismo “carece de dientes” para avanzar en las políticas públicas para la igualdad y por ello, anunció que se impulsará una reforma a la Ley del Inmujeres y un paquete integral de iniciativas en la Cámara de Diputados en donde se planteen cambios a las leyes de igualdad, acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, así como la homologación del feminicidio en los estados.

Y dijo: “Es sumamente difícil para poder avanzar en estas políticas también de poder incluso tipificar una conducta como feminicida… Tenemos que avanzar también en esto, en una homologación legislativa y en otras muchas disposiciones porque todavía hay resabios aunque ustedes no lo crean en los códigos civiles y penales de una altísima discriminación”.

Después, el 8 de marzo –Día Internacional de la Mujer– en el acto alusivo en Palacio Nacional, ni el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, o la presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman, se refirieron al aumento exponencial de los feminicidios, los secuestros callejeros, el acoso permanente o la falta de oportunidades para las mexicanas. Ese día no hubo un discurso claro sobre cuál es el proyecto para revertir el flagelo de la violencia en contra de las mujeres.

Frente al Ejecutivo, aparecieron algunas pancartas. En una se leía: “Señor presidente, la transformación que el país necesita se construirá también con las mujeres que desde la sociedad civil estamos comprometidas con la igualdad, el desarrollo, la justicia y los derechos humanos”. Ante la consigna, el mandatario sostuvo que la prioridad para la “transformación” era erradicar la corrupción, que es la causa principal de la desigualdad social y económica, e indicó que su gobierno siempre luchará por la igualdad desde la democracia y con respeto hacia todos los ciudadanos.

Por lo pronto, en el Inmujeres no ha habido gasto en transportación a congresos o seminarios, pero sí en reuniones con bocadillos y café.

Linaloe R. Flores en Twitter: @Linaloe_RF

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