La gente y la explotación detrás de la feria textil más grande de Argentina

Un puesto que vende jeans en La Salada. Todas las fotos por Sarah Pabst.

La Salada es la feria textil más grande –e ilegal– de Argentina. Muchos inmigrantes bolivianos acuden con esperanza de encontrar trabajo y ganar dinero de forma rápida. Pero en realidad, la mayoría termina trabajando en las fábricas clandestinas ubicadas en los barrios pobres de Buenos Aires donde se produce la ropa.

La fotógrafa alemana Sarah Pabst colaboró con el sociólogo Matías Dewey para entender la vida y el trabajo de las personas que trabajan en La Salada y en las fábricas. Hace poco hablamos con ella y nos contó acerca de su experiencia con la intersección entre la fotografía y la sociología.

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VICE: ¿Cuál fue tu primer contacto con La Salada?
Sarah Pabst:
Mi primer contacto fue en Alemania, donde conocí al sociólogo argentino con el que hice el proyecto. Dijo que con la fotografía, el proyecto sería más accesible para otras personas. Así fue como empecé a tomar esas fotos.

¿Para ti cuál es la conexión entre la sociología y la fotografía?
Creo que las dos disciplinas tienen un enfoque similar. Las dos buscan contar la historia de las personas, lo mucho que se trabajan y se esfuerzan para mejorar el futuro de sus hijos e hijas. Ninguno de nosotros quería enfocarse en la pobreza a pesar de que es algo sumamente presente en los alrededores. Es fácil mostrar la clásica imagen de latinoamericanos sumidos en la pobreza a través de un lente occidental. Pero no era de lo que queríamos hablar.

La mayoría de los trabajadores más pobres de las fábricas y de La Salada son bolivianos. ¿Por qué hay tantos migrantes de Bolivia en La Salada?
Lo ven como el sueño americano porque creen que pueden volverse ricos de la noche a la mañana. Todos sueñan con ganar mucho dinero porque Bolivia es muy pobre. Buenos Aires es como “la gran ciudad” a la que sueñan con ir y ganarse la vida pero la verdad es que no es tan fácil como parece.

Una mujer boliviana alimentando a su bebé con leche materna mientras atiende un puesto.

¿Quién va a comprar ropa a ese mercado?
La Salada se volvió una feria donde van los que no pueden comprar ropa muy cara. Es un mercado textil enorme para los que quieren usar copias de diseños costosos. La mayoría de los clientes son vendedores de todo el país que van a surtirse para sus tiendas. Y como todo se paga en efectivo, imagínate cuánto dinero se mueve ahí en un solo día.

¿Entonces es producto del mercado de la moda?
Si, todo producen y venden lo que sea que esté de moda y luego, cuando el mercado se satura, tienen que reinventarse. Hubo un momento en que se pusieron de moda las playeras con brillos y los primeros en fabricar imitaciones ganaron mucho dinero. Después ya todos las fabricaban y dejaron de estar de moda.

Muchas de las prendas que se fabrican son imitaciones de marcas de diseñador.

Los puestos y las fábricas que los surten son sistemas enormes. ¿Hay mucha seguridad?
El mundo de la mafia es el que se encarga de la seguridad. Cada mercado tiene su propia seguridad, con la que controla todo para que la gente pague renta y no robe. Por cada marca falsa, la policía recibe una suma considerable de dinero. En otros mercados, los que se encargan de la seguridad están muy bien armados.

¿Cómo conseguiste acceso?
Hablamos con los dueños. Los tipos del bajo mundo suelen ser muy amables y acogedores. Nos invitaron a un festival boliviano, nos trataron muy bien y nos dieron un recorrido.

Entrevista por Laura Rodríguez Castro, síguela en Twitter.

Un guardia de seguridad del mercado.

Todos los días llegan autobuses llenos de clientes.

La seguridad es privada y corre a cargo de los jefes del mundo de la mafia.

Muchos bolivianos van a pedir trabajo al mercado con la esperanza de ganar dinero rápido.

Puestos en un espacio muy reducido en La Salada.

El mercado es el más grande de su tipo en toda Sudamérica.

Muchos puestos están repletos de ropa hecha en fábricas clandestinas.

El mercado empieza a funcionar desde que amanece.