Ya lo dijeron los semiólogos franceses: todo es texto. Por lo tanto el futbol también lo es. La lengua es fundamental para entender nuestro entorno, y también para que algo nos apasione. Sin ella no podríamos identificarnos con un equipo ni repudiar las decisiones del árbitro. Es por eso que nos pareció fascinante la conformación de la selección de futbol de esperanto, en julio de 2014, en Buenos Aires, Argentina, justo después del Mundial de Brasil.
Esta iniciativa se dio en el 99 Congreso Universal de Esperanto, cuando a un grupo de jóvenes periodistas deportivos, documentalistas y productores de radio que mantienen el blog Bola Sin Manija, se le ocurrió que esta reunión de más de setecientos asistentes podría ser la plataforma ideal para formar su propia selección nacional de futbol.
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El esperanto es una lengua artificial, de tipo aglutinante (como el alemán, en donde los hablantes pueden crear nuevas palabras a partir de otras), construida por el polaco Ludwik Lejzer Zamenhof, en 1887, basándose en lenguas germánicas y romances. El número de esperantohablantes en el mundo es incierto, pero muchos estudios coquetean con la cifra de dos millones, algunos de los cuales tienen al esperanto como su lengua madre. Este idioma se habla en al menos 120 países y este año se celebra el primer centenario del Congreso Universal de Esperanto, en la ciudad de Lille, Francia.
“Se fueron juntando los caminos. Por un lado, admirábamos todo el mundo No-FIFA, de selecciones de países no reconocidos por la FIFA, ni por la ONU. Veníamos cubriendo sus actividades desde nuestra página y programa de radio Bola Sin Manija. También siempre tuvimos el sueño de ser directores técnicos de algún equipo. Por otro lado, Jorge Montanari, integrante del equipo, es esperantista desde hace años. Y en 2014 tocaba el Congreso Universal de Esperanto en nuestra ciudad, Buenos Aires, y teníamos la posibilidad de proponer actividades. La respuesta estaba frente a nuestras narices: podíamos aprovechar que vendría gente de todo el mundo y hacer la primera experiencia de esperanto en el futbol internacional, y justificar la selección como el equipo representativo de una nación, de una comunidad unida por una lengua y por intereses en común”, me dijo por correo electrónico el argentino Francisco Godínez Galay, miembro de Bola Sin Manija y uno de los tres directores técnicos del equipo.
El primer partido de la selección de esperanto se disputó el 31 de julio del año pasado, y lo libró contra la comunidad armenia en Argentina.
Es extraño que esta nueva selección se haya formado en Latinoamérica, donde aficiones como la argentina y la brasileña y la mexicana se caracterizan por una fidelidad religiosa a sus equipos, tanto los de las ligas regulares, como de sus selecciones nacionales. Pero esto no fue un problema para Francisco Godínez Galay, Jorge Montanari y Juan Pablo Álvarez, quienes en la madrugada previa al partido, se desvelaron pensando en los apodos que darían a sus 23 jugadores.
“En realidad fueron más de once jugadores. Como sabíamos que el partido se jugaría en el marco del Congreso Universal de Esperanto —donde hubo cerca de setecientos asistentes—, hicimos una convocatoria virtual a interesados para probarse en el equipo cuando viajaran a Buenos Aires. Llegaron muchas solicitudes e hicimos lo que cualquier cuerpo técnico haría en nuestro lugar: especular sobre dónde y cómo jugaría cada uno mirando sus facebooks o analizando la forma en que nos escribían que querían ser parte de la selección. Además, lo complementamos con argentinos no esperantistas a quienes dimos clases de esperanto como requisito para participar. El resultado fueron unos 23 jugadores de los cuales elegimos 18 para conformar el primer plantel de la historia de esta selección”.
Los jugadores eran esperantistas de Argentina, Brasil, Cuba, Colombia, Nicaragua, Uruguay, Alemania, Congo y Rusia. De ellos, el argentino Alejandro La Joya Demasi “ha sido el máximo goleador de la historia de Esperanto, y autor del primer y glorioso gol”, en palabras de Francisco, y el cubano Francel Briel Gil, El Comandante Francel, fue nombrado primer capitán del cuadro verde.
Sin embargo, uno de los problemas que enfrenta esta selección es que no pueden entrenar regularmente: “Digamos que como se trató de un equipo con personas de todo el mundo, y ese era el objetivo, se hace difícil pensar en la continuidad bajo los parámetros convencionales. Tenemos pensado entrenar con los jugadores locales de Argentina, y hasta generar algún plantel para disputar partidos aquí contra otras selecciones No-FIFA que están bajo la esfera del Consejo Sudamericano de Nuevas Federaciones, como por ejemplo los Afrodescendientes Argentinos del Tronco Colonial. Pero en realidad, lo bueno de una selección como la de esperanto, es justamente la posibilidad de convocar jugadores en cualquier parte del mundo, lo cual sirve para eventuales nuevos partidos en las sedes de los congresos de esperanto, pero sobre todo para participar de los mundiales No-FIFA como la Copa Viva. Siempre tendremos la posibilidad de probar jugadores esperantistas en cualquier parte del mundo, y eso es lo que hace especial a este equipo: que es una selección que vive en el plano de las ideas y que puede ser llenada y concretada en cualquier momento y lugar”, afirma Fran, como se le conoce de cariño entre sus compañeros.
Ésta es una invitación a abierta a otros esperantistas pamboleros del mundo. Las convocatorias de esta selección se irán lanzando en varios lugares. Ahora están intentando organizar un partido con alguna selección de la No-FIFA en Lille, Francia, durante el Centenario del Congreso de Esperanto, a celebrarse en julio de este año.
Pero aclara que pronto lanzarán convocatorias alrededor del mundo, incluido México, para buscar un equipo más estable. “Estamos por comenzar un programa de scouting que consiste en ir construyendo bases de datos de jugadores esperantistas interesados en eventualmente formar parte de la selección cuando sea posible. Pronto uno de los DTs viajará a Turquía donde podrá entrevistarse con turcos esperantistas que quieran ser tenidos en cuenta. Lo propio sucederá con otro de los DTs que irá a Brasil. Y también hay posibilidad cercana de que en mayo el otro de los DTs esté en México atendiendo solicitudes”.
Joaquín Rosillo, un esperantista mexicano que asistió al Congreso Universal de Esperanto en Buenos Aires, fue al partido como aficionado ya que no pudo anotarse en el equipo porque no tiene una gran condición física, según me contó por teléfono. Joaquín, padre de dos niños, les habla en esperanto a sus hijos y habla esperanto con su mamá; podría decirse que el esperanto es su lengua madre. Dice que un día antes de volar a Argentina, recibió un correo a las 11 de la noche invitándolos al equipo: “Yo ni siquiera sabía, ni me imaginaba que existiera un proyecto así”, me dijo por teléfono. Antes de eso Joaquín no le iba a ningún equipo en particular. Veía partidos importantes esporádicamente, pero nada que le interesara demasiado. Ahora es diferente.
“[En el partido] éramos muchos, representábamos a unos 25 o treinta países, estábamos entre el público. Las porras y todo lo que decíamos para apoyar al equipo de esperanto eran completamente naturales. Nosotros como latinos hacíamos más bulla que los asiáticos y los europeos. Había un sentimiento de unión. Estábamos para apoyar el equipo”. Dice que para viajar de la sede del congreso al estadio Polideportivo de Colegiales, los aficionados esperantistas llenaron dos vagones de metro y varios autobuses.
“De eso se trata el esperanto. Yo lo veía como si estuviéramos en las olimpiadas, como si estuviéramos representando a la comunidad internacional. Perdimos en números 8-3, pero a nosotros nos supo a triunfo. Lo que se pretende es que sea la semilla de algo que siempre se pueda hacer. Hubo un cubano en el partido, él da masajes para deportistas Francel Briel, sus papás son esperantistas en Cuba, todo el equipo lo nominó a él como el capitán del equipo, entonces fue un gesto muy emotivo”, afirma.
Según cuenta, al inicio del partido se entonaron los himnos de Argentina, de Armenia y de Esperanto, el cual fue compuesto por el mismo Zamenhof, y tiene una estrofa que dice: “Sub la sankta signo de l’ espero / kolektiĝas pacaj batalantoj, / kaj rapide kreskas la afero /per laboro de la esperantoj”, que significa “Bajo el sagrado signo de la esperanza / se reúnen los combatientes de la paz / y pronto avanza la obra / por el trabajo de los esperanzados”.
Joaquín es un ingeniero en electrónica de 44 años. Nació en la Ciudad de México, pero vive en Hermosillo, Sonora, desde el 2000. Ha estado, junto con su familia —con quienes habla en esperanto— en los congresos de esperanto en Hanoi, Vietnam y el de Buenos Aires.
Cuando Joaquín empezó a leerme en el teléfono un artículo publicado en la revista de la Asociación Mundial de Esperanto, tardé un segundo en darme cuenta que no era español lo que hablaba, pero aún así tenía un sentimiento de familiaridad con lo que decía. Sonaba a esa música fricativa del catalán, o a un alemán en clase de italiano. Pareciera que es la lengua en que cantaban los espías de la guerra fría mientras se bañaban, o con la que se dirigían a sus mascotas, o en la que hablaban para sí mismos cuando estaban a salvo. Se oye como una lengua fraterna.
El uniforme es verde esmeralda con blanco, y tiene una estrella verde de cinco puntas. Estos colores y la estrella son los símbolos del esperanto, donde el verde simboliza la esperanza y el blanco la paz. La estrellas de cinco puntas simboliza los cinco continentes. “En el caso del escudo, la pelota metaforiza un mundo, donde la estrella de esperanto ‘amanece’ como un sol que lo ilumina”, dice Fran.
Pero por el momento la selección tiene otros aspectos que tiene que cubrir, como ser considerado oficialmente parte de NF-Board (Nouvelle Fédération-Board, más conocida como la Non-FIFA), que acoge a equipos de naciones sin estado (esto es, que reúnen todos los rasgos identitarios que conforman a un país pero no tienen territorio o autonomía política reconocida por la ONU). Tal es el caso de los kurdos, los armenios, los tamiles, y ahora los esperantistas.
Cuando le pregunté a Francisco qué se necesita para formar una selección oficial de futbol y llegar a la Non-FIFA, la respuesta fue clara: “Hacer un país, y luego jugar al futbol. El problema es que es difícil hacer un país. Se tienen que dar todas las circunstancias. De todos modos, fuera de lo que es la NF Internacional, está la posibilidad de generar equipos que representen a determinada comunidad de intereses, que puede ser una comunidad de inmigrantes, por ejemplo, y ser parte de las actividades de entidades de una escala menor como el caso del Consejo Sudamericano de Nuevas Federaciones, que integramos, y que es la representación regional de la Non-FIFA”.
Por el momento, la afición de esta naciente selección está gestando su pasión. Cuando le pregunté a Joaquín a qué equipo le iría en un partido entre México y Esperanto, contestó: “¡Mi pronóstico a favor de ESPERANTO, totalmente!”
Glosario futbolero español-esperanto
Gol: Golo
Cancha: Stadiono
Árbitro: Arbitraciisto
Árbitro vendido: Shtelista arbitraciisto!!!
Falta: Faulo
Penal: Penalo
Tarjeta: Karto
Fuera de lugar: Ofsajdo
Yo no fui: Mi ne estis
Fue un clavado: Li simulas!
Pase de balón: Doni la pilkon
Tiro a gol: Pafgolo
Mentar la madre, según Fren: “El esperanto está pensado bajo parámetros de respeto y unidad, pero hecha la ley, hecha la trampa, entonces: Putinfilo! (Hijo de p…)”
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