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La guía Noisey para entrarle al City Pop, el soundtrack de Tokio en los 80

Noisey Guide, city pop, japon

Este artículo apareció originalmente en Noisey US.

La música pop tiende a regresar al underground de una u otra forma. De Styx a Steely Dan, hasta las infinitas versiones del hit de 1982 de Toto, “Africa”, han sido innumerables las veces en las que artistas que no fueron considerados como cool por su generación, se renuevan a través de influencias e inspiraciones, generando nuevas formas de nostalgia en los jóvenes oyentes que originalmente no los escucharon. Sin embargo, hay muy pocos estilos que sean tan extraños o históricos como el renacimiento en el siglo XXI del city pop japonés. El city pop, una vertiente del J-pop ligera, fácil de escuchar, que se nutrió de muchas influencias americanas y asiáticas como el funk, el soul, el disco, el lounge e incluso el yacht rock, definió el mainstream japonés desde finales de los 70 hasta mediados de los 80, a pesar de que en esa época se consideraba muzak inofensivo para yuppies.

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“Muchos de los japoneses que crecieron oyendo este tipo de música consideraban al city pop como algo cursi, mainstream; música desechable, e incluso la llegaron a llamar ‘shitty pop’”, dice Yosuke Kitazawa de Lights in The Attic, quien se ha encargado de las reediciones del trabajo de Haruomi Hosono, así como de la curaduría del Japan Archival Series.

Sin embargo, bajo su brillo plástico se encuentra un enfoque sincero hacia la producción y la composición que ha cautivado a oyentes de todo el mundo. Aunque el término “city pop” en sí mismo es bastante flexible (los fans discuten constantemente qué debería ser parte del género y qué no), lo que define a la música es más un sentimiento que una estructura rígida. El periodista musical Yutaka Kimura lo describió simplemente como “pop urbano para quienes llevan estilos de vida urbanos”, lo que hace del city pop una de esas cosas que uno sencillamente reconoce cuando la escucha.

Como con muchas de las otras formas de música revolucionaria que han surgido en las últimas décadas, la historia del city pop puede ser rastreada en parte al trabajo de Haruomi Hosono. Antes de formar Yellow Magic Orchestra, la banda de Hosono, Happy End, tendió puentes entre música gringa y japonesa como nunca antes, cuando sacaron su disco debut homónimo de folk rock en 1970, cantado en japonés en su totalidad (rompiendo así la convención del rock japonés de la época de cantar en inglés).

“Artistas como Happy End y Hachimitsu Pie, cuyos miembros se criaron en la posguerra y fueron expuestos a la cultura pop gringa, tocaron música con raíces gringas pero que era profundamente japonesa”, dice Kitazawa. “Eran muy conscientes de que querían cantar en japonés, con letras sobre vivir en la ciudad y sobre la nostalgia de una era que ya pasó”.

Estos lanzamientos ayudaron a forjar una nueva identidad japonesa en el pop, ilustrando postales vibrantes y costumbristas de la vida en Tokio, y esencialmente creando la fundación de lo que pronto sería el city pop.

A finales de los 70, después de varias décadas recuperándose de la devastación de la Segunda Guerra Mundial, Japón estaba llegando al pico de su milagro económico de posguerra. Las innovaciones tecnológicas en la manufactura de vehículos automatizados y los populares electrodomésticos como el Sony Walkman se estaban consolidando en Japón como gigantes de la economía, y con su influencia global en su mejor momento, era la hora de celebrar para los residentes de Tokio.

Aunque anteriormente el rockabilly y los géneros influenciados por la invasión británica como Group Sounds habían dominado la música popular japonesa, los estilos norteamericanos contemporáneos como el new wave, el jazz fusión, y el AOR empezaron a infiltrarse en el sonido del J-pop.

“La gente estaba eufórica y le emocionaba celebrar al estilo de los excesos de los 80”, dice Eli Cohen de Alliance Upholstery y Cultures of Soul, quien hace poco ayudó a compilar Tokyo Nights, una reedición de algunas de las voces femeninas más atractivas el movimiento del city pop. “El público gastaba ostentosamente en cosas como vino y licor importado, ropa de lujo, arte y viajes internacionales. La vida nocturna japonesa, desde los restaurantes extravagantes y los hostess bars, hasta los bares y discotecas glamurosos, eran insuperables. Japón necesitaba una banda sonora para ese nuevo estilo de vida, y ahi nació el city pop”.

Muchas de las figuras más populares del city pop fueron compositores y productores exitosos, con artistas como Tatsuro Yamashita y Toshiki Kadomatsu incorporando arreglos complejos y técnicas de composición en sus éxitos, utilizando acordes con 7ma mayor y acordes disminuidos que habían sacado de grupos de soft-rock estadounidenses como Steely Dan y The Doobie Brothers. La economía en auge también ayudó a que fuera más fácil para ellos ser firmados bajo una disquera, dándoles acceso a todas las más modernas tecnologías de grabación y ayudando a que el city pop obtuviera su brillo mainstream y futurista.

Los artistas visuales que estuvieron involucrados con la mayoría de las portadas de los discos de este periodo estaban igualmente intrigados por el encanto seductor del capitalismo: Eizin Suzuki, cuyas icónicas ilustraciones de bahías y muelles aparecieron en varias de las portadas del trabajo de Tatsuro Yamashita, se hizo un nombre diseñando campañas publicitarias para importantes compañías japonesas, incluyendo Nikon, Suntory, Nissan y Nippon Oil (su uso de verdes y azules fue tan predominante en la cultura que incluso inspiró el diseño gráfico del Green Hill Zone de Sonic the Hedgehog). Mientras tanto, ilustradores como Hiroshi Nagai forjaron su estilo al mezclar los visuales de la publicidad norteamericana y el pop art con un surrealismo informado por René Magritte y Salvador Dali, ayudando así a crear una sensación fantasiosa de valla publicitaria que es crucial en el atractivo del city pop.

Aunque la época de prosperidad económica de Japón llegó a su fin con el derrumbe bursátil de comienzos de los 90, (teniendo en cuenta el optimismo desmesurado del city pop) la historia del género estaba lejos de llegar a su fin. A comienzos de la década de 2010, el city pop empezó a generar cierta fascinación para artistas underground de alcoba en países occidentales.

“Hay una sensación de intriga y encanto cuando algo se siente familiar y al mismo tiempo extraño”, dice John Zobele, quien dirige el sello de vaporwave Business Casual. “Cuando descubrí el city pop se sintió como volver en el tiempo, prender un televisor y ver viejos comerciales de otro mundo, vendiendo las mismas marcas y productos pero en una forma diferente a la que recuerdo”.

Hoy en día los fans siguen subiendo nuevos descubrimientos de city pop a YouTube, añadiendo con cada video más detalles al cuadro brillante y de colores pasteles que es esta escena. El género que se originó como una interpretación japonesa de la música norteamericana ahora está siendo reflejada de vuelta a Occidente, donde la contracultura sigue dando luces sobre sus temas de excesos y paraísos. Si sabes leer japonés, Yutaka Kimura incluso ha publicado una guía de los 500 lanzamientos más esenciales del city pop, por si quieres ir de cacería de discos en Tokio. La abundancia del boom económico pudo haber caído en desgracia, pero la música de esa época aún captura esa sensación abrumadora y perdurable de optimismo por un futuro brillante. Cuando describe la experiencia que siente cuando escucha la música de Toshiki Kadomatsu, Cohen dice, “suena como la sensación que da cuando sales de la estación de tren de Shibuya a media noche. La ciudad y la noche son tuyas”.

Así que, ¿quieres entrarle al city pop orientado por álbumes?

https://www.youtube.com/playlist?list=PLE130pOpADXkmYvqkwJb05B5hYezauyi_

En sus primeras versiones, el city pop se inclinaría fuertemente en el sonido de las bandas californianas como Buffalo Springfield y Little Feat, cuyo folk-rock de verano sentó las bases para Happy End, una banda sumamente influyente en Japón. Happy End, que fue una de las primeras bandas en combinar los sonidos estadounidenses con letras en su idioma natal, sigue siendo un referente en cómo los músicos del city pop reinterpretan la música norteamericana para descubrir su propia identidad.

La música norteamericana popular y el encanto de la costa oeste seguiría siendo una poderosa influencia en el sonido de Hosono tanto para él com productor como para él como músico, aunque mucho de su material solista terminó siendo muy experimental para encajar en el empaque amigable y radial de la mayoría del city pop (lo cual no impidió que escribiera y produjera canciones para muchos ídolos adolescentes de esa era). Muchos de los actos más reconocidos del city pop también buscaban canalizar ese sonido californiano a sus canciones más jazzeras, tipo soft-rock, adornando así sus álbumes con imágenes de carros vintage recorriendo las costas con un cielo azul impecable. Tatsuro Yamashita, posiblemente la estrella más popular e icónica de este género, incluso hizo su debut con un álbum que consistió únicamente de covers de los Beach Boys, y trajo sus harmonías doo-wop tipo Brian Wilson a himnos soul como “Morning Glory” y “Magic Ways”.

Aunque mucho de este tipo de city pop tiene la misma clase de cadencia fácil de yacht rock al estilo de Michael McDonald o Hall & Oates (solo escucha el tema de Narumin & Etsu “Summer Touches You”), otros no tuvieron miedo de romper las barreras del género. Basta con escuchar el electro-lounge exótico que es Pacific, una colaboración entre Hosono, Yamashita, y el antiguo miembro de Happy End Shigeru Suzuki. Esto suena como si Van Dyke Parks tuviera rienda suelta para poder componer la banda sonora de un lobby de hotel en un resort psicodélico.

Mientras tanto, Eiichi Ohtaki (otro antiguo miembro de Happy End) constantemente remoldeaba su sonido a lo largo de su carrera musical, desde sus comienzos folk con un proto-city pop (que suena más claro en “Yubikiri”), pasando a una mezcla de sonidos vieja escuela en Niagara Moon, y culminando su sonido con la oda a Phil Spector, el clásico y playero A Long Vacation.

“Estas canciones reflejan la sensación general de los japoneses de júbilo y ascenso al pasar a la clase privilegiada global”, dice Cohen sobre la obsesión del city pop con los veranos interminables y las extravagancias vacacionales. Pero lo que realmente distingue a esta música son sus detalles suntuosos y la emoción compleja y melódica con la que estos artistas tradujeron su visión de un paraíso que los esperaba a la vuelta de la esquina.

Playlist: Happy End – “Kaze Wo Atsumete” / Taeko Ohnuki – “都会” / Tatsuro Yamashita – “Music Book” / Shigeru Suzuki – “Coral Reef” / Kiyotaka Sugiyama & Omega Tribe – “Dear Breeze” / Eiichi Ohtaki – “カナリア諸島にて” / Narumin & Etsu – “Summer Touches You” / Seaside Lovers – “Evening Shadows”

Así que, ¿quieres entrarle al city pop urbano y nocturno?

https://www.youtube.com/playlist?list=PLE130pOpADXlw-6lFz07iYScjdLtJtipQ

A medida que algunos de los ciudadanos japoneses encontraban su nueva riqueza, sus actitudes sociales también empezaron a evolucionar. Las mujeres empezaron a tener acceso a más alta educación y empezaron a trabajar más, y con más ingresos ahora podían disfrutar de todo lo que la ciudad les ofrecía.

“Las mujeres disfrutaron de los mismos excesos que los hombres, disfrutando de indulgencias cosmopolitas como la moda, la buena comida, los viajes y la vida nocturna”, dice Cohen. “Aunque las expectativas institucionales aún presionaban a las mujeres para casarse temprano y empezar una familia, no estaba mal visto que antes de hacerlo se divirtieran un poco”.

Este cambio cultural también se reflejó en la música, donde las cantantes empezaron a cubrir un territorio emocional vastamente ignorado en la música japonesa. “Temas de amor pasivo e inocente, que en música más vieja se sentían dominantes, fueron reemplazados por mujeres hablando de sus propios deseos y sentimientos”, dice Cohen. “Cantantes como Hitohmi Tohyama y Junko Ohashi cantaban sobre lo que pasaba en sus habitaciones y corrían riesgos y enfrentaban tabúes como las aventuras de una noche o ir en busca de un hombre. Mientras que muchas de las canciones de amor japonesas evitan expresar directamente las emociones, esta alusión a la relación física animó a las mujeres a tomar un papel más activo en su propia sexualidad”.

La música pop de esa época rápidamente empezó a reflejar una nueva ola de vida nocturna en Japón, con lanzamientos disco como el album de adornos urbanos de 1984 After 5 Clash de Toshiki Kadomatsu, donde se representa perfectamente el optimismo de la noche y el asombro metropolitano del city pop. Las líneas de bajo espectaculares de instrumentistas como Koki Ito y Yasuo Tomikura impulsaron esta época; uno puede escuchar riffs funkeros del primero de ellos en tracks poderosos como “Merry-Go-Round” y “Silent Screamer” de Tatsuro Yamashita, mientras que los sonidos líquidos y suaves del segundo son la piedra fundacional de temas como “First Light” de Makoto Matsushita y “Adventure” de Kikuchi Momoko.

Incluso las fusiones jazz se inmiscuyeron en el sonido del city pop a través de grabaciones instrumentales de artistas como T-Square y Casiopea, cuyos jams explosivos terminaron por dejar una impresión duradera en el mundo de los video juegos (ambas bandas pasaron a ser grandes influencias para el compositor de la banda sonora de Persona, Shoji Meguro, y el guitarrista de T-Square Masahiro Andoh incluso pasó a componer la música de Gran Turismo). City pop fue genuinamente una olla con varios estilos de música que se popularizaron en Estados Unidos en los 70 y 80, y todo eso se mezcló bajo el tema común de las alegrías, desgracias y posibilidades que uno podía vivir en la noche en la ciudad de mayor avance tecnológico.

Playlist: Toshiki Kadomatsu – “If You…” / Casiopea – “Midnight Rendezvous” / Makoto Matsushita – “First Light” / Tatsuro Yamashita – “Merry-Go-Round” / Masayoshi Takanaka – “Sexy Dance” /Junko Ohashi – “Telephone Number” / Kikuchi Momoko – “Adventure” / Haruko Kuwana – “蒼い風”

Así que, ¿quieres entrarle al techno-pop city pop?

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Incluso antes de que existiera algo llamado “city pop”, Yellow Magic Orchestra usó el término “techno-pop” para describir su propio estilo de música dance orientada en los grooves y muy dependiente de los sintetizadores. Mientras que proyectos anteriores del trío como Happy End usaban letras coloquiales en japonés para justificar su tradición en el rock como algo más que una simple importación norteamericana, Yellow Magic Orchestra eliminó los últimos restos de sinceridad occidental, burlándose de los estereotipos, todo mientras trazaban una visión alternativa de la identidad cultural japonesa a través de la tecnología. Canciones como “Technopolis”, de Solid State Survivor aparecieron en comerciales de televisión para nuevos aparatos como caseteras portátiles, y el uso de la banda de los sintetizadores y drum machines más modernos de la época de compañías japonesas como Roland y Yamaha establecerían tanto a la banda como a la nación como fuerzas a ser reconocidas en la nueva economía.

Aunque el término “techno-pop” eventualmente pasó a su versión más amplia de “city pop” (que incidentalmente es también una referencia al álbum compilatorio de Happy End, City, así como a su concierto final en 1973 “City: Last Time Around”), el uso masivo de nueva tecnología en los estudios sería un rasgo definitivo en los años venideros del city pop. Con una nueva clase consumidora hambrienta de CDs, cassettes y cintas de video para nuevos aparatos como el Sony Walkman o el Betamax VCR, los sellos disqueros incrementaron sus presupuestos para grabaciones cada vez más extravagantes, trayendo constantemente a músicos extranjeros y contratando a orquestas sinfónicas enteras. Como señala Cohen, artistas de city pop como Tatsuro Yamashita y Toshiki Kadomatsu fueron “igualmente reconocidos por su producción para otros artistas”, haciendo uso permanente de herramientas como el Yamaha DX-7, el Roland Juno-60, y el ARP Quadra, así como el LinnDrum rhythm machine.

Bajo el brillo comercial de Tatsuro Yamashita y Toshiki Kadomatsu estaba siempre una atención cuidadosa por los lujos en la nueva tecnología de los estudios, y para artistas como Kiyotaka Sugiyama, Casiopea, y Wink, el nuevo equipo de sintetizadores se volvió algo crucial en su música. Another Summer, el cuarto álbum de estudio de Sugiyama con su banda Omega Tribe, presenta al compositor trabajando con sintetizadores como el Moog Polymoog y el Yamaha DX-7, mientras que éxitos pop como “Sabishii Nettaigyo” de Wink crearon un synth-pop alegre que podía competir con cualquier material de Eurythmics. Al mismo tiempo, álbumes como Make Up City y Mint Jams de Casiopea revelaron que esta nueva tecnología nunca operó aisladamente, con la banda combinando líneas virtuosas de sintetizadores con su paleta amplia de jazz fusión. Al ser más una influencia que un subgénero del estilo, el techno-pop sentó las bases de muchos de los matices en formas que todavía se pueden sentir en algunas de las canciones más exitosas del J-pop de hoy.

Playlist: Casiopea – “Eyes of Mind” / Wink – “Sabishii Nettaigyo” / Kiyotaka Sugiyama – “Umikaze Tsushin” / Mariya Takeuchi – “Oh No, Oh Yes!” / Toshiki Kadomatsu – “I Can’t Stop The Night” / RA MU – “Rainy Day Lady” / Katsumi Horii Project – “Hot Is Cool” / Hiroshi Satoh – “Say Goodbye”

Así que, ¿quieres entrarle al city pop actual?

https://www.youtube.com/playlist?list=PLE130pOpADXl9hwG_45jX4mEdyK31bhAr

En junio de 2018, la super estrella de K-pop Yubin fue acusada públicamente de plagio. En la expectativa de su primer sencillo como solista, la antigua miembro de las Wonder Girls reveló un teaser de 15 segundos de audio del track “City Love”, que era un B-side. Los fans de Internet rápidamente compararon el sencillo de Yubi con otra canción de una estrella de city pop, Mariya Takeuchi, con título y melodía similares a las de la canción de 1984 de Takeuchi, “Plastic Love”. Aunque el sello de Yubin pospuso el lanzamiento de la canción (que, seis meses después, no ha salido), la disputa permite dar un vistazo de lo mucho que el K-pop y el J-pop se ha inspirado en el city pop. El lado A, “Lady” luego tuvo su propio video, que tenía incluso su escena ostentosa en un auto, un número de baile en el subte, y una paleta de colores sacada de algunos de los productos más memorables del city pop.

Dejando de lado a Yubin y a las Wonder Girls, en los últimos años hemos visto un resurgimiento del city pop sin precedentes en la historia del género. Grupos de pop y rock como Awesome City Club, Sugar’s Campaign y Yoshida Yohei Group han citado el city pop como una inspiración fundamental. Bandas de funk japonesas como Suchmos, Lucky Tapes y Special Favorite Music han hecho tracks de dance retro que se han inclinado tanto en los maestros del disco en Estados Unidos como en las interpretaciones de Tatsuro Yamashita, Masayoshi Takanaka y muchos otros predecesores del city pop. Incluso un participante del popular reality show Terrace House tiene una banda de city pop.

Aunque el estilo en sí se ha convertido apenas en una de muchas influencias que nutren a los artistas de hoy que viven en una era de sobrecarga de información, el término “city pop” ha hecho una especie de regreso en la jerga y el léxico japonés. Ryotaro Aoki, del Japan Times, señala que el término —que pasó de moda en los 90— se ha convertido en un concepto que sirve para abordar todo lo retro y funky que tenga que ver con la música en japonés. Lo que una vez significó música por y para jóvenes japoneses de la ciudad, se ha convertido para Aoki en “un término más simplificado de moda usado para inducir sensaciones de sofisticación, elegancia y nostalgia”. Sin embargo, es difícil negar que actos como Awesome City Club, City Your City y Yogee New Waves claramente se están influenciando por el city pop, incluso si la conexión tiene más que ver con los nombres de las bandas y la estética visual que con una referencia sonora fácil de detectar.

Algunas de estas superposiciones pueden tener que ver con la exposición cada vez más presente de grabaciones clásicas de city pop en YouTube. “Plastic Love”, las canción de Mariya Takeuchi plagiada por Yubin, fue probablemente reconocida por los fans gracias a su inescapable presencia en la plataforma, donde el video obtuvo más de 22 millones de visitas antes de ser bajado por la página el año pasado. Gracias a su atmósfera agradable y a su posicionamiento extrañamente frecuente en la barra de recomendaciones de YouTube, la canción una vez olvidada llegó a fascinar a oyentes de todo el mundo, defendida por todos desde the Black Madonna hasta Gorillaz en los últimos años.

Pero la popularidad del género en YouTube no está limitada a “Plastic Love”, pues otros clásicos como For You de Tatsuro Yamashita y After 5 Clash de Toshiki Kadomatsu han llegado hasta los cientos de miles de visitas en la plataforma. Remixes, live streams y playlists han surgido en todas las esquinas de YouTube, SoundCloud y Spotify, lo que sugiere que hay algo en el city pop que se adapta naturalmente a las formas de escuchar música hoy en día en redes sociales. El género ha sido de interés para los músicos de vaporwave y future funk desde hace mucho, y ellos rápidamente adaptaron sus cualidades plásticas y alegres y lo transformaron en su pastiche de ojos rojos. Otros estilos de música de ambiente japonesa también encontraron un éxito similar gracias a las recomendaciones de la barra de YouTube.

Tal y como lo dijo Yosuke Kitazawa en una entrevista, “los remixes de SoundCloud y los algoritmos de YouTube han ayudado, claro, pero no estarían ahí para ser descubiertos en primer lugar si no fuera por una generación de obsesivos coleccionistas de discos y DJs (tanto de Japón como de otros países), y por los amantes de Japón que ha ayudado a redescubrir estos sonidos de la era dorada de la cacería de discos de los 90”.

Desde foros en Internet hasta éxitos legítimos en los listados de pop japonés, la influencia del city pop se expande a lo largo y ancho de la música contemporánea. Lo que empezó como un intento de explorar una nueva dirección del rock japonés inspirado en la música folk occidental ha vuelto a occidente como una forma fascinante de una identidad cultural posmoderna que diluye las culturas japonesas y estadounidenses en el proceso. “Es evidencia de cómo la música tiene el poder de cruzar fronteras internacionales, incluso si las razones por las que el city pop atrae no son tan fáciles de explicar”, dice Kitazawa. Y aunque puede ser imposible desenredar y entender el misterio y el encanto del city pop, no hay nada difícil de entender en la música como tal, que es tan accesible, alegre y cautivadora como cualquier música pop de occidente. Solo hicieron falta un par de décadas para que pasara.

Playlist: Mariya Takeuchi – “Plastic Love” / Skylar Spence – “Skylar Spence” / Yubin – “숙녀 (淑女)” / Awesome City Club – “アウトサイダ” / Suchmos – “Stay Tune” / Lucky Tapes – “レイディ・ブルース” / Special Favorite Music – “Royal Memories” / t e l e p a t h テレパシー能力者 – “ずっと一緒にいたいよ”

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