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La nueva sobriedad: Porqué ha vuelto el ‘straight edge’

Cuando Ian MacKaye escribió la canción “Straight Edgeen 1981, no tenía ni idea de que daría nombre a todo un movimiento internacional. El líder de la banda Minor Threat veía ese virulento tema de 46 segundos de duración como un mero rechazo de la vida llena de excesos y consumo de drogas que llevaban algunos punk rockers en aquella época. Pero su mordaz letra (“Soy una persona igual que tú, pero tengo cosas mejores que hacer que andar por ahí fumando droga, porque yo sé que puedo enfrentarme a la vida”) inspiró a miles de punks a empezar a vivir de forma limpia.

El punk llevaba media década existiendo cuando salió “Straight Edge” y su rebelión también vino acompañada del consumo de grandes cantidades de drogas y alcohol. Ambas cosas estaban tan profundamente entremezcladas entre sí que para MacKaye ser un punk rocker que no se volvía mierda era un acto revolucionario.

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El término straight edge fue finalmente adoptado por una subcultura dentro de la escena punk hardcore cuyos miembros se comprometían a abstenerse de consumir drogas, tabaco y alcohol. A lo largo de las últimas cuatro décadas, el movimiento ha adoptado muchas formas diferentes, desde violentos grupos militantes hasta religiosos Hare Krishnas. Y ahora una nueva generación de adolescentes que no consumen sustancias lo mantiene vivo.

“Toda mi vida he visto consumir alcohol, drogas y tabaco, pero nunca he sentido el deseo de poner en riesgo mi pensamiento racional ni mi propia seguridad o la seguridad de otros” me dijo Jacqueline City, una joven de 20 años de edad que se identifica como straight edge desde 2014. “Antes de conocer el movimiento straight edge me sentía muy diferente y sola porque no tenía la necesidad de probar el alcohol y las drogas, pero autodenominarme straight edge vegan me ha ayudado a encontrarme a mí misma y a encontrar mis creencias más profundas y mis valores”.

City conoció la escena straight edge a través de un vídeo de YouTube creado por Patty Walters, el líder de la banda británica de pop punk As It Is. “En él explica que cuando iba al colegio lo normal era salir a beber, pero él no sentía ningún deseo de hacerlo”, dijo City sobre el vídeo, que cuenta con más de 300.000 visualizaciones. “Me sentí muy identificada con su historia porque tuve una experiencia muy similar cuando iba al colegio”.

A principios de los 80, quienes se identificaban como straight edge se dibujaban una “X” negra en el dorso de la mano ―del mismo modo que los dueños de las salas de conciertos marcaban las manos de los miembros del público que eran demasiado jóvenes para beber― para dejar claras sus intenciones. La “X” se ha convertido desde entonces en un símbolo universal de los miembros de esa comunidad y hoy en día muchos edgers incluyen los símbolos “xxx” ―o “xvx” en el caso de los veganos― en las bios de sus redes sociales. Muchos straight edge han adoptado el veganismo y el vegetarianismo como otra forma limpia de vivir.

Aunque City dijo que no conoce a muchas personas que sean straight edge, comunidades online como Straight Edge Worldwide cuentan con más de 80.000 seguidores en Facebook y ofrecen acceso a otras personas del movimiento.

Incluso aunque no todos los adolescentes sobrios se identifican abiertamente como straight edge, diversas investigaciones han descubierto que cada vez más adolescentes están optando por llevar una vida libre de sustancias. El número de estudiantes que afirman no haber consumido ningún tipo de sustancia (ni cigarrillos, ni alcohol, ni drogas ilegales) en los últimos 30 días creció del 26 por ciento en 1976 hasta el 54 por ciento en 2014, la cifra más alta jamás registrada, según la organización sin ánimo de lucro Child Trends.

Un estudio realizado a nivel nacional en EE. UU. y titulado Supervisando el futuro también descubrió que “el consumo de drogas, alcohol y tabaco entre los adolescentes se redujo significativamente en 2016, llegando a los índices más bajos registrados desde la década de 1990”.

Aunque no existe una única razón para ese rechazo, los científicos están ahora explorando cómo el aumento del uso de los smartphones podría estar afectando al deseo de los jóvenes de consumir drogas, ya que pueden producir efectos similares en el cerebro. Muchos expertos atribuyen la decisión de vivir de forma limpia a la educación pública y a los crecientes esfuerzos por parte de los padres y educadores para debatir sobre los peligros del uso de las drogas y ofrecer alternativas saludables.

El Wellness Environment (que significa “entorno de bienestar”) de la Universidad de Vermont es una de esas alternativas. Este programa, que fue introducido en 2016, ayuda a los adolescentes a adoptar un estilo de vida saludable conforme empiezan la universidad ofreciendo una clase obligatoria de neurociencia, meditación, asesores de nutrición y entrenadores personales, además de habitaciones libres de sustancias tóxicas en las residencias. Al parecer, el éxito de la iniciativa ha despertado el interés de otras universidades como Georgetown y Tulane.

“Quería vivir en Wellness Environment porque era presidenta del programa VAASA [siglas en inglés de ‘Atletas de Varsity por encima del abuso de sustancias’] de mi instituto y quería seguir formando parte de esa comunidad”, explicó Caroline Duksta, estudiante de primer año y miembro del equipo de vela de la Universidad de Vermont. “Siempre me he tomado muy en serio mi entrenamiento y sabía que necesitaba formar parte de esa comunidad para continuar mejorando”.

Stevens no es ni de lejos la única estudiante de la universidad que está interesada en un entorno libre de sustancias. El próximo año, el programa se ampliará para acoger 650 estudiantes en lugar de los 120 que acoge ahora, debido a la creciente demanda.

“Creo que cada vez hay más estudiantes que buscan este tipo de entorno donde pueden recibir apoyo para mantenerse sanos mientras aprenden a gestionar el estrés, las presiones y los retos de la vida universitaria”, me dijo por mail Annie Stevens, Vicedecana de Asuntos Estudiantiles en la UVM. “La UVM ha visto una reducción significativa del consumo de alto riesgo de alcohol en los últimos 5 años”.

Stevens atribuye este descenso a los esfuerzos realizados por la institución docente con, por ejemplo, programas de intervención motivacional como BASICS (siglas en inglés de “Breve sondeo sobre alcohol entre estudiantes universitarios”) y al compromiso de los padres. Iniciativas similares, que apoyan a los jóvenes que desean mantenerse alejados de las sustancias tóxicas, están ganando terreno por todo el país. Este año, un retiro anual libre de sustancias para estudiantes de instituto que se organiza en Ohio registró un récord de asistencia.

“No me sorprende nada que la gente quiera formar parte de nuestra comunidad”, añadió Dustka acerca del programa. “Es un lugar tranquilo y muy alentador que te permite tener éxito con tus estudios universitarios y mucha gente quiere tener éxito. Wellness Environment es el mejor lugar done puedes estar si deseas que tu éxito llegue a materializarse”.

Puede que MacKaye nunca tuviera la intención de crear todo un movimiento, pero conforme cada vez más adolescentes optan por llevar una vida libre de sustancias, está claro que su mensaje sigue estando vigente más de 30 años después. Ahora, en lugar de ser un estilo de vida revolucionario, puede que vivir de forma limpia se convierta en lo normal.