La vida contra un tal Messi en cuatro capítulos

La vida no es fácil cuando enfrente tienes a Lionel Messi. El debate sobre su importancia en la historia del futbol polarizará siempre la agenda del deporte. Saber si es o no, el mejor jugador en los anales del balompié.

Entre una y otra, el planeta lo podrá disfrutar, siempre y cuando no lo tengan como rival. En México no somos ajenos a esto por lo que nos maravillamos con su futbol, pero lo hemos sufrido cuando le toca medirse a la selección mexicana o a un referente del balompié azteca.

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Hay cuatro capítulos, todos negros, en los que Lionel Messi nos ha dejado con la boca cerrada, siendo figura o al menos, estando en el campo para ayudar a los suyos.

Testigo del ‘Maxigolazo’ en Alemania

Pese al triunfo de Argentina, Messi hizo muy poco en aquel juego que definió Maxi Rodríguez. Foto: Martin Rose / Getty

La primera ocasión que el futbol mexicano se cruzó con Lionel Andrés fue en la Copa del Mundo de Alemania. Aquellos octavos de final donde la parábola de Maxi Rodríguez nos robó el corazón y nos sacó de golpe todo el aire que teníamos en los pulmones.

Messi era muy joven en aquel Mundial. Con apenas 19 años, se abrió el debate sobre si Néstor José Pekerman debía convocarlo con Argentina pese a que llevaba poco tiempo de debutar con el Barcelona y prácticamente no había estado en los partidos de la eliminatoria de CONMEBOL. Al final, el extraordinario nivel que vivía con los blaugrana le aclaró la mente a su entrenador y decidió incluirlo en la lista.

El ’10’ no brilló en la justa. No tuvo actividad contra Costa de Marfíl, marcó un gol entrandode cambio en la goleada de 6-0 sobre Serbia y Montenegro y pese a ser titular con Holanda, no pesó ni marcó gol saliendo de cambio. En aquel encuentro de octavos de final ante el Tri, Pekerman lo hizo entrar a los 84 minutos de un juego que estaba empatado a uno y que tenía como final los tiempos extra.

Messi fue muy bien maniatado tanto por Mario Méndez como por el ‘Gringo’ Castro. En aquel extraordinario partido del Tri de La Volpe, ni Lionel pudo brillar, pero aún así, tras el gol de Maxi, pudo festejar el pase y su primera batalla ganada ante México.

Fue luz ante el Tri de Hugo en la Copa América de Venezuela

No pasó mucho tiempo para que Lionel Messi y México se encontraran las caras. Apenas un año de aquella tarde alemana, se cruzarían los ojos en la Copa América de Venezuela.

México venía de dar una muy agradable fase de grupos en la que se impuso a Brasil, Ecuador e igualó con Chile. En cuartos de final, despedazó a una frágil Paraguay con un contundente 6-0 para que en las semifinales Argentina fuera el rival.

Messi ya no era una esperanza sino una realidad. Sus convocatorias ya no dejaban espacio a dudas, él tenía que estar sí o sí en el campo de juego.

Aquella tarde, México se desdibujó y Messi fue la gran figura del seleccionado sudamericano, coronando su partido con un extraordinario gol, como los que solo él sabe anotar, ante un perplejo Oswaldo Sánchez que acabó viendo cómo la vaselina del argentino se metía desesperadamente en su arco. Un 3-0 que eliminaba al Tri con un Messi espectacular.

Estalló una vuvuzela en el tímpano

Messi celebra junto a Tévez el 3-0 temporal de Argentina. Foto: Getty

Argentina se había convertido en el animal de México, en su bestia negra y en su puerta de salida para los grandes eventos. Para completar el Trinomio Perfecto, nuevamente nos encontramos con la albiceleste y Messi en la Copa del Mundo de Sudáfrica.

Como si fuera un espejo de Alemania, nuevamente los octavos de final nos aguardaban. México volvía a calificar segundo tras un desastroso encuentro final en la fase de grupos, y Argentina llegaba sólido como líder de grupo en su sector. Pese a ello, la revancha estaba servida para que el Tri pudiera cobrar venganza, algo que evidentemente, no solo no pasó, sino que estuvimos muy lejos de ser aquel equipo que tuvo de rodillas a los sudamericanos cuatro años antes.

Las críticas para Lionel Messi por sus bajos rendimientos con Argentina ya rodeaban siempre una convocatoria. En un estado superlativo de forma, se esperaba que el Mundial africano fuera la oportunidad de despegue para el crack del Barcelona y que apagara de una vez por todas las dudas sobre si es o no, el mejor jugador de la historia.

Pero la Copa no fue buena. Ni un solo gol en toda la justa. Primero, Nigeria y Vincent Enyeama se lo impidieron. Después contra Corea del Sur, la fiesta de Higuaín lo opacó para que finalmente ante Grecia nuevamente se quedara en blanco.

Con México en octavos, siempre fue un dolor de cabeza, aunque no tuvo nuevamente su mejor encuentro. Un gol en fuera de lugar y un ‘oso’ de Ricardo Osorio sentenciaron al Tri con el doblete de Higuaín, para que Carlos Tévez cerrara la cuenta con un 3-1 que difuminó Javier Hernández.

Hola ‘Chicharito’

Chicharito llora en el césped de Wembley tras perder la final de Champions ante el Barcelona de Messi. Foto: Getty

Como si fuera una secuela al éxito del año anterior, el galán y figura de la película volvió a ser Messi, pero en el año de 2011, casi 365 días después de aquel encuentro en el Soccer City de Johannesburgo. Afortunadamente, ya no fue con un Argentina-México, pero si con el Barcelona ante el máximo ídolo del futbol nacional, que todavía en aquel entonces, no ganaba tantos ‘haters’ como los que tiene en este instante.

Chicharito llegaba a Europa como el mexicano exitoso que todos anhelarían ser. En un año, silenció a los detractores que no le veían posibilidades de triunfar en Europa, ganándose minutos y la confianza de un histórico como Alex Ferguson, en un gigante como el Manchester United y quedándose con la titularidad del equipo. Al final, el premio era jugar desde el inicio, la final de la Champions League con los ‘Red Devils’.

El rival no era más que el Barcelona, ese equipo histórico que dirigía Josep Guardiola y que lidereaba en el campo Lionel Messi. Wembley sería el sitio que pondría a millones de mexicanos con el sueño de ver triunfar a un Javier Hernández que durante el encuentro tuvo muy pocas oportunidades de hacer algo.

Messi podría ser discutible en Argentina, pero no en el Barcelona. Ahí él manda, él dispone, ejecuta y gana. Pedro adelantó, Rooney igualó, pero Lionel puso el gol de la quiniela que minutos más tarde David Villa amplió. Los culés dejaban el marcador 3-1, con Messi sonriendo y Chicharito llorando en el centro del campo.

¿Nos saluda de ‘manita’?

Este lunes, Messi y el futbol mexicano se encuentran de nuevo. Con las eternas dudas aumentadas por su nivel con Argentina, el crack sudamericano tendrá una batalla más con balompié azteca que querrá, por vez primera, sacudirse los malos resultados que se tienen cuando el ’10’ está enfrente.

Será amistoso, el primer juego que no involucra un vivir o morir en el intento. Pase lo que pase, será, como siempre, un deleite ver a Lionel Andrés en el campo.

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