Música

La vida cotidiana de los intérpretes de lengua de señas de conciertos

Artículo publicado originalmente por Noisey Francia.

Es una tarde de junio en el Firefly Music Festival. Mientras miles de fanáticos miran a Of Monsters and Men, algunas personas centran su atención en un tipo delgado con cabello rubio parado al pie del escenario: está traduciendo las canciones a lengua de señas para el público con discapacidad auditiva. La letra We crawl, we crawl on the ground de “Six Weeks” se convierte en sonrisas acompañadas de movimientos lentos y desesperados.

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Los intérpretes de lengua de señas son cada vez más comunes en los festivales de música estadounidenses. Su papel: permitir a los espectadores interesados vivir una experiencia más completa. “Es el equivalente a las rampas para personas en sillas de ruedas”, dice Donnie Gibbons, quien se ha presentado en conciertos de Phish y numerosos actos de Grateful Dead. Con esto quiere decir que considera su trabajo esencial. Sin embargo, a diferencia de las rampas, la interpretación de canciones en lengua de señas requiere meses de preparación.

Según algunas personas sordas que asisten a festivales, en su condición se alcanza a escuchar algo de la música. El grado de pérdida auditiva de las personas es muy variable y gracias a los avances en prótesis e implantes cocleares es cada vez más raro que alguien no escuche absolutamente nada, especialmente en conciertos en vivo donde el sonido está a más de 100 decibeles.

Bill Boyland, de Albany, Nueva York, por ejemplo, es sordo de nacimiento y un gran fanático de la música. En su juventud, no soportaba la música country que escuchaban sus padres, pero cuando su hermana no estaba en casa, robaba su tocadiscos y escuchaba los discos de Van Halen y Aerosmith. Le gustaban el sonido de la batería, la guitarra y la voz, pero tenía problemas para comprender cada palabra.

“Cuando compraba los discos de las bandas que me gustaban, lo más emocionante era ver la letra que venía en el folleto”, dice. “Me sentaba, escuchaba música, y al mismo tiempo, leía las letras una y otra vez, para sumergirme en la música y entender a la perfección lo que decían”.

Donnie Gibbons en el escenario junto a The Grateful Dead.

En un concierto de rock saturado de guitarra y distorsión, hasta a las personas con buena audición les cuesta trabajo descifrar la letra. Para algunas personas con pérdida auditiva, los intérpretes están allí para completar los espacios en blanco de lo que no pueden entender al leer los labios. Otros, por ejemplo, solo pueden escuchar los bajos y sentir sus vibraciones; ver la letra o el significado de una canción agrega una faceta extra a su comprensión de la música en vivo.

Desde que se aprobó la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades de 1990, las salas de conciertos y las compañías de producción deben proporcionar intérpretes si alguien lo solicita. Boyland ha estado en contacto con Live Nation para solicitar la presencia de intérpretes en cinco conciertos en los últimos dos años.

Hay organizaciones que se especializan en reclutar intérpretes para eventos especiales, pero es más común que la conexión entre un intérprete y la compañía que lo necesita se de por el voz a voz. Incluso los espectadores tienen la oportunidad de solicitar un intérprete en particular. Fue así como Gibbons se convirtió en el favorito para Phish y Grateful Dead.

El hecho de que sea fanático de algunas bandas ha sido un factor importante. “Tiendo a seguir trabajando con bandas que conozco y amo”, dice. “Facilita todo el trabajo y mejora enormemente la experiencia”.

Holly Maniatty se hizo un nombre después de trabajar para Wu-Tang en Bonnaroo.

A Kelly Sosebee, otra intérprete del Learning Center for the Deaf en Massachusetts, le han delegado algunos trabajos que no la han motivado: bandas de metal como Slayer, Slipknot y Lamb of God. Sosebee afirma que ser fan de la banda es un requisito para ser intérprete en un concierto. “Inviertes en música porque te gusta”, dice. “Si me pidieran que interpretara a una banda de pop o un género de rap que no me gusta mucho, sabría que hay otro intérprete que lo puede hacer mejor que yo”.

Pero incluso cuando se trata de su banda favorita, los intérpretes comienzan su preparación semanas o meses antes de la fecha del concierto escuchando incansablemente la música hasta que se aprenden las letras y conocen bien al cantante. Gibbons afirma sentirse cómodo solo cuando es capaz de “adivinar el nombre de la canción después de tres notas” o menos. “Tenemos que ser fanáticos incondicionales”, dice.

Conocer la lista de canciones que tocarán en el concierto también es una ventaja. A veces, el grupo se la proporciona por adelantado a la empresa que produce el evento. Cuando eso no pasa, siempre está la opción de buscar en internet. Sosebee usa setlist.fm, un sitio donde los usuarios comparten listas de conciertos. “Cuando una banda ha estado de gira por un tiempo”, dice, “te da una muy buena idea de lo que van a tocar”.

Gibbons también está acostumbrado a buscar información en internet, pero dice que es complicado cuando se trata de bandas como Grateful Dead, que son famosas por nunca hacer lo mismo. “Si tenemos la lista de canciones del día anterior, ya sabemos qué canciones no aparecerán en nuestra lista”, se ríe. Al analizar los shows recientes, es más o menos capaz de adivinar lo que van a tocar, pues le apuesta a lo que no han tocado anteriormente.

Después de que el intérprete ha elegido una lista establecida y ha memorizado los textos, debe elegir entre transcribir palabras o ideas, o una combinación de ambas. La lengua de señas tiene su propia gramática, sintaxis y semántica, que incluyen tanto elementos visuales como expresiones faciales y movimientos en el espacio para expresar significados, emociones y relaciones. Esta lengua está más cerca de una combinación de ideas que de una traducción literal, que también es posible gracias al alfabeto dactilológico, que permite deletrear letra por letra en lengua de señas. Según su audiencia, un intérprete tiene la opción de seguir uno u otro de estos métodos o una combinación de ambos. Gibbons y Sosebee hablan directamente con la audiencia para saber qué prefiere. “Me gusta saber qué bandas prefieren, cuáles están más ansiosos por ver”, dice Sosebee. “Me da una meta y me permite saber en quién voy a enfocar mi energía”.

Un fanático como Boyland, que escucha lo suficientemente bien con audífonos, busca una interpretación que se ajuste al tempo de la canción y lo ayude a comprender las palabras que se le van. Pero una persona que solo puede escuchar las vibraciones del bajo preferiría una interpretación completa de la canción. Para este tipo de espectadores, no es necesaria una interpretación exhaustiva del texto.

La mayoría de las veces, la combinación de las dos técnicas es lo que funciona mejor. Gibbons explica, por ejemplo, que si tuviera que interpretar “Satisfaction” de los Stones, tendría que transcribir las palabras precisas “I can’t get no”, bien pegado al ritmo, para que el público pudiera cantar el coro, y dejarse llevar por el ritmo. Durante el verso, por el contrario, sería tentador transcribir la idea de “When I’m driving my car”, en lugar de hacer que el texto sea exacto.

Algunas canciones, sin embargo, representan más problemas que otras. “Unfit for Human Consumption” de Carcass fue un gran desafío para Sosebee, una experimentada fanática del metal. La pieza abre con estas líneas: “Seductive lymphandetitis / Delectable septic metritis / Tempting glanders jaundice / For human consumption unfit” [Linfadenopatía atractiva/ metritis séptica deliciosa / glándulas tectónicas de ictericia / nada apto para consumo humano]. Y los cuatro minutos y medio restantes están hechos del mismo material multisilábico y grotesco. Mientras la mayoría de los oyentes simplemente sacudía la cabeza ante el rugido de la muerte y los arpegios frenéticos sin pensar en el texto, Sosebee se vio obligada a analizar más concretamente los temas que aborda. “Creo que la intención del grupo es generar algún tipo de disgusto en el oyente”, dice. “Es una mezcla de sexo y terminología médica. La canción describe la degeneración del cuerpo humano”.

Tuvo que buscar palabras que no conocía en Google para determinar si ciertas enfermedades podían ser traducidas directamente a la lengua de señas. “Algunas eran muy visuales, como, por ejemplo, una herida purulenta”, continúa. “Es algo que puedo hacer visualmente en lengua de señas”. Sosebee podía haber deletreado los términos médicos más complejos, pero eso habría afectado su desempeño, pues no hubiera dado ninguna explicación del significado. Es como darle al espectador el equivalente del término, sin darle el equivalente del mensaje. Así que trató de transmitir su significado a través de expresiones faciales y un lenguaje corporal que expresaba repugnancia visceral. En otras palabras: misión cumplida.

Una vez que se detiene la técnica de interpretación, la secuencia se desarrolla como un baile que se repite. “Solo tienes que entrenar hasta la muerte todo el tiempo, hasta que sea algo natural para ti”, explica Sosebee.

Durante los conciertos, los intérpretes suelen trabajar en equipo, lo que les permite alternar y tomar descansos, así como asegurarse de que sea la persona que mejor conoce la canción X o Y la que hará la transcripción.

El escenario ideal incluye un panel iluminado para que el intérprete pueda leer sus notas y textos a transcribir, y una luz orientada hacia él. Si la organización del evento es muy sofisticada, al intérprete se le proporcionan unos auriculares que están conectados a la voz del cantante. Esa es la única forma de escucharlo realmente, pues la mayoría de las veces el intérprete se ubica justo enfrente o al lado a las paredes de los parlantes.

Si Gibbons no recuerda alguna canción durante la presentación, le hace señas a quienes él llama sus súper admiradores: el público con discapacidad auditiva que es aún más experto en reconocer las canciones. Les pregunta qué está tocando la banda y trata de encontrar la letra y hacer todo lo posible para improvisar una interpretación.

Boyland dice que los mejores intérpretes que ha visto combinan eficiencia, energía y respiración dramática en su trabajo. Recuerda una actuación particularmente excelente, en un concierto de Disturbed: “Una de mis canciones favoritas es ‘Sound Of Silence’, y su interpretación fue muy hermosa y muy dulce, porque es una canción lenta, y en ese sentido, lo vi como una forma de arte, porque [el intérprete] lo hizo muy bien”.

La ahora famosa Amber Galloway Gallego traduciendo a Kendrick Lamar

Estas interpretaciones también llaman la atención de la audiencia con capacidad auditiva. Algunos videos de la reconocida intérprete Amber Galloway Gallego se volvieron virales después de que la gente comenzó a notar que esta mujer con cabello rosa traducía «Pussy and Patron make you feel alright», de Kendrick Lamar, con gestos agresivos.

“Esto no es nada nuevo”, dice Sosebee. Es una lengua como cualquiera con un toque de actuación, necesaria cuando se trata de traducir música. Ella entiende por qué puede ser divertido ver a los intérpretes en los conciertos, pero espera que la gente no olvide que están allí para ayudar a una minoría de personas. “A veces la atención que recibimos no va más allá de ‘Oh, lo hace muy bien’ o ‘Mira las caras que hacen’”, continúa. “Si es algo que despierta tu curiosidad, vale la pena echarle un vistazo más de cerca”.