Pídanle a cualquier persona que nombre un programa de televisión popular en el que aparezcan mujeres desnudas y la mayoría de las personas responderá Game of Thrones. Las trabajadoras —y trabajadores— sexuales abundan en Westeros, y la serie cuenta con innumerables pezones, traseros e incluso penes, así como con intriga sexual y tabú (es el programa más pro-incesto de la televisión, un título por el que nadie más compite). Muchos han señalado su popularidad y su “HBO-ificación” para explicar la reputación sexual (explotadora) de Game of Thrones, pero no sólo es el contenido explícito lo que atrapa a los espectadores. Esto queda mejor evidenciado por su manejo de personajes femeninos queer, y cómo la serie ha cambiado el material original cuando se trata de encuentros sáficos.
La serie ha dejado pasar algunas oportunidades para mostrar sexo lésbico (la mejor clase de sexo en mi opinión y al parecer el de muchas mujeres heterosexuales), pero nos dio a dos personajes femeninos queer importantes: Ellaria Sand y Yara Greyjoy; una relación que pudo haber sido consumada, pero que, como es costumbre en Game of Thrones, fue destruida por el fuego. Ellaria es explícitamente bisexual en los libros y la serie, como su amante Oberyn Martell, y vemos a la pareja participar en una orgía con trabajadores sexuales de ambos sexos antes de que Tywin Lannister los interrumpa bruscamente. Aunque las escenas de Ellaria pudieran ser difíciles de ver (¡las Sand Snakes, los terribles acentos!), sus encuentros lésbicos se centraron en mujeres entusiastas y dueñas de sí mismas.
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Yara (llamada Asha en los libros), no tiene relaciones explícitamente queer en los libros, y sólo se describe su encuentro sexual con Qarl la Sirvienta, una guerrera Ironborn que apoya su reclamo al Trono de Sal. En la serie, sin embargo, la sexualidad de Yara es un masculina debido a su linaje Ironborn: Sabe lo que quiere y lo toma. Ella ha sido considerada la primera y única “lesbiana” de Game of Thrones, pero la actriz Gemma Whelan describe a su personaje como “pansexual”.
“Creo que ella piensa, ‘Estoy preparada para cualquier cosa’. Ese es su ethos”, contó Whelan a Vulture. “No creo que prefiera un sexo sobre el otro, depende de cómo se sienta al momento”.
Dos narrativas lésbicas de los libros que la serie no utilizó involucraron a las reinas Daenerys y Cersei, una decisión sorprendente, ya que la mayoría asumiría que la “HBO-ificación” de una historia significaría usar cualquier excusa para mostrar sexo en pantalla, especialmente si involucra a personajes principales.
Cersei tiene una experiencia en el cuarto libro con una mujer proveniente de Myr llamada Taena Merryweather, esposa de Orton Merryweather, que sirvió en el consejo de Tommen y fue la Mano del Rey antes de renunciar y huir cuando Cersei fue encarcelada por los Militantes de la Fe. La escena sexual sirve para mostrar que Cersei se excita con la dominación y el dolor, y eso es suficiente para convertir a cualquier mujer queer en hetero. Una noche, Cersei pellizca el “pezón grande y oscuro” de Taena hasta que se despierta, y continúa haciéndolo hasta que Taena le dice: “Me estás lastimando”. Como es costumbre, Cersei ignora su dolor y le responde: “Soy la reina, voy a reclamar mis derechos”.
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No había placer en ello, no para Cersei. Para Taena, sí… La reina deslizó un dedo en ese pantano de Myr, luego otro, moviéndolos dentro y fuera… Quería saber si sería tan fácil con una mujer como siempre había sido con Robert…, pensó, mientras deslizaba otro dedo en Myr. Ella jadeó algunas palabras en una lengua extraña, luego se estremeció otra vez, arqueó su espalda y gritó. Suena como si le enterrara los colmillos, pensó la reina. Por un momento imaginó que sus dedos eran los colmillos de un jabalí, y que desgarraba a la mujer de Myr de la ingle a la garganta. Aun así no era suficiente.
Dejaron a los Merryweather fuera de la serie para crear una mejor narrativa, así que esta escena nunca vio la luz del día, afortunadamente, ya que para ese punto sabíamos qué tan insensible y ambiciosa era Cersei, y no necesitábamos actos lésbicos no consensuados para probarlo.
La trama sáfica de Dany tiene una dinámica de poder igual de extraña, pues el consentimiento no es del todo claro cuando tiene sexo con su sirvienta Irri. Khaleesi comparte cama con Irri, y mientras se masturba una noche, accidentalmente despierta a su sirvienta. Entonces Irri le ayuda a su reina a llegar al clímax.
La sirvienta puso una mano sobre su pecho, luego se inclinó para tomar un pezón en su boca. Su otra mano se deslizó a través de la suave curva del vientre, a través del montículo de fino vello dorado y plateado, y entre los muslos de Dany. En poco tiempo sus piernas se retorcieron y sus pechos se alzaron y todo su cuerpo se estremeció. Entonces gritó.
Pero en la serie, Dany sólo tiene una experiencia ambiguamente homosexual con Doreah, una esclava sexual convertida en sirvienta que fue contratada por su terrible hermano Viserys. En lugar de una candente escena de sexo lésbico, el momento tuvo que ver con un hombre, Khal Drogo. Doreah estaba “entrenando” a Khaleesi en cómo hacer que el sexo con su marido fuera más tolerable, y la alentaba a aprovechar el poder de su vagina para complacer a su marido y mejorar su calidad de vida.
Aunque es triste que Dany y Cersei fueran representadas de una manera más orientada a la heterosexualidad, la serie nos ha dado mejores mujeres queer que los libros. Aunque podamos tener mejores personajes que sean lesbianas, pero no tenemos el sexo lésbico que merecemos.