La influencia del K-pop en la cultura pop es innegable, aunque la semana pasada su alcance se extendió más allá de la música y llegó al ámbito de la justicia social.
Tras las protestas que desencadenó el asesinato de George Floyd, varios de los grandes nombres del género han manifestado su condena del racismo. Artistas como BTS, MOMOLAND y Yeri of Red Velvet hicieron patente su apoyo a la causa que defiende el movimiento Black Lives Matter, algo que no es habitual entre las estrellas de este género, que suelen mantenerse al margen de los asuntos sociales.
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En esta ocasión, el compromiso de estas estrellas se debe a sus devotos fans.
Ya incluso antes de que BTS hicieran público su apoyo al movimiento, los fans cogieron las riendas del asunto.
Los fans del K-pop se apropiaron de etiquetas como #WhiteLivesMatter y #WhiteoutTuesday inundándolas de fotos y vídeos de BTS y enterrando así los tuits racistas. También trolearon una aplicación para dar chivatazos a la policía en Dallas saturándola con vídeos de actuaciones del grupo hasta hacerla colapsar.
Al mismo tiempo, invadieron las cuentas de redes sociales de sus ídolos de K-pop etiquetándolos en publicaciones sobre Floyd e instándoles a que rompieran el silencio.
Finalmente, lograron convencer a los artistas para que se sumaran a la causa.
Pese a que esta oleada de apoyos del K-pop y sus seguidores muestra la mejor faceta de la cultura fan, podría decirse que llega tarde.
Es bien conocido que las estrellas del K-pop evitan hacer comentarios sobre los acontecimientos actuales, una práctica que les llega por imperativo de sus managers. En 2016, artistas como G-Dragon, de Big Bang, Jokwon, de 2PM, y Yubin, de Wonder Girls, publicaron emotivos tributos a las víctimas de la discoteca Pulse de Orlando, para luego retirarlos y sustituirlos por declaraciones imprecisas.
Este silencio se extiende también a los asuntos nacionales. En 2019, el movimiento #MeToo arrasó Corea del Sur con la controversia del caso Burning Sun, en el que había cargos de acoso sexual contra estrellas del K-pop. Además de los artistas implicados, nadie más de la industria se pronunció.
Lee Gyu-tak, profesor de Cultura Mediática de la Universidad George Mason de Corea, dijo que los estudios de K-pop prefieren no hacer declaraciones polémicas para evitar reacciones negativas por parte de los fans y poner en riesgo su negocio milmillonario. Pero ahora que el K-pop es un fenómeno mundial, asegura que las expectativas de las estrellas coreanas han evolucionado, como demuestra su voluntad de posicionarse respecto a asuntos internacionales, como hacen otras bandas en Occidente.
“Las estrellas del K-pop deben pronunciarse, sobre todo porque son los mismos artistas que, en sus canciones, animan a sus fans a hacer lo mismo. Forma parte de su ADN”, nos explicó Lee.
Los miembros de BTS fueron de los primeros en adoptar esta nueva mentalidad hablando abiertamente sobre salud mental y condenando la violencia de género e infantil en las Naciones Unidas. Tras las protestas por la muerte de George Floyd, la banda y su sello, Big Hit Entertainment, anunciaron que donarían 1 millón de dólares para apoyar al movimiento Black Lives Matter.
También expresaron su apoyo a la causa por Twitter a sus más de 26 millones de seguidores.
Y BTS no son los únicos. El rapero coreano americano Jay Park también donó 10 000 dólares al movimiento, y tanto la banda MONSTA X como MAMAMOO, miembro de Hwasa, criticaron el racismo en sus redes sociales.
El rapero Tiger JK, uno de los primeros artistas de hip-hop de Corea, dijo que los cantantes de K-pop están en deuda con la comunidad negra y deben posicionarse contra el racismo.
“Como músicos que se dedican a la música y a un negocio inspirado en la cultura negra, tenemos que unirnos al movimiento BLM”, dijo.
Un sentimiento generalizado entre los artistas del sector. CL, de la banda femenina 2NE1, dijo en Instagram: “Artistas, directores, escritores, bailarines, diseñadores, productores y estilistas en la industria del K-pop se inspiran en la cultura negra, lo admitan o no. Quiero animar a todos los fans del K-pop a que muestren su apoyo y amor a los artistas negros por todo lo que nos han dado”.
El crítico musical Kim Young-dae dijo que la industria de la música coreana ha adaptado y localizado la cultura pop estadounidense desde la década de los 60. Esto incluye a Seo Taji and Boys, de quienes se dice que fueron la primera banda de K-pop, la cual bebía de las tendencias del hip-hop de los 90. Hoy, los géneros de K-pop más populares siguen siendo el rap, el hip-hop y el R&B.
Los fans saben esto, y esa es una de las razones por las que pidieron a bandas como BTS que se posicionaran y promovieron un cambio de actitud en las redes sociales.
En una serie de tuits, el escritor sobre cultura pop coreano Yim Hyunsu dijo que los fans del K-pop son, “en su mayoría, progresistas y están concienciados sobre la política”, y a menudo se sirven de su dedicación y capacidad de organización en redes sociales para contribuir a diversas causas.
Un ejemplo reciente lo encontramos en septiembre de 2019, cuando fans del K-pop e influencers de redes sociales se unieron para mostrar su condena a un polémico paquete de medidas legislativas propuesto en Indonesia que, entre otras cosas, penalizaba el sexo extramatrimonial.
Esta oleada de activismo finalmente está calando en la propia industria en torno a la que se unen los fans. Ahora el ruido es demasiado multitudinario como para que sellos discográficos y managers lo ignoren.
Parece que los fans más entregados del mundo han encontrado una forma de canalizar su poder para hacer el bien.
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