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Las políticas migratorias de Trump podrían afectar a varios peleadores de UFC

Probablemente ya te diste cuenta para estas alturas de la vida que la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que prohíbe la entrada a Estados Unidos de refugiados y ciudadanos provenientes de siete países con altas poblaciones de musulmanes ha causado un caos de dimensiones inimaginables. Desde que Trump firmó la orden el pasado viernes han surgido todo tipo de protestas en aeropuertos de todo el territorio estadounidense, se han presentado demandas por parte de los estados y grupos en defensa de los derechos civiles y de migrantes, jueces federales han otorgado estancias provisionales, algunos oficiales del Departamento de Seguridad Nacional han desafiado las órdenes, diferentes países han anunciado su veto, como represalia, a los estadounidenses, cientos de miles de británicos han firmado una petición para negarle la entrada a Trump al Reino Unido, 100 oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores han firmado una carta expresando su inconformidad con la política migratoria, la procuradora interna de los EE.UU anunció que el Departamento de Justicia no acatará la orden, y por ello fue despedida.

Además de que el veto de Trump es geopolítica y diplomáticamente una locura, autodestructiva para el ejército (una de las primeras personas que fue detenida por la orden ejecutiva fue un refugiado iraquí que trabajo como traductor-intérprete para los Estados Unidos durante la guerra en Iraq), ilógica (ninguno de los países en la lista de Trump alberga a musulmanes radicales involucrados en los ataques del 11 de septiembre de 2001), éticamente deplorable (ninguno de los países con una alta población musulmana donde Trump tiene o tuvo negocios se encuentra en la lista), cero efectiva como herramienta para combatir el terrorismo, probablemente ilegal, inmoral, cruel, y potencialmente un parteaguas para la constitución estadounidense por una crisis nunca antes vista, la orden también planea cuestionar el estado legal de atletas profesionales extranjeros que trabajan en EE.UU. Por ejemplo, desde el primer día que se anunció la medida migratoria la NBA ha estado en contacto con el Ministerio de Relaciones Exteriores para determinar el estado legal de dos jugadores —Luol Deng de los Lakers de Los Ángeles y Thon Maker de los Bucks de Milwaukee—, ambos de Sudán del Sur. Aunque dicha nación, cuya independencia la consiguió en 2011, no está en la lista de Trump, Sudán sí lo está; la confusión provocada por la retórica retorcida del documento y la forma inesperada de su anunció preocupó a los mandatarios de la NBA porque no saben si estos dos jugadores pueden viajar fuera del país para disputar partidos.

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Foto por Rob Carr/Pool Photo via USA TODAY NETWORK

Mientras tanto, dos basquetbolistas estadounidenses jugando en el extranjero se encuentran retenidos en Dubái, luego de que Irán pusiera en acción un veto, como represalia, para que los ciudadanos estadounidenses no tengan acceso al país. Todo marcha de maravilla.

De este lado del planeta han surgido preguntas sobre la situación legal del peleador de peso medio de UFC, Gegard Mousasi, quien tiene la ciudadanía holandesa pero nació en Irán. De acuerdo con la redacción de la orden ejecutiva, la prohibición incluye a personas de sietes países con doble ciudadanía. Por el momento, Mousasi dice no tener idea de cómo será su futuro o si su pelea con Chris Weidman en UFC 210 programada para abril en Nueva York se lleverá a cabo.

“Tengo la nacionalidad holandesa, y también tengo la visa”, comentó Mousasi para Telesport (vía el traductor de Google). “Pero he escuchado que incluso con la visa te puedes meter en problemas. Los abogados de UFC están ocupados y los encargados de las visas también. No está en mis manos. Mi trabajo es entrenar y prepararme para la pelea”.

Mousasi no es el único preocupado por su situación migratoria como peleador extranjero de artes marciales mixtas. Actualmente hay siete peleadores en UFC de siete países en la lista vetada, entre ellos el peleador de peso completo Jarji Danho de Siria, y Beneil Dariush y Reza Madadi nacidos en Irán, ambos con peleas programadas fuera de los Estados Unidos. También la peleadora Randa Markos, cuya familia huyó de Iraq en 1988 durante el apogeo de la guerra entre Irán e Iraq cuando Randa tenía tres años. La familia Markos caminó cuatro días hacia la frontera con Turquía antes de ser transportada a un campo de refugiados en Estambul, donde vivieron en la miseria por casi un año mientras esperan la entrega de sus visas. Finalmente, la familia Markos fue enviada de regreso a la frontera turca-iraquí para esperar su deportación. Vivieron en una prisión. Sin embargo, poco tiempo después recibieron sus visas y huyeron a Canadá, donde Randa ha vivido desde entonces.

Afortunadamente para Markos, su siguiente pelea ante Carla Esparza se llevará a cabo en Nueva Escocia, Canadá, y no tendrá que preocuparse aún por la orden ejecutiva de Trump.