Si existe un atleta en el mundo capaz de generar un impacto relevante en una economía local, ese es LeBron James en la ciudad de Cleveland. La pregunta es ¿este impacto generado por James es suficiente como para salvar a la ciudad de la enorme depresión financiera en la que está sumergida? La respuesta, basada en un reciente estudio de la Harvard Kennedy School, es no.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores del estudio contaron todos los bares y restaurantes, así como sus niveles de empleo, en un radio de siete millas desde el estadio de los Cavaliers, y compararon ese número con los valores de establecimientos situados en un radio de una milla. Estos datos fueron comparados más tarde con los resultados de la misma prueba durante el periodo en el que James jugó en los Miami Heat.
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Antes de continuar, me gustaría destacar algunos defectos que, a nivel personal, veo en la metodología empleada para realizar el estudio. En primer lugar, los investigadores escogieron solo establecimientos como bares y restaurantes porque “son más propensos a tener más ganancias por el incremento de clientes y el entusiasmo de los fans”. Sin embargo, creo que si hay algún tipo de establecimiento que pueda aumentar sus ingresos gracias a los éxitos deportivos, este será un bar o un restaurante. En segundo lugar, el centro de Cleveland, donde está localizado el Quicken Loans Arena, abarca unas 3,2 millas cuadradas, por lo que el estudio se centra en una zona que acoge absolutamente todo el centro de la ciudad, epicentro de la actividad social y económica. Finalmente, el centro de Cleveland ha experimentado un enorme rejuvenecimiento en los últimos años gracias al aumento de pisos de nueva construcción, las vacantes para empleos y el descenso de los precios del alquiler, una situación que contrasta con la situación general de la ciudad. En definitiva, existen un montón de factores ajenos a James que podrían haber afectado de manera positiva al desarrollo económico de la ciudad de Cleveland.