No existen chicas más increíbles que la skater profesional Lizzie Armanto. Y no sólo lo digo por su pelo. Es la única mujer en el equipo de Vans y está demostrando que es uno de los más grandes talentos que ha llegado a este deporte. El club de hombres ya está tomando nota…
Este prodigio de 22 años lleva rodando desde los 14, cuando su papá les compró a ella y a su hermano pequeño unas tablas en Toys “R” Us. Su hermano abandonó la patineta después de una caída en la que se quebró un diente, pero para Lizzie fue amor a primera rodada. Patinó su primer concurso en 2009 y ganó su primer torneo profesional en 2010. Desde entonces, ya ha llevado a casa más de 30 trofeos de patinaje, incluyendo una medalla de oro de los X Games de Barcelona y el primer lugar del Doren Invitational US Open de California. La mayoría de veces Lizzie es la única mujer que se ve compitiendo en estos concursos; no siempre llega al primer puesto, pero nunca es la última. “Patino mejor con los hombres, el nivel de competencia me presiona”.
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Aunque tiene un historial impresionante, Lizzie todavía cree que hay un sesgo de género en el mundo del skate.Tiene mejores cosas que hacer que estarse quejando, pero le molesta mucho el tema. “No hay publicidad dirigida a las skaters“, dice. Y cuando la hay, las revistas utilizan modelos en vez de skaters verdaderas. “Si no eres skater, no conoces el protocolo. Una revista muy importante sacó un editorial donde trataban de adaptar la cultura skater a la alta costura, pero las modelos no sabían patinar y simplemente hicieron que las skaters se vieran como unas estúpidas”.
En los últimos dos años, Lizzie ha empezado a notar un cambio gradual en la actitud frente a las mujeres. “Al principio, cuando traté de conseguir patrocinadores, fue todo un reto. Todo el mundo me decía como ‘Mira, no tenemos el presupuesto para una chica skater‘. Yo tengo una gran habilidad para el skate, pero como soy chica, lo ven como si simplemente estuvieran patrocinando a una mujer”.
Tal vez Instagram no sea para todos una medida de éxito o de influencia, pero los 103 mil seguidores de Lizzie prueban su encanto. “No es como si las chicas se inspiraran sólo al ver a otras chicas, y los chicos se inspiraran sólo al ver a otros chicos. Si un hombre me ve patinando y yo sé algo que él quiere aprender a hacer, también se puede inspirar”. Lizzie habla de un patrocinador que desde el principio expresó dudas y escepticismo sobre su talento, y que luego le pidió hacer una línea de productos con su firma. “Es muy chévere ver el cambio y es emocionante saber que va a haber más oportunidades para otras en el futuro”.
Aunque definitivamente está emocionada de ver una actitud más inclusiva, y está contenta de tener un papel en ello, Lizzie no piensa únicamente en el tema político que hay detrás de esto. Al contrario, se enfoca en su amor visceral hacia el deporte y las razones por las cuales empezó con el tema del skate. “Es increíble que otra gente esté empezando a patinar porque ve a más chicas haciéndolo, pero finalmente yo soy skater porque es lo que me hace feliz. Es una cultura y una comunidad espectacular y siempre te estás presionando a ti misma para aprender cosas nuevas. Espero que eso sea lo que más inspira a otras personas. Es muy gratificante”.
Cuando Lizzie no está viajando por el mundo, deslizándose por rampas o haciendo piruetas en el aire, se dedica a la fotografía, a hacer caramelo casero, o se va a la playa y continúa refinando su paladar con el té de burbujas. Va por el mundo rompiéndola pero no se toma la vida demasiado en serio.