Donald Trump ha realizado múltiples esfuerzos para volver la migración uno de los asuntos principales, si no es que el más importante, de las campañas presidenciales de 2016. Cada vez que el candidato republicano abre la boca promete a los estadunidenses que construirá un muro en la frontera con México —el cual según él nosotros deberíamos pagar—, que expulsará a todos los musulmanes y que formará una fuerza de deportación para lograrlo.
Hasta ahora, Trump ha creado un monopolio del asunto mientras que los medios de comunicación explican una y otra vez que no va a construir un muro y que definitivamente México no va a pagar por él. En cambio casi no hay discusión en cuanto a si alguien que no sea Trump —en específico Hillary Clinton— tiene planes migratorios. Con la gran riqueza xenófoba en los discursos de Trump, parece que nadie está poniendo atención en la alternativa.
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Como Donald Trump, Clinton ha hecho de la migración el problema central al que su campaña va dirigido, prometiendo que si es electa presidente va a taclear el asunto de la reforma migratoria en sus primeros cien días en la Casa Blanca. “Hillary ha hecho el compromiso de que quiere hacer de esto un problema significativo al cual le dará prioridad en sus primeros cien días, lo que es importante y refrescante de escuchar”, dijo Todd Schulte, presidente del grupo de inmigración FWD. “Ha dejado muy en claro que tenemos un sistema de migración que está fundamentalmente roto”, añadió.
Es difícil imaginar cómo los dos candidatos de 2016 podrían tener ideas más diferentes. Es probablemente la mayor división de ideas que ha habido y que está haciendo de esta contienda presidencial una para recordar. Aún así, sin escuchar los argumentos de ambas partes, es complicado comprender qué es lo que está causando furia en torno a esta cuestión. Le preguntamos a expertos en migración y asuntos legales cuáles son los planes de Hillary Clinton para saber cuál es la alternativa al muro xenófobo de Trump.
Ciudadanía para migrantes indocumentados
El pilar de la plataforma migratoria de Hillary Clinton es la idea de dar a los migrantes indocumentados una oportunidad de vivir en el país legalmente, algo completamente diferente a los planes de deportación de los republicanos. Ella no ha especificado cuál es su plan de acción, cómo trabajaría para lograr eso y no ha dado detalles de su reforma. Sin embargo, cualquier propuesta deberá pasar por las manos del Congreso, por lo tanto desde ahora sabemos que —incluso si resulta ganadora— será complicado llevar a cabo este plan.
“Una de las razones por la que no es muy abierta con sus planes es para dejar espacio para el debate político”, comentó Bill Glaston, quien tiene estudios en el Brookings Institution y trabajó como asesor político en la presidencia del Bill Clinton. “Está tratando de compartir un detallado plan de lo que quiere hacer pero deja preguntas por responder. Hay una diferencia entre qué tan específico eres cuando quieres que se apruebe una reforma a cuando estás en campaña”.
El potencial impacto de este influjo de trabajadores legales en los empleos y en la economía es una de las preguntas clave que se han convertido un dolor de cabeza para los simpatizantes de Trump. Los analistas de la política migratoria con los que hablé sugirieron que el plan de Clinton puede ser similar al del Senado en 2013, en el que se mostraron los resultados económicos de la reforma. El Congressional Budget Office estimó que la cuenta del déficit federal disminuiría a 197 millones de dólares en la primera década.
El plan de Clinton puede tener resultados similares a esos, explicó Daniel Costa, director de política migratoria e investigador del Economic Policy Institute, y puntualizó que podría haber un crecimiento importante de impuestos al tener trabajadores indocumentados que ahora son legales y también un aumento de sueldos para los que tenían pocos ingresos.
Pero los conservadores no están convencidos. “La gente dice que los impuestos podrían ayudar. Los migrantes indocumentados pagan muchos impuestos ahora y pagarían más si estuvieran legalizados, nadie discute eso”, mencionó Mark Krikorian, director ejecutivo del conservador Centre for Inmigration Studies. Pero agregó que “la amnistía no los hace mejores trabajadores. Ellos siguen siendo empleados sin habilidades en una economía con alta tecnología y no van a ser capaces de ganar más de lo que ganan ahora”.
Deportaciones
El plan de migración de Clinton retrocedió dos pasos la semana pasada cuando la Corte Suprema bloqueó las acciones ejecutivas del presidente Barak Obama. Esto definitivamente descarriló los planes del administrativo para conceder un alivio temporal a los millones de indocumentados que temen ser deportados, entre ellos 33.6 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos. Los programas podrían haber sido el escudo de un estimado de cinco millones de inmigrantes, en su mayoría jóvenes que fueron llevados al país norteamericano cuando eran niños y también a los hijos de padres indocumentados.
Desde el comienzo de su campaña, Clinton ha dicho que seguirá con la política migratoria de Obama, argumentando que continuará con las acciones conocidas como DACA (por sus siglas en inglés de Deferred Action for Childhood Arrivals) y DAPA (Deferred Action for Parent Arrivals), y expandir programas que incluyan a los padres de los niños. Los republicanos han dicho que el presidente no tiene la autoridad de tomar esas acciones, que ya han sido desafiadas por Texas y otros estados republicanos.
Luego del anuncio de la Suprema Corte la semana pasada, Clinton dijo que la resolución no iba a detener su intento de seguir el mismo curso de ser elegida presidente. “La decisión de hoy por la Suprema Corte es puramente procedimental y no lanza genera dudas de que DAPA y DACA están completamente bajo la autoridad del presidente. Es por eso que yo si resulto electa presidente voy a continuar defendiendo DAPA y DACA”.
Los expertos dicen que la decisión de la corte, que manda el caso a las cortes menores, cambia el cálculo de los planes de Clinton. Por otra parte, si ella gana la Casa Blanca y es capaz de confirmar una justicia que llene el espacio vacío, el Departamento de Justicia podría apelar el caso en la Suprema Corte de nuevo.
Pero el estancamiento de la corte puede complicar que las acciones ejecutivas de Clinton puedan aprobarse. “En términos de acciones, ella puede estar más limitada en un sentido práctico. Texas y otros estados pueden incentivarse con la decisión de hoy y van a tratar de detener el plan de Hillary”, comentó Stephen Yale-Loehr, un abogado de inmigrantes de la Cornell University. La única solución real, añadió, es hacer que el Congreso pase esas reformas, lo que haría de eso un buen escenario para cualquier candidato a la presidencia.
Reformar el sistema de detención de migrantes
La detención de migrantes en Estados Unidos ha incrementado a tal grado que su tamaño se duplicó entre el 2000 y el 2010 y provocó un colapso. El sobrecargado sistema, dirigido por empresas privadas, constantemente encarcela a hombres, mujeres e incluso a niños. Los centros de detenciones han estado plagados de quejas sobre altercados, negligencia médica y abuso sexual.
En una significativa separación de la administración de Obama, Clinton ha dicho que cerrará esos centros. Ha prometido eliminar los que retienen a familias enteras que abrieron sus puertas durante la presidencia de Obama en el 2014 como respuesta a la gran afluencia de personas provenientes de países plagados de violencia.
Los defensores de la migración no están del todo satisfechos. Señalan que Clinton no ha prometido reducir la detención de indocumentados. “No creemos que la detención de inmigrantes debiera existir”, dijo Christina Parker, quien dirige programas para Grassroots Leadership. “Hay un fuerte argumento de que la única detención razón por la que hay tantas detenciones es porque beneficia a dos o tres compañías. Entonces pensamos que no habrá más detenciones en cuanto se acaben los contratos con esas empresas”.
Parker agregó que la candidata demócrata debería especificar “cómo y cuándo” va a cerrar esas instalaciones. Hasta ahora, Clinton no lo ha hecho.
Dar Omabacare a familias indocumentadas
Determinada a incrementar la furia de los conservadores, Clinton también ha prometido que permitirá a todos los inmigrantes indocumentados obtener un servicio médico mediante el Affoldable Care Act, aunque ha dicho que ellos no estarían calificados para obtener el subsidio, al menos no de inmediato.
No sorprende que los analistas de migración con los que hablé concuerden en que dar servicio médico es una mala idea, sin importar que ellos paguen sus impuestos. “Dejar que los ilegales participen en el sistema de salud del gobierno es casi una legalización de su estatus porque ellos se supone no deberían de estar aquí pero ahora podrían participar en esas instituciones de gobierno”, explicó Krikorian.
Él predijo que sería una pendiente resbalosa extender seguros, y citó un reporte del 2010 por parte de su Centro de Estudios de Inmigración, el cual estimó que el gobierno debería de pagar unos 8.1 billones adicionales si ofrece servicio médico a todos los migrantes indocumentados. “Si son elegibles para el subsidio de Obamacare, es otra forma de ofrecer prestaciones y costará a los que pagan impuestos cantidades enormes de dinero”, argumentó Krikorian.
Aceptar más refugiados sirios
Desde el tiroteo en Orlando a principios de este mes, Trump no ha dejado de advertir a los estadunidenses que los planes de migración de Clinton abrirían las puertas a miles de musulmanes que buscan un nuevo hogar y eso haría aún más vulnerable al país a masacres como la de Orlando.
“Bajo el mandato de Hillary Clinton estarían aceptando a miles de refugiados del medio oriente a nuestro país sin un sistema para poder sacarlos”, declaró Trump en un discurso el día después de la masacre. “La carga está sobre Hillary para decirnos si ella cree que la migración de estos países tan peligrosos debería de incrementar sin algún sistema efectivo que sepa a quién están trayendo”.
Desde entonces él ha sostenido que por “la cantidad de dinero que Hillary Clinton quiere gastar en refugiados, él reconstruiría cada ciudad de Estados Unidos”.
A lo que Trump se refiere es al plan de Clinton de acoger a 65 mil refugiados y aumentar de los diez mil que Obama prometió que reubicaría en septiembre pasado. La propuesta requiere un fondo adicional al otorgado por el gobierno federal, sólo que está lejos de ser los billones de dólares que Trump dice.
De lo que Clinton no está hablando
De lo ruidosa y abierta que ha sido con el tema de la inmigración, Clinton ha permanecido sospechosamente silenciosa acerca de las preguntas políticas más controversiales, las cuales trendrá que responder si quiere implementar una legislación migratoria real.
Dos áreas en particular que han estado fuera de la campaña de Hillary Clinton son: primero, el área de las visas de trabajo a migrantes, incluyendo a los trabajadores hábiles y los que no lo son, lo cual ha sido calificado por los expertos como un problema “urgente” por resolver.
“Algo que está ayudando a mantener bajos los salarios son los programas temporales de trabajadores. La candidata Clinton ha permanecido silenciosa sobre estos programas, que son lo más controversial en el aspecto de la reforma migratoria. Así que no es imposible saber dónde se encuentra parada”, señaló Costa, del Economic Policy Institute.
La segunda es la más obvia porque su oponente no deja de hablar de ella, la seguridad en las fronteras. Clinton ha dicho poco sobre lo que haría para prevenir el paso de migrantes por las fronteras de Estados Unidos; sólo ha mencionado que su reforma migratoria “protegería las fronteras y la seguridad nacional”.
Confirmando los miedos conservadores de los demócratas sobre proteger las fronteras, Clinton dijo en marzo, en un debate, que el tema al que pondrá toda su concentración como presidente será en la reforma migratoria en lugar de la seguridad de las fronteras por los esfuerzos que el gobierno ya ha hecho en esa cuestión.
“Tenemos la frontera más segura que hayamos hecho”, declaró Clinton. “Los arrestos han sido los más bajos en 40 años, lo que fortalece mi argumento de que es tiempo de voltear a ver a la reforma migratoria”.