Artículo publicado por VICE México .
El baúl de los secretos políticos está a punto de abrirse. Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara hace unos días que desclasificará los archivos del aparato de espionaje del gobierno mexicano, la opinión pública podrá conocer 8 mil 320 carpetas que contienen información sobre movimientos sociales y estudiantiles, contratistas, intervenciones telefónicas y casos de corrupción.
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Una búsqueda realizada por VICE en la extensa base de datos del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), contenida en el Índice de Expedientes Reservados del Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), pone en la superficie los temas que investigó el órgano encargado de la inteligencia mexicana en las últimas tres décadas.
Con la medida que se propone AMLO, quedarían al descubierto miles de conversaciones telefónicas y correos electrónicos, las actuaciones de movimientos sociales como la APPO (Oaxaca), el #Yosoy132 (estudiantes) o el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (Javier Sicilia); también la amenaza del nivel de corrupción alcanzado en el gobierno de Enrique Peña Nieto y el espionaje a políticos y periodistas mediante hackeo.
En 2005 fueron aprobadas algunas modificaciones a la Ley de Seguridad Nacional para permitir el espionaje de comunicaciones como llamadas telefónicas y correos electrónicos. Con el paso de los años, en las oficinas del CISEN, el uso de la figura se volvió cada vez más recurrente. Las intervenciones pasaron de algunas decenas en los primeros años de la autorización a miles en los últimos, según datos del mismo organismo.
Peña Nieto, un pájaro en el alambre
Bajo la administración de Vicente Fox se realizaron 21 escuchas y vistas de correos (se consideró 2005 y 2006). Luego, con Felipe Calderón –el presidente que inició una guerra en contra del crimen organizado–, el número subió a 319 (se consideró de 2006 a 2012). Pero sólo en los primeros tres años de la administración de Enrique Peña Nieto (se consideró 2013 a 2015) se efectuaron mil 481, un número cuatro veces mayor que todas las intervenciones que se hicieron durante el foxismo y el calderonismo.
Mientras, el CISEN se rodeaba de muros de contención que lo volvían cada vez más enigmático ante los ojos de los ciudadanos. A lo largo de las décadas, se le acumularon las solicitudes de información mediante los mecanismos de transparencia, a las que siempre se negó a responder, con el argumento de que revelar datos de sus acciones dañaría la seguridad nacional. La lectura de algunas, archivadas en el INAI, da cuenta de la preocupación de los mexicanos por saber cómo operaba el organismo, en qué gastaba su presupuesto o a quiénes espiaba.
Juegos de guerra: el misterioso búnker que Felipe Calderón montó en el sótano de Los Pinos.
Fundado en 1989, en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, este organismo contó con 12 directores. Su encomienda legal era analizar información con base en una Agenda Nacional de Riesgos. Cada año, la elaboraba y de inmediato, la ponía bajo reserva por 12 años. Hoy es posible conocer las que se generaron de 2000 a 2007 y ver que el documento incluía crimen organizado, subversión y terrorismo, dinámica demográfica, fenómenos fronterizos y migratorios, riesgos ecológicos, globalización de la economía, fortalecimiento institucional y gobernabilidad democrática. Una sesión del comité de transparencia del CISEN, consultada por VICE, revela que a partir de 2015 se incluyó la corrupción como amenaza.
El CISEN no era el más reservado
El fin parece acercarse en esta historia de secretos. El presidente López Obrador, en su rueda de prensa del 23 de enero, anunció que en los próximos días se abrirán los archivos generados por el emblemático organismo transformado en el Centro de Inteligencia Mexicana por la nueva administración federal. “Adelanto algo. Se van a abrir los archivos secretos. Todos. No va a haber limitaciones. Estoy por firmar el decreto. Había una parte del archivo nacional del país que era reservado. No va a haber reserva. Se van a poder consultar todos los expedientes. Se los adelanto”.
En el pasado de México, no fue el CISEN la instancia gubernamental que puso más asuntos bajo secrecía. En realidad, el otrora órgano encargado de la seguridad nacional se encuentra en el sitio 61 del Índice de Expedientes Reservados del INAI. Su reserva no representa ni el 1 por ciento del total de asuntos guardados por el gobierno mexicano, que es de 12 millones 331 mil 979. En el primer sitio está la Procuraduría General de la República (ahora Fiscalía General de la República) con 1 millón 711 mil 677; en segundo está el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con un millón 334 mil 415 y en tercero, la Procuraduría Federal del Consumidor con 1 millón 029 mil 712.
Los 8 grandes expedientes
En el gigantesco baúl que guarda los archivos del extinto CISEN, VICE localizó 8 grandes expedientes secretos sobre los que debe caer la luz si se cumple el decreto del titular del Ejecutivo.
1.- Movimientos sociales
Las calles fueron los escenarios más fieles de una decena de movimientos sociales que crisparon durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018). Sus causas, expuestas mediante pancartas y gritos, constituían la protesta de un país herido que exigía justicia. Se luchaba por los desaparecidos durante la guerra en contra del narcotráfico, iniciada por Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012); por la pluralidad del contenido televisivo, por un mejor vivir para los animales, por la defensa de territorios sagrados ante la explotación de minas de oro y plata, por los migrantes asesinados, por los otros muertos. Los expedientes que serán revelados incluyen información de 2012 a 2016, así como un mapa de conflictividad social.
Así, los nombres de algunos movimientos sociales que actuaron durante esos años son: Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (dirigido por el poeta Javier Sicilia), #Yosoy132, Activistas Pro Animal, Frente de Defensa de Wirikuta, Caravana de Migrantes Desaparecidos, Libre Internet para todos y Madres de Desaparecidos y Asesinados. El CISEN generó documentos de cada uno, según una resolución de su comité de transparencia.
Los expedientes secretos de Enrique Peña Nieto.
2.- Corrupción e impunidad a partir de 2015
De la lista de 266 compromisos que Peña Nieto firmó ante Notario Público durante la campaña en 2012, el primero fue la creación de una comisión nacional anticorrupción. Luego, cuando ganó la elección, escribió en el diario Reforma el ensayo titulado “El comienzo del cambio” en el que propuso cómo acabar con ese cáncer. Pero, durante su gobierno, los hechos dieron cuenta que en la materia ocurría un gran revés. En noviembre de 2014, una investigación periodística de Aristegui Noticias reveló que el mandatario había adquirido una mansión en Lomas de Chapultepec mediante un crédito de Grupo Higa, uno de los contratistas de su propia administración.
Un año después, México se colocó en el primer sitio del Barómetro Global de la corrupción como el país más corrupto de América Latina. Además, obtuvo la calificación de 35 sobre 100 puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. Los escándalos brotaban tanto a nivel federal como estatal y municipal. Se supo que el presidente también tenía otra casa otorgada por la familia San Román. Además, como fichas de dominó, cayeron l os gobernadores de Veracruz, Javier Duarte; Chihuahua, César Duarte, y Quintana Roo, Roberto Borge, por actos de corrupción. Por primera vez, en 2015, el CISEN incluyó como nueva amenaza a la seguridad nacional “la corrupción e impunidad” en su Agenda Nacional de Riesgos.
3.- Espionaje a teléfonos de periodistas y políticos
Los primeros contratos que firmó el CISEN en la administración de Enrique Peña Nieto para realizar espionaje fueron con la empresa italiana The Hacking Team, que le vendió Galileo, un spyware que había servido para la intromisión en la vida de activistas y periodistas en otros países. La empresa, especialista en espionaje, probó “una sopa de su propio chocolate” en 2015 cuando fue hackeada y sus correos electrónicos internos fueron a parar a la plataforma Wikileaks. Ahí están almacenados y hoy pueden ser consultados.
Entre misivas y negociaciones, puede verse la puja constante entre tres empresas por el mercado mexicano: The Hacking Team, Finfisher y NSO Group . Según esos correos electrónicos, el gobierno pagó un millón de euros por el spyware Galileo que hoy se mantienen bajo reserva. También se informa que el sistema tuvo menos de 2 por ciento de efectividad. Dada su inutilidad, el gobierno optó por Pegasus, la herramienta fabricada por la israelí NSO Group, con la que periodistas y activistas señalan haber sido espiados.
A mediados de 2017, periodistas y defensores de derechos humanos, entre ellos Carmen Aristegui, denunciaron que el gobierno federal los espiaba mediante el software Pegasus, como lo reveló un reportaje del periódico The New York Times.
4.- La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)
En mayo de 2006, maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) montaron un campamento en el Zócalo de Oaxaca, la capital del estado del mismo nombre. Un mes después, para desalojarlos, cientos de elementos de las policías local y federal los atacaron con gases lacrimógenos, escudos y toletes. Unos maestros se les enfrentaron, otros corrieron hacia las casas aledañas.
De esa experiencia, surgió la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), en la cual se aglutinaron otras organizaciones sociales. Lo que siguió fue un episodio negro: varios enfrentamientos de sangre, marchas gigantes y barricadas que por las noches cercaban la ciudad. En su contra actuó un grupo denominado “caravanas de la muerte”. Según uno de los expedientes del comité de transparencia del CISEN, se generaron 12 documentos sobre lo que ocurrió en Oaxaca ese verano.
5.- Intervención de llamadas telefónicas
En 2005, cuando Vicente Fox Quesada (2000-2006) gobernaba México, se publicaron varias enmiendas de la Ley de Seguridad Nacional para permitir el espionaje de comunicaciones. El artículo 34 de esa ley especifica que una intervención es la toma, escucha, monitoreo, grabación o registro que hace una instancia autorizada por cualquier medio, aparato o tecnología.
Desde entonces y hasta 2015, el CISEN reconoce 1 mil 821 acciones de intervención de comunicaciones, que incluyen espionaje telefónico, de radiocomunicación y correo electrónico. En 2005, el CISEN apenas pidió la intervención de cuatro comunicaciones. En 2009, señalado como el año más violento durante el gobierno de Felipe Calderón, quien inició una guerra en contra del crimen organizado, hubo 21 solicitudes por parte del CISEN para realizar intervenciones. Pero el año en que hubo más peticiones para intervenir comunicaciones fue 2014, cuando gobernaba Peña Nieto. Fueron 726. Bajo la administración calderonista fueron pedidas 336 autorizaciones para intervenir a personas en sus comunicaciones. Bajo la peñanietista, en sólo tres años, se solicitaron 1 mil 481. (Los datos están disponibles sólo de 2005 a 2015). El contenido de las intervenciones quedó reservado.
6.- Los drones del CISEN
En un acta que reproduce la sesión de su comité de transparencia, el CISEN admite haber comprado vehículos aéreos no tripulados, conocidos como drones para realizar vuelos de inteligencia. ¿A quién se los compró? ¿Cuánto gastó en ello? ¿Cuántos fueron? son preguntas que podrán conocerse una vez que se destapen los archivos. El organismo puso bajo reserva todos y cada uno de los contratos que conciernen a la adquisición de estos artefactos con el argumento de que contenían información estratégica para la generación de inteligencia para la Seguridad Nacional.
7.- Las FARC en México
En una respuesta a una solicitud de información que data de 2008 y se encuentra en el archivo del INAI, el CISEN admite que generó un documento sobre la operación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El grupo que durante un siglo pidió la repartición justa de tierra en el país de América del Sur tuvo una oficina en México durante diez años. De acuerdo con el libro México Armado, de la periodista Laura Castellanos, este despacho no fue clandestino y su activismo fue muy conocido en algunos círculos. Los miembros de las FARC habrían estado en reuniones culturales y debatido en foros académicos.
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8.- Interlocución con otros órganos de inteligencia del mundo
En 2010, en su IV Informe de Labores, la Secretaría de Gobernación asentó que el CISEN había fortalecido su relación con 46 organismos de inteligencia de 37 países. En esa época, el gobierno mexicano libraba una batalla en contra de los cárteles de la droga, así como de otras mafias. El expediente que guarda cuáles son esas instituciones y que información fue intercambiada fue reservado de inmediato y hasta ahora no ha podido conocerse.
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