Los AirPods son un producto del pasado.
El material de estos productos incluye plástico y una combinación de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, cloro y sulfuro. Son de tungsteno, estaño, tantalio y cobalto.
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Las partículas que componen estos elementos se crearon hace 13 800 millones de años, durante el Big Bang. Los seres humanos han extraído dichos elementos de la tierra, que posteriormente se calientan y se refinan. A la vez que trabajan sobre este material, los humanos respiran las partículas suspendidas en el aire, que se depositan en los pulmones. Los materiales son enviados desde países como Vietnam, Sudáfrica, Kazajistán, Perú, México, Indonesia e India, a fábricas de China. Literalmente toda una ciudad de trabajadores se dedica a crear cuatro diminutos chips informáticos y montarlos en una placa lógica. Los sensores, los auriculares, las rejillas y una antena se ensamblan y se cubren con un raro exoesqueleto de color blanco.
Son los AirPods: un conjunto de átomos que nace del inicio del universo, repartidos por la superficie de la tierra y condensados en un antropógeno paralelismo con la Gran Implosión (el Big Crunch), una versión del fin del universo en que la materia se encoge y se condensa. A los trabajadores se les paga con un salario inconcebible en miles de países para poder hacer este producto, y, posteriormente, Apple, que es la primera empresa billonaria del mundo, lo vende por unos 180 euros.
Durante un tiempo aproximado de 18 meses, se escucha música, podcasts y llamadas telefónicas en los AirPods. Luego, las baterías de litio terminarán aguantando poco más de una carga, y los AirPods acabarán siendo inutilizables poco a poco. No pueden repararse, porque todo el material está pegado con cola, y no se pueden tirar porque, de ser así, las baterías de iones de litio podrían provocar un incendio en el compactador de residuos. No son fáciles de reciclar, porque no hay ninguna manera segura de separar las baterías de iones de litio de la carcasa de plástico. Por tanto, los AirPods tendrán que estar en tu cajón para siempre.
“Los AirPods son un producto de nuestra cultura y elegancia imposible de eliminar”
Kyle Wiens, el director ejecutivo de iFixit, una empresa que se encarga de desmontar productos electrónicos y de vender herramientas de reparación y componentes, le explicó a Motherboard que los AirPods son “el mal”. Según la reseña del equipo de Rtings.com, los AirPods están por debajo del promedio en lo que a calidad de sonido se refiere. Pero, según la gente de todas las redes sociales, los AirPods son un símbolo de riqueza.
Más que un par de auriculares, los AirPods son un producto de nuestra cultura y elegancia imposible de eliminar. La gente trabajadora y de nivel socioeconómico bajo es consciente de la amenaza potencialmente mortal, exhaustiva y violenta que supone el trabajo de sacar de bajo tierra los componentes y montarlos, mientras que la gente de clase alta se dedica a diseñar y a comprar AirPods.
Incluso aunque uses un par de AiPods durante unos pocos años, estos permanecerán en nuestro planeta para siempre. Cuando morimos, nuestros huesos se descomponen en menos de un siglo, pero la carcasa de plástico de los AirPods tarda al menos un milenio en descomponerse. En un futuro, después de miles de años, si la vida humana y los seres vivos siguen existiendo en la tierra, quizá los arqueólogos encuentren AirPods en algún rincón olvidado de una casa. Puede que se pregunten por qué se llegaron a fabricar y por qué los compraba tanta gente, pero también podríamos preguntarnos lo mismo ahora.
¿Por qué fabricamos tecnología que dura 18 meses, muere y nunca se descompone?
LA VIDA SOCIAL DE LOS AIRPODS
Los AirPods no son los auriculares inalámbricos más caros del mercado. Algunos pueden llegar a costar hasta 730 dólares (650 euros). Otras compañías como Senheiser venden auriculares inalámbricos por 300 dólares (268 euros), y la empresa Bose los vende por unos 200 dólares (179 euros).
Mark Henny, responsable de las reseñas de auriculares en Rtings.com, señaló que los AirPods ofrecen gran calidad por su precio, a pesar de la clasificación de “bajo nivel” en cuanto a calidad de sonido. “Hay modelos mucho más baratos, pero la calidad del diseño, desde el estuche hasta los propios auriculares, y también la fiable conexión inalámbrica y la duración de la batería, hacen que el precio de los AirPods sea justo”, le explicó Henny a Motherboard.
Y, de momento, al menos en las redes sociales, los AirPods han pasado a ser un meme que hace que quien los tenga se convierta de manera automática en una persona burguesa.
“Mucho tiempo después de que mueras los AirPods seguirán sin descomponerse en la corteza terrestre”
Parte de esta broma viene del hecho de que los AirPods son diminutos, y eso hace que sean muy fáciles de perder, o de meterlos en la lavadora por error. Así que, debido a su tamaño, los AirPods son una compra peligrosa y transmiten la sensación de que, si te los puedes permitir, también puedes permitirte perderlos.
Aquí está la ironía, ya que éticamente o prácticamente no se puedan reparar, reciclar o tirar. Estamos hablando de dos pequeños objetos sin ataduras que cuelgan de la oreja de una persona y que están diseñados para cualquier momento, especialmente cuando estás yendo al trabajo, caminando o haciendo ejercicio. Mucha gente pierde los AirPods así.
Pero, digamos que no pierdes los AirPods, y en su lugar los tiras al contenedor cuando empiezan a dejar de cargarse. Los AirPods no desaparecen simplemente, sino que se convierten en un problema para otra persona. Entonces, mucho tiempo después de que mueras, los AirPods seguirán ahí sin descomponerse en la corteza terrestre.
El hecho de tener AirPods representa ser “rico”, del mismo modo que lo hace esta foto de Kayne West sujetando su portátil sin preocupación alguna.
Antes de eso, el concepto de los lujos innecesarios estaba limitado a los “me gusta” de multimillonarios como Kayne West, pero los AirPods han normalizado la idea de que cualquier persona pueda mostrarle sus innecesarios caprichos al mundo. Si tienes la “ valentía” suficiente para invertir tu dinero en un par de AirPods, eres automáticamente consciente de que puedes perderlos, y de que no es para tanto. En TikTok, este sentimiento ha impulsado un meme donde la gente hace ver que tira sus AirPods por el retrete.
Otro meme recurrente sobre los AirPods es una reiteración del “madre mía, tiene AirPods, no puede oírnos, madre mía”, acompañando una foto de personas corrientes que llevan AirPods y actúan como si fueran famosas, indiferentes y en un entorno burgués muy alejado de su entorno habitual, con demasiada soberbia para poder escuchar a aquellos que les rodean. En realidad, los AirPods tienen un aislamiento del ruido demasiado pobre (Rtings.com les dio la nefasta puntuación de 3.6 sobre 10 en cuanto a calidad).
El meme también sugiere que la gente que lleva AirPods nunca se los quita: quieren mostrarle al mundo que son ricos, incluso si eso les supone la muerte. Es una manera de burlarse de los ricos y de representar sus vidas de usar y tirar.
Si los comparamos con otros auriculares inalámbricos, los AirPods tienen un aspecto diferente. Mientras que otras marcas optan por fabricar auriculares de color negro y sin antenas, Apple ha hecho un producto que parece el cabezal de un cepillo de dientes eléctrico.
Casi todas las reseñas de AirPods dicen que el producto es “inútil” y describen su aspecto como “ controvertido”. Pero, aunque los AirPods tengan ese raro aspecto, son increíblemente llamativos, y reconocibles al instante. Si estás dispuesto a pasar por alto su extraño aspecto, está claro en cierto modo debes estar orgulloso de llevarlos.
En realidad, la mayoría de la gente no va diciendo a gritos que lleva AirPods. Desde un punto de vista práctico, existen varias razones válidas para llevarlos: a diferencia de los demás auriculares con Bluetooth, los AirPods se conectan de manera instantánea al iPhone. Además, desde que Apple ha eliminado la clavija de los auriculares, los auriculares con cable solo se pueden usar con una pequeña llave electrónica muy fácil de perder (o los auriculares con conexión Lightning patentados de Apple).
El distintivo diseño de los auriculares AirPods ha recibido una gran acogida en algunos sectores. Por ejemplo, el usuario de Twitter @bloodorgy hizo unos pendientes llamados “Airrings”, que se venden por 20 dólares.
Miles de vendedores de Etsy venden estuches falsificados de AirPods que incluyen logos de lujosas compañías como Gucci, Louis Vuitton y Supreme (todos estos productos son falsos, ninguna de esas compañías se dedica a fabricar accesorios para AirPods como productos oficiales de Apple).
Los propietarios de los AirPods suelen saber el estatus que proyectan con ellos, pero se resisten a la idea de que supone un lujo de usar y tirar o de que se trate de un símbolo de riqueza. “Voy a clase con gente muy consentida, y ese es un motivo de peso para llevar AirPods, para encajar con los demás”, dice el usuario CrispViolet en Reddit, que se identifica como Ally, nos explica Motherboard. Ally ha publicado lo siguiente en la publicación de subreddit referente a los AirPods:
Ally también ha dicho que no cree que los AirPods sean un símbolo de riqueza. “Algunos de mis amigos que no tienen AirPods tienen otros auriculares más caros para jugar a videojuegos”, dijo Ally. “Aun así me hacen gracia los memes, y la verdad es que el sonido de los AirPods no tiene muy buena calidad, supongo que por eso tienen el precio que tienen”.
Weab00, otro usuario de Reddit, le contaba a Montherboard en un mensaje privado que se los regalaron por Navidad. “Debería hablarse más de lo básico que te hacen parecer, parece que te esfuerces por querer ser moderno, pero, personalmente, los uso por las ventajas que suponen”.
“De hecho, a veces soy consciente y me da miedo que la gente piense que soy un pijo, porque Reddit puede ser bastante tóxico en ese aspecto”, añadía. “Llevar AirPods ya es algo muy común. Literalmente todo el mundo tiene un par de ellos en Los Ángeles”.
El carácter desechable de los AirPods refleja el hecho de que se fabrican también con mano de obra desechable.
Esto hace referencia a los trabajadores que están sujetos a los caprichos de lo que los capitalistas llaman “la mano invisible del mercado”. Cuando hay demanda de un producto o servicio, esta gente tiene que trabajar. Pueden ser contratistas, trabajadores a media jornada o trabajadores de clase obrera con salarios bajos a los que se les trata como “partes prescindibles del proceso de producción”, como explicó el escritor socialista Harry Magdoff en un artículo para la revista estadounidense Monthly Review.
Cada producto electrónico es el resultado de la culminación del trabajo realizado en minas, instalaciones de refinado y montaje, que normalmente trabajan con empleados mal remunerados. Miles y miles de personas trabajan en cientos de ciudades de todo el mundo ―incluyendo y sin limitarse a Brasil, Indonesia, Taiwán, Tailandia, China, Malasia, Bolivia, Perú, India, Filipinas, México, Kazajistán, Vietnam, Rusia, Japón, Alemania, Bélgica, Estonia, Macedonia, Corea, Canadá y los Países Bajos― para extraer y refinar los materiales que se utilizan para fabricar modernos productos electrónicos.
“Apple no quiere que sepamos los detalles de lo que implica la cadena de suministros”
Todo esto supone un coste humano. Hay que tener en cuenta que Foxconn, una empresa china que se dedica a montar una mitad de todos los iPhone según Business Insider, así como de otros productos de Apple. ( Luxshare and Investec montan los AirPods). Foxconn tiene una fábrica en Zhengzhou a la que a veces se llama “La ciudad de los iPhone”. Según el informe de Business Insider , desde mayo de 2018, unas 350 000 personas trabajan en estas instalaciones. Los salarios parten de los 300 dólares al mes. Y, durante años, Apple ha extraído cobalto y tantalio, que se utilizan para las baterías de iones de litio, y para proteger los conductores de las tablas lógicas respectivamente, de la República Democrática del Congo. Solo hay algo que ha frenado a Apple para que deje de abastecerse de estos materiales desde las pequeñas minas localizadas en la República del Congo: los extensos informes sobre el trabajo infantil y las lesiones e incluso muertes de los trabajadores.
Se supone que los consumidores deberían conocer estos hechos y reflexionar sobre ellos, pero Apple no quiere que sepamos los detalles de lo que implica la cadena de suministros.
Marx argumentó que el valor de estos bienes de consumo no deriva del uso. Eso es porque no son necesarios para nuestra supervivencia básica. Realmente, su valor reside en el trabajo invisible que implica la fabricación. El valor de los productos de Apple radica en el polvo, la sangre, el sudor y las lágrimas que no vemos en su blanco e impoluto embalaje.
Los productos como los AirPods son productos “sociales” que exhiben un mensaje social de riqueza, ya que obtienen su valor dese la social e invisible cadena de producción que se necesita para fabricarlos en primer lugar.
LA HISTORIA DE LOS AIRPOD DE APPLE
Según Apple, los AirPods son parte de una visión más amplia de un “futuro inalámbrico”. La página web de Apple nos presenta a los AirPods como unos “auriculares inalámbricos, con cero ataduras”. Apple argumenta que los cables son una molestia de la que los AirPods nos liberarán.
Es cierto que quizá los cables sean molestos. Se enredan, se enganchan en nuestras cosas y se mueven cuando hacemos ejercicio. El plástico que envuelve los cables es propenso a romperse, dejando los cables al descubierto y haciendo que queden inutilizables, pero Apple argumenta que la venta de esta liberación no es tan sencilla. Los AirPods salieron al mercado en 2016, junto al debut del iPhone 7 y 7 Plus, que eliminaba el conector de los auriculares. Estos auriculares están pensados para hacer que tengas que cambiar constantemente de iPhone, de MacBook y de Apple Watch, dependiendo del dispositivo que utilices.
Por consiguiente, los AirPods son un elemento estratégicamente creado dentro de este ecosistema de productos lujosos. El hecho de que sean tan “prácticos” viene de la eliminación del conector para los auriculares, así que Apple ha hecho que el iPhone sea menos asequible para los usuarios.
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El hecho de destruir la ligera molestia del conector de los auriculares tiene dos costes: el primero es que obliga a las personas a quedarse dentro de un sistema de productos limitados, compatibles y diseñados para morir de manera inevitable en pocos años, y el segundo es que los AirPods suponen un dilema cuando su vida termina. Si pretendes reciclarlos, un trabajador de una planta de reciclaje tendrá que participar en la arriesgada y tediosa tarea de separar los iones de litio de la batería, que están pegados al plástico. Si intentas deshacerte de tus AirPods, te arriesgas a iniciar un incendio en una instalación de compactadores de residuos.
Los AirPods están destinados a convertirse en un desecho electrónico desde el momento en que se manufacturan: en apenas ocho meses, los iones de batería, que son irreemplazables, mueren.
“Los clasificaría dentro de la categoría de productos con obsolescencia, pero con una obsolescencia no planeada; se trata más bien de un fracaso planeado”, le contó Wiens a Motherboard. “Cuando fabricaron estos productos, no los pusieron fuera de la caja, sabiendo que las baterías no se pueden reemplazar, y aquí estamos”.
Los AirPods son productos desechables, pero aun así es imposible que nos podamos deshacer de ellos.
El sonido siempre ha sido importante para Apple, al menos desde la perspectiva de marketing. Básicamente, la empresa ha revolucionado la distribución de la música con la creación del iPod y del mercado digital de música en iTunes, que impulsó la proliferación del MP3. Los luminosos auriculares de color blanco eran el eje central de los anuncios del iPod a mitad de los años 2 000.
“Cada AirPod supone una gran cantidad de tecnología unificada en un solo producto”
Pero Apple nunca ha vendido los AirPods como los auriculares con el mejor sonido del mundo. En un vídeo promocional de los AirPods de apenas dos minutos, la calidad del sonido del producto únicamente se menciona en la penúltima frase (“y, por supuesto, los nuevos AirPods inalámbricos disponen de un increíble sonido”). El núcleo de marketing de este producto se centra en que son inalámbricos.
“Cada AirPod supone una gran cantidad de tecnología unificada en un solo producto”, dijo el vicepresidente de marketing de Apple, Philip Schiller, cuando presentaron los AirPods. “Tienen un chip con dos acelerómetros, sensores ópticos, dos micrófonos con tecnología beamforming, antenas, baterías; se trata de un tour por una maravilla tecinológica en un solo minuto”.
Lo que hace que los AirPods funcionen mejor con iPhone que con otros auriculares inalámbricos es su chip H1 inalámbrico, que consigue tres cosas:
- Ayuda a que los auriculares se comuniquen con tu teléfono, tu ordenador y con cada uno de ellos.
- Permite una rápida conexión de dispositivos, sin la necesidad de entrar en las preferencias de sistema de iOS.
- Hace que los AirPods sean compatibles con Siri, y que se puedan utilizar para realizar llamadas telefónicas.
Pero, la tecnología que realmente permite que los AirPods funcionen es el Bluetooth (o las ondas de radio que envían información en forma de sonido de un dispositivo a otro). Jim Kardach, un empleado ya jubilado de Intel que le dio nombre al “Bluetooth” le explicó a Motherboard que este fue concebido como “la conexión inalámbrica para el pueblo”, dado que las capacidades del Bluetooth son muy baratas. Sin embargo, las empresas lujosas suelen vender el Bluetooth como si se tratase de tecnología cara.
Apple no ha respondido ante las solicitudes de Motherboard.
Kardach le dijo a Motherboard lo que opina de esto cuando ve anuncios sobre coches de lujo, anunciando el Bluetooth que incorporan. “Este Jaguar es un coche carísimo, y puede presumir de casi todo”, dice Kardach, “el coste que supone ponerle una radio con Bluetooth debe ser de alrededor de un dólar, y sin embargo es una de las cosas de las que habla el anuncio”.
Los AirPods tienen una antena convencional de Bluetooth en la parte alargada, debajo de la zona de los audífonos. Esta sencilla tecnología inalámbrica lleva doce años existiendo.
HARALD BLUETOOTH, HIJO DE GORM
Kardach le dio el nombre a la tecnología Bluetooth por Harald Bluetooth, un rey vikingo que gobernó Dinamarca durante el primer siglo D.C. Según Kardach, el objetivo de la tecnología Bluetooth era unificar la radio, el móvil y las tecnologías digitales, de la misma manera que el rey Bluetooth unificó la antigua Dinamarca con Noruega, creando un único reino escandinavo.
“Se lo comenté al encargado del marketing, le dije que podríamos llamarle Bluetooth” y me dijo “estás loco’”, comenta Kardach. Le dije, “sí, mira esta piedra rúnica”, y esbocé a Harald Bluetooth con un marcador permanente. Lo escaneé, lo imprimí e hice el esbozo utilizando el marcador y me dijo, “está muy bien. ¿Puedes ponerle un teléfono móvil y una libreta en la mano?”, y dibujé un móvil y una libreta. Me dijo, “es perfecto, tenemos que usarlo”.
La tecnología Bluetooth se inspiró en la arqueología en leyendas del pasado. Ahora, sin embargo, se utiliza para crear productos como los AirPods: tecnología diseñada para que dure unos pocos meses, deje de funcionar, y se quede en la tierra mucho más tiempo que nosotros.
A escala mundial, nuestro sistema económico se basa en el desprecio a la larga duración, porque para las empresas es mucho más rentable fabricar productos con poca vida que productos que duren.
Por supuesto, lo de los AirPods no es un caso aislado. Muchos de los productos que usamos a diario se fabrican para convertirse en basura, y más tarde en fósiles. Hay muchos ejemplos de ello: envases de plástico de un solo uso como las botellas, vasos de café y otros envoltorios de plástico. A las empresas les sale barato y a los clientes les resulta práctico. En muchas ocasiones, terminan flotando en el océano, convirtiéndose en basura del fondo del mar. Algunos científicos han empezado a referirse al presente como “La Plastilina”. Los dispositivos electrónicos no son diferentes de estos objetos. En empresas como Apple, la reparación podría afectar a sus ganancias, así que la compañía ha hecho presión para evitar que se aprueben leyes a favor de la reparación de estos dispositivos, e incluso ha colaborado con Amazon para retirar las empresas que se dedican a reacondicionar iPhone y Macbook del mercado.
Seguramente, los AirPods no son los auriculares más caros del mercado, y puede que las bromas de que el producto te da cierto estatus de riqueza sean irónicas, pero la verdad es que los AirPods sí son un símbolo de riqueza. Son manifestaciones físicas del sistema global económico que le permite a la gente comprar y luego perder fácilmente unos auriculares de 160 dólares, dejando que otra gente se arriesgue a morir para poder fabricar estos productos. Está claro que los AirPods son futuros fósiles del capitalismo.
Este artículo apareció originalmente en VICE US.