Si tienes en la cabeza las películas de Apollo y recuerdos de tu visita a un museo de ciencia, dirás que al estar enjaulado en un contenedor sin aire que gira alrededor del sistema solar uno se pierde de muchas cosas de la Tierra: contacto con los seres queridos, la caricia de una fría brisa nocturna, lo atardeceres sobre el océano…
Los vegetales frescos, sin embargo, no entran en esa ecuación. Ni siquiera los más entusiastas de la desintoxicación y de la comida saludable dirían que sienten antojos de col mientras flotan en un traje espacial.
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Pero esto —y el hecho de que cualquier ser humano que lleve viviendo de comida de tubo por tres meses probablemente quisiera comerse una pizza— no parece habérsele ocurrido a la NASA. La agencia espacial anunció ayer que los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) probarían el primer vegetal cosechado en el espacio: lechuga roja.
Como parte del experimento Veg-01 de la NASA, las semillas de lechuga fueron activadas y cultivadas el mes pasado a bordo del ISS en dos “almohadas” que se acomodaron bajo luces LED. Las luces rojas y azules estimularon el crecimiento de la planta, mientras que la luz verde fue usada para darle el color rojo oscuro.
El primer lote de lechuga fue producido en mayo pero se envió directamente a la Tierra, donde varios científicos llevaron a cabo experimentos para asegurarse de que el vegetal se podía consumir. La mitad de la muestra actual de lechuga será congelada y enviada nuevamente para otro análisis, pero la tripulación de la ISS consumió lo que quedó del lote después de lavarlo con un ácido cítrico base. (Aparentemente la vinagreta francesa no se deshace de los bichos raros del espacio de manera tan efectiva).
El experimento Veg-01 se realizó para explorar el crecimiento de las plantas en el espacio. Los científicos esperan que los descubrimientos le permitan a los astronautas sostenerse en travesías espaciales más largas, como por ejemplo un viaje a Marte.
“La tripulación recibe algunas frutas y vegetales frescos, como zanahorias o manzanas, cuando la nave de abastecimiento llega a la estación espacial. Pero la cantidad es limitada y debe ser consumida rápidamente”, explicó la Dra. Gioia Massa, científica de la NASA.
Además de los beneficios prácticos que tiene cosechar comida a bordo de la ISS, ocuparse del cuidado de las plantas también puede contribuir al bienestar de los astronautas.
Massa añadió: “Entre más lejos y más tiempo se van los humanos de la Tierra, es más grande la necesidad de poder cultivar plantas para alimentarse, hacer reciclaje atmosférico y obtener beneficios psicológicos. Creo que los sistemas de cultivo de plantas se convertirán en un componente importante de cualquier exploración de larga duración”.
Parece haber sido un buen año para la gastronomía intergaláctica. En mayo, la astronauta italiana Samantha Cristoforetti preparó el primer espresso en el espacio, y este mes, una cervecería y destilería japonesa anunció que mandaría seis de sus whiskeys a la ISS como parte de un estudio de cómo las condiciones de gravedad cero impactan el añejamiento.
Los astronautas aún tienen que reportar a qué sabe la ensalada espacial, pero esperemos que sepa mejor que el “helado espacial” con sabor a tiza al que han estado sometidos hasta ahora.