Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.
El consumo de microdosis, que se refiere a tomar pequeñas cantidades de psicodélicos como LSD, se ha convertido en una de las mayores tendencias de bienestar en la última década. A pesar de que los psicodélicos están prohibidos en la mayoría de los países, las personas han tomado microdosis en un intento por desbloquear su potencial creativo, ganar más partidas del juego chino Go o incluso superar un trauma mental. La mayoría de los defensores de los psicodélicos creen en los efectos benéficos de las microdosis, los cuales permiten al usuario sentirse feliz y productivo sin las alucinaciones desgarradoras ni los desalentadores delirios de estar demasiado drogado, según los usuarios. Pero no ha habido suficiente investigación clínica para respaldar esta teoría. Ahora bien, a los microdosificadores no les agradará saber que un estudio ha descubierto que los beneficios psicológicos del consumo de microdosis de psicodélicos probablemente sean solo un efecto placebo.
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En esta prueba controlada con placebo —que representa la mayor prueba con psicodélicos jamás realizada— investigadores del Imperial College de Londres pidieron a 191 participantes que ya estaban tomando microdosis que disfrazaran microdosis de LSD, hongos con psilocibina u otros psicodélicos —generalmente alrededor de una décima parte de la dosis de un “viaje”— en cápsulas, para luego mezclarlas con cápsulas de placebo vacías como una medida para crear un ensayo ciego.
La prueba, realizada en 2018, no se llevó a cabo en los confines de un laboratorio. Los investigadores tampoco proporcionaron las drogas. En cambio, les pidieron a los voluntarios que pusieran sus microdosis en cápsulas opacas y enviaran la cantidad necesaria para el consumo de una semana al laboratorio en un sobre con un código QR. Luego, los investigadores mezclaron estas pastillas con microdosis con otras que contenían placebos, de modo que algunos participantes solo tomaron microdosis durante cuatro semanas, otros solo tomaron los placebos y el resto obtuvo una mezcla de ambos. Los investigadores habían escaneado los códigos QR de estos sobres para identificar las pastillas. Luego les pidieron a los participantes que completaran tareas cognitivas y cuestionarios en línea a intervalos regulares, para comprender los efectos que las cápsulas estaban teniendo en su bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo. Este método también hizo que el estudio fuera más asequible, lo que permitió a los investigadores llevarlo a cabo por menos de 10.000 dólares.
Después de la prueba de un mes de duración, los investigadores encontraron que aquellos que habían tomado microdosis mostraron una mejora en su estado de ánimo psicológico, incluida una mayor sensación de bienestar, plenitud mental y satisfacción con la vida, y una reducción de la paranoia. Pero la parte sorprendente fue que el grupo placebo también mostró efectos psicológicos similares, sin diferencias significativas entre ambos.
“El consumo de microdosis aumentó muchas de estas variables psicológicas. Pero también lo hizo el consumo de placebos durante cuatro semanas”, señaló Balázs Szigeti, investigador asociado del Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres y autor principal del estudio. “Muchos participantes que reportaron haber experimentado efectos positivos con el placebo se sorprendieron al saber que no habían tomado la droga cuando concluyó el estudio”.
Los investigadores determinaron que esto apunta a la probabilidad de que los beneficios anecdóticos de las sensaciones de bienestar de las microdosis de psicodélicos podrían ser solo un efecto placebo. Szigeti también aclaró que no significa que las microdosis de psicodélicos no tengan beneficios, sino que es probable que sus efectos sobre nuestro bienestar sean más el resultado de la expectativa psicológica que cualquier efecto farmacológico.
“Acabo de revisar los sobres restantes y parece que de hecho estuve tomando placebos durante toda la prueba. Estoy bastante asombrado”, admitió un participante, según el estudio. Otro agregó: “Parece que pude generar una poderosa experiencia de ‘conciencia alterada’ basada solo en la expectativa en torno a la posibilidad de una microdosis”. Algunos participantes que tomaron el placebo reportaron que “los colores eran más vívidos”, mientras lograban mantenerse concentrados en la prueba y sentir nuevas sensaciones. Uno dijo: “Pusieron la espiritualidad en una pastilla vacía… ¡guau!”.
Tanto el grupo que consumió las microdosis como el grupo placebo mostraron una mejora general en su bienestar psicológico en comparación con un punto de referencia establecido al comienzo del estudio. Sin embargo, ninguno de los grupos mostró una mejora significativa en sus mediciones cognitivas, que también son de naturaleza menos subjetiva. “Así que la gente se está desempeñando cognitivamente al mismo nivel antes y después de este período de dosis de cuatro semanas”, advirtió Szigeti.
Si bien los científicos se mantienen firmes en sus conclusiones, también han aceptado la crítica de que el estudio no es tan infalible como un estudio clínico estándar controlado por placebo, realizado en un laboratorio, ya que los participantes obtuvieron sus propias drogas del mercado negro y las consumieron en sus propios hogares. Sin embargo, el equipo de investigación respondió afirmando que este enfoque refleja con precisión “el consumo de microdosis de la vida real”. Los críticos del estudio también señalaron que esto hacía imposible determinar qué dosis había tomado cada participante, en especial porque muchos de ellos probablemente comprenderían los efectos de la droga lo suficiente como para adivinar si habían tomado una microdosis de psicodélicos o una cápsula de placebo.
Los investigadores del estudio también dejaron en claro que este estudio era más observacional que clínico y propusieron que podría usarse como una herramienta de detección antes de llevar a cabo pruebas clínicas más costosas. “Es un estudio de ciencia ciudadana con un giro interesante, que agrega un placebo controlado”, dijo Szigeti.
Szigeti también admitió que es probable que el estudio no altere mucho los hábitos de la comunidad de consumidores de microdosis. “Creo que a la mayoría no le importa mucho si se trata de un efecto farmacológico o un placebo”, señaló. “Simplemente van a disfrutar de los efectos que obtengan”.
Sin embargo, los científicos siguen estando seguros de que esta prueba es un escalón para comprender mejor los efectos de las sustancias psicotrópicas en la psique humana. “La ejecución exitosa de este estudio podría inspirar estudios similares en una amplia gama de contextos científicos o médicos”, dice el autor David Erritzoe, profesor clínico de psiquiatría en el Imperial College de Londres. “Tener en cuenta el efecto placebo es importante al evaluar tendencias como el uso de aceites de cannabidiol, dietas de moda o suplementos alimenticios, donde la presión social o las expectativas de los usuarios pueden conducir a una fuerte respuesta al placebo. Las iniciativas de ciencia ciudadana con pruebas ciegas podrían usarse como una herramienta de evaluación inicial, asequible, antes de realizar estudios clínicos costosos”.