Música

Los dos lados del telón: Nach navega su alma de rap bruto en ‘Almanauta’

Nach

Que el rap significa ritmo y poesía (rhythm and poetry) es un viejo mito difícil de comprobar. Tiene sentido, pero no hay ningún testimonio que lo compruebe. En español también se ha dicho que quiere decir revolución, actitud y poesía. Estas definiciones apócrifas tienen detractores y defensores, pero si caracterizan la obra de un artista y rapero es definitivamente la de Ignacio Fornés: Nach.

El MC de 44 años proveniente de Alicante, España, lleva más de 20 años en el hip hop. Tras sus primeras maquetas, cuando se llamaba Nach Scratch, su álbum debut En la brevedad de los días fue publicado en 1999. Luego vinieron Poesía difusa (2003), Ars Magna/Miradas (2005), Un día en suburbia (2008), Mejor que el silencio (2011) y A través de mí (2015) y, hace unas semanas, Almanauta (2018).

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Con esta amplia trayectoria, Nach es sin duda uno de los exponentes más importantes en la historia del rap en español. Su mirada sensible ha abordado temas como la prostitución (“Penélope”), la migración (“Tierra prometida”), la muerte de su hermana (“Ángel”), su amor por la música (“El idioma de los dioses”) y la corrupción internacional (“Requiem”). Siempre ha sido militante, con unos valores claros, desde los que ha elevado su voz y logra resonar con autoridad en cada canción.

Nach no es solo poeta por ser rapero, porque tenga Poesía difusa en su arsenal, o por la canción “Tres letras”, en la que a partir de la ‘p’ del rap plantea una reflexión sobre la poesía. También lo es por un álbum como Los viajes inmóviles (2014), que dejó de lado el hip hop para concentrarse en el slam, una forma de recitar que conjuga el habla y el rapeo. Es un poeta porque ha escrito poemas, en su libro Hambriento (2016). Porque siempre ha buscado nuevas formas de lenguaje, para expresarse.

En Almanauta, desde una perspectiva madura y experimentada, Nach explora sus vulnerabilidades mientras navega por su alma. El conocimiento que le dejaron sus años de estudiar sociología en la universidad son evidentes cuando critica con fuerza el estado actual del mundo, un tema transversal a su obra, en canciones como “Un momento clave en el planeta”; las miles de tarimas que ha pisado relucen cuando habla sobre la dificultad de llevar una vida como artista, como figura pública, en “Los dos lados del telón”.

Su amor por la música, además del rap, resalta con las colaboraciones que tiene con Enrique Bunbury y Jose James, y su identidad rapera queda clara en las colaboraciones con Kase.O y El B, al igual que su reciente junte con Residente. Es un álbum versátil y ambicioso, que busca cubrir varias líneas de pensamiento y distintos sonidos, desde el rap clásico hasta el trap.

Por teléfono, desde España, Nach habló con nosotros sobre cómo ha aprendido a conocerse y gestionar sus sentimientos, las grandes apuestas que ha hecho por el rap, cómo ha aprendido a existir como artista y el estado de la generación de raperos con la que surgió en su país.

Entiendo que un “almanauta” es quien navega su alma: quien se permite conocerse y cuestionarse. ¿Cómo ha sido ese proceso de explorar tu alma?
Sí, bueno, creo que no solo en este disco sino en los anteriores, consciente o inconscientemente he hecho un viaje a través de mi interior, de mi alma, para lograr el conocimiento propio. He aprendido a gestionar mis emociones, como pensar que soy insignificante frente a todo lo que hay alrededor mío. Va mucho más allá de la experiencia y de los sentidos. He descubierto muchas luces de afecto, de intentar buscar la mejor versión de mí mismo, busco ser un mejor ser humano. Y bueno, también tener en cuenta mis miedos y mis ansiedades, enfrentarme a ellas y saber de dónde vienen, cuáles son esas cosas que me hacen temblar, como la ignorancia de mucha gente y mi propia ignorancia. Las sensaciones de no tener el control que me gustaría sobre determinadas cosas, aceptarlo. Básicamente ha sido eso.

¿Ese proceso ha cambiado desde tus primeros discos hasta ahora?
Sí, ahora tengo más claro de qué quiero hablar, de lo que siento que debo hablar. Ahora me da igual lo que los demás puedan pensar al respecto. Tengo claro quién soy y tengo claro cuál es mi personalidad. Con el tiempo cada vez lo he tenido más claro, y le tengo menos miedo al qué dirán. Bueno, nunca tuve mucho, siempre fui por mi propio lado como artista, y creo que ha sido un poco el secreto de mi éxito, entre comillas.

Hay más presencia latinoamericana en este disco que en los anteriores, con versos de artistas como Residente y El B. ¿Cómo sientes el panorama del rap latino? ¿Qué le puede aportar al panorama del rap en español?
El rap latino es distinto al español, tiene otra decoración y otras inquietudes. En unas cosas se parecen más, en otras menos. Hay acentos diferentes, palabras diferentes, formas de escribir diferentes. Es una voz que se parece mucho y a la vez es distinta, y eso me parece muy curioso. Yo creo que conforme los artistas han ido ganando experiencia y calidad, las propuestas son cada vez más interesantes. En todos los países de Latinoamérica hay mucha gente que hace rap y lo hace muy bien. Creo que de cada país se muestra una identidad.

¿Qué te llama la atención del rap de la región, aparte de El B y Residente?
Me llama la atención la forma de fluir de muchos MCs, otra forma distinta a la de España. Supongo que también es por el acento, más marcado acá, allá se fluye de otra manera. Me gustan los mensajes, que muchos grupos de Latinoamérica sigan potenciando la parte más social del hip hop, su aspecto de lucha, denuncia y combate. Más allá del estereotipo americano de hoy en día que viene diciéndonos que todo es un carpe diem de highlights y cosas muy pensadas para que hagan parecer que solo hay una elección. Yo me quedo con ese tipo de artistas que buscan contar cosas importantes.

En la producción del disco hay beats más clásicos de rap y otros que experimentan con sonidos contemporáneos inclinados hacia el trap. ¿Cómo querías que sonara el disco y por qué?
Hombre, yo creo que el disco a nivel musical es un poco herencia de todo lo que llevo escuchando estos últimos años. Hay temas que suenan más hip hop jazz, otros se acercan más al soul, otros son más experimentales, otros más rap bombo clap, otros tienen reminiscencias de 808 y esos tipos de sonidos que se están utilizando más ahora. Todo eso que he ido escuchando un poco aquí y un poco allí al final se unen con lo que yo muestro musicalmente. Es una mezcla de todo. Obviamente a mí me llega mucho más el boom clap, el hip hop clásico, pero también escucho cosas que se acercan más al trap o a un hip hop más moderno, y también hay cosas que me gustan, porque me refrescan. Creo que en este disco hay muchos tempos diferentes, ya no es 90 BPM siempre, hay beats que van a 74 y otros que van a 110 o 130. También quería probarme a mí mismo rapeando sobre tempos diferentes, para divertirme y para darle variedad al disco.

En “Grande” dices que, ganes o pierdas, lo hiciste a lo grande. ¿Cuáles han sido esas apuestas que hiciste o riesgos que tomaste a lo grande, hayan salido bien o mal?
Mi apuesta principal fue dejar todo en la vida, todo lo que ya había estudiado, todo lo que había hecho antes que no tenía que ver con el rap, lo dejé de lado para enfocarme en esto y darlo todo al 100%. Eso implicaba rodearte de gente profesional, ampliar mi equipo de trabajo con los técnicos, hacer un montón de cosas para que todo funcione de la mejor manera posible. Y es un riesgo, inviertes un montón de dinero, pero no sabes si lo vas a recuperar. Esa frase también es una forma de decir que siempre hay que hacerlo bien, tener una actitud profesional. Yo creo que siempre intenté tener una actitud profesional aún cuando no lo era, eso también es algo de lo que me siento muy orgulloso. Muchas veces también hemos hecho cosas mal: hemos dicho que no a proyectos porque no se asemejaban a lo que era mi personalidad, o he tenido reparos de hacer determinadas cosas que no veía. O bueno, no son errores, es que tengo claro quién soy.

¿Algún tiro que te haya salido por la culata?
Los tiros que me han salido por la culata en mi carrera son más pequeñas cosas: quizás no haber arriesgado más, aunque creo que he arriesgado bastante y me he dejado la piel en esto. No sé, no se me ocurre… Algunos conciertos en los que hemos puesto mucho dinero, luego no ha venido tanta gente como el dinero que nos hemos dejado, pero eso hace parte del juego en una carrera que es tan larga. No hay tantas cosas que me hayan salido mal, porque tengo un manager que es como mi hermano que cuida mucho que las cosas estén bien organizadas y bien preparadas, que todo esté bien hecho antes de meternos en algo. Eso es lo más importante, si desde un principio sabes lo que vas a hacer y lo trabajas, y ves venir los pros y los contras, tomas la mejor decisión. Supongo que podría haber estado más activo en redes, pero intento ser natural con eso. Si me apetece publicar algo cuando tengo algo interesante que decir, lo digo. Pero no voy a estar subiendo fotos todo el día de mi cara, no tendría sentido. Lo que intento es ser yo mismo. Obviamente hay discos que podrían haber sonado mejor, o podría haber encontrado mejores ingenieros para mezclar o masterizar un disco, o haber arriesgado y meternos en un estudio más grande. Son muchas cosas pequeñitas que se podrían haber hecho mejor, pero en este camino estás intentando siempre buscar, es una búsqueda. Vas puliendo y puliendo y encuentras errores y te enfrentas a ellos de la mejor manera que sabes.

En “Art killer” agradeces a músicos y artistas, un homenaje que también has hecho antes con “El idioma de los dioses”. ¿Qué música y arte te inspiran hoy?

Lo que más escucho es soul de los años 60 y 70, escucho mucho de eso. También escucho hip hop que se hace ahora en Estados Unidos: Logic, J. Cole, Dave East. Hay gente con la que me identifico más con su mensaje y otros con la que menos, pero escucho los que tienen un sonido que me llama la atención. También está la música de cantautores, es algo que me llama bastante. En cuanto a literatura a veces cojo un autor y lo intento analizar. Ahora estoy leyendo a Pessoa, y Pessoa con todo sus alter egos que tenía es una figura muy interesante. Leo mucha literatura y también poesía, desde que empecé a escribir poesía he estado intentado impregnarme y empaparme de eso. Poesía desde la Generación del 27 de España hasta Ángel González, pasando por García Montero, pasando por gente más actual como Batania, como Pizarnik, como Cavafis. Estoy metido en eso, voy tomando lo que me gusta, escuchando música contemporánea, de películas, como Ludovico Einaudi o gente de ese estilo también de música instrumental con piano, pianista que me relajan. Escucho música new age. No sé. Me gusta leer ciencia ficción, libros de divulgación científica, los que puedo entender. Son muchas cosas.

En “Los dos lados del telón” hablas de la dualidad que presenta la vida del artista. Después de 20 años, de tener que salir al escenario con la mejor energía siempre o de lidiar con altas expectativas que no consideran que puedas estar pasándola mal, ¿te agota esa vida?

Es una muy buena pregunta. De hecho, no me la habían hecho aún y la esperaba, de alguna manera. Te lo digo en serio, me encanta esta pregunta porque es algo con lo que convivo. He aprendido a gestionar los nervios, esa necesidad de estar siempre arriba, y aprendes a saber lo que puedes dar. Hay veces que lo daré un poco más o un poco menos, pero el límite que está por debajo sigue funcionado para la gente y para mí. Y eso relaja. Aprendes a relajarte. Ahora tengo que hacer viajes de promoción y hacer más cosas, pero ya buscaré mis cuatro o cinco horas para descansar. O si no me tomo un día libre. Al final te acostumbras a gestionar. Podría tomar vacaciones, pero también intento que cada día sea un disfrute, disfrutar de todo esto. Hay días que salgo al escenario más cansado que otras veces, o que a lo mejor no conecto tanto con el público como otras veces. Creo que la única posibilidad es no entrar en pánico. Yo soy una persona emocional y al principio me costaba, pero no hay que entrar en pánico. Si un día no tengo energía, pues bueno, soy un ser humano. Si hoy no me sale inspiración para escribir voy a relajarme y disfrutar e intentarlo un poquito más, voy a leer un libro a ver si eso me traslada a un sitio que me sirva.

Y en ese contexto, ¿cómo cambia tu relación con tu público?
Creo que tanto creativamente como a la hora de presentarte frente al público, vas encontrando tus herramientas. Hay veces que te sirven más y hay veces que te sirven menos. Hay veces que he ido a un concierto y no tengo ninguna energía, y a veces tienes que sacar de donde no hay. Mucha gente se levanta todos los días a las seis de la mañana para ir a su oficina sin ninguna gana y lo tienen que hacer, todos tenemos que trabajar. Yo tengo un privilegio y es que me dedico a algo que me gusta. Si cada día consigues valorar ese privilegio, todo se convierte en algo más fácil. Además que yo soy mi propio jefe, tengo un socio y nos organizamos si necesitamos cortar y sacar tiempo para nosotros. Todo eso es un lujo. Luego, lo de ponerse al frente del público, creo que son más comprensivos de lo que parecen. Siempre que subo a un escenario siento que hay conexión, y si yo no estuviera bien se los contaría y ellos me entenderían. Es una relación cercana. Intento tomármelo con tranquilidad, la verdad, con el tiempo aprendes. Si alguien dice algo malo de mí, no me puedo tomar algo personal de alguien que no me conoce personalmente, entonces no le doy tanta importancia como antes. Y al final pues te vas dando cuenta de que la vida es un regalito que nos han dado, que estamos aquí un tiempo muy limitado y que encima tengo el privilegio de hacer algo que me gusta. Voy a tomármelo con mucha calma, y buscar luz cuando no tenga energía. También hay que prepararse, física y mentalmente. Yo me estoy preparando físicamente porque ya tengo edad y los conciertos son exigentes, me preparo físicamente para ello, para que el toro no me de por detrás. Todo ese tipo de cosas, si uno quiere hacer las cosas bien, se prepara y hace lo necesario para estar bien.

La colaboración con Kase.O había sido esperada por quince años. Junto con él, otros veteranos del rap español de tu generación como Falsalarma, SFDK, Juaninacka, Sho Hai o Tote King han sacado discos en los últimos años, se mantienen activos. ¿Cómo sientes el momento de tu generación ahora en el rap español?
Creo que hay mucho seguidor del hip hop clásico, mucho seguidor que quiere que continuemos, porque creció con nosotros. Como tú, por lo que me contabas antes de la entrevista. Entonces hay mucha gente que nos sigue los pasos y que quiere que sigamos sacando discos y disfruta lo que hacemos, se identifica con nuestra voz y nuestro concepto. Los que seguimos ahí seguimos teniendo cosas que decir. La gente que estaba antes y no tenía mucho qué decir o solo quería llamar la atención, ya desapareció. Nosotros seguimos y tenemos público, más del que parece, aunque aparezcan nuevas tendencias y artistas. Seguimos teniendo impacto: mira la gira de Kase.O, ha sido multitudinaria; ToteKing sigue tocando por todos lados, yo también. Somos gente que hemos trabajado mucho lo nuestro, y eso no nos lo va a quitar nadie. Esa conexión con el público nos motiva y ahí seguimos dando caña. Yo espero seguir dando caña 20 años más, porque para rapear necesito voz y voz voy a tener hasta que me muera.

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