Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard, nuestra plataforma de ciencia y tecnología.
Diferenciar los sonidos que hacen los lobos puede ser complicado para el oído humano, por eso los investigadores han recurrido a algoritmos computacionales para comprobar si hay diferencias en los aullidos de diferentes especies de lobos. Ellos piensan que entender sus aullidos podría ayudar a mejorar los programas de protección y conservación de esta especie en peligro de extinción.
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En un estudio publicado por la revista académica Behavioural Processes, se describe como un grupo de investigadores internacionales utilizó por primera vez un sistema de aprendizaje artificial para analizar 2,000 aullidos de lobos. Estos incluyen aullidos tanto de lobos salvajes como de lobos domésticos, así como aullidos de sus subespecies alrededor mundo.
“En lugar de escucharlos y decir ‘éste suena de tal o cual manera’, queríamos eliminar este tipo análisis subjetivo”, dijo Arik Kershenbaum, miembro del departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio. “Utilizamos técnicas matemáticas, en primer lugar para clasificar a los lobos, y en segundo lugar para darles un representación matemática objetiva”.
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Las técnicas del sistema de aprendizaje automático ayudaron a los investigadores a clasificar las 2,000 grabaciones en 21 tipos de aullido con base en su entonación y en la fluctuación de sus ondas sonoras, a las cuales nombraron “dialectos de aullido”. Posteriormente, utilizaron modelos matemáticos para averiguar patrones que las diferentes especies utilizaban en sus aullidos.
“Descubrimos diferencias uniformes en la manera en que estos animales utilizan sus distintas formas de aullar”, dijo Kershenbaum. “Los lobos polares (C. l. arctos) usan aullidos más largos, mientras otras especies más pequeñas suelen ladrar mucho más y dar aullidos más modulados”.
Los investigadores están monitoreando a los lobos a distancia por medio de sus aullidos. Imagen cortesía de Arik Kershenbaum.
Los lobos siguen teniendo problemas con los granjeros porque estos piensan que son una amenaza para su ganado. Según Kershenbaum, esto se debe a que los métodos tradicionales para mantenerlos a raya como poner cercas, dispararles o reproducir grabaciones de aullidos de otros lobos no funcionan.
En este momento, los investigadores están llevando a cabo un proyecto en el parque nacional de Yellowstone en Estados Unidos, que consiste en utilizar tecnología basada en la tirangulación para detectar lugares precisos y grabar aullidos. Esperan que en el futuro sea posible detectar dónde se encuentran ciertas especies por medio de sus aullidos y así diseñar métodos adecuados para su conservación. Tambien admiten que estudiar a los lobos en su entorno natural es muy difícil debido a su carácter esquivo.
Kershembaun mencionó como ejemplo la comparación que hicieron de los aullidos del lobo rojo —una especie en peligro— y los aullidos de los coyotes (Canis latrans), con quienes suelen reproducirse e hibridarse. Dado que ambos tienen aullidos muy parecidos, precisar esas diferencias sutiles en sus aullidos podría ayudar a los protectores de estas especies a mantenerlas separadas en el futuro
“Estamos tratando de monitorear a los lobos a distancia por medio de sus aullidos”, dice Kershenbaum. “Si logramos entender la diferencia entre un aullido territorial, un aullido por comida o un aullido de caza, entonces podríamos ser capaces de producir barreras de conflicto efectivas para mantenerlos lejos de territorios humanos sin hacerles daño”.