Fotograma del documental de Sophia Luvarà, “Inside the Chinese Closet”.
En China, la homosexualidad ha sido legal desde 1997, pero la estigmatización de la comunidad LGBT sigue y las relaciones gay son mal vistas por el gobierno.
Esta semana, el gobierno chino prohibió imágenes homosexuales en la televisión después de haber retirado los videos de parejas LGBT de internet. Con razón tantos gays y lesbianas jóvenes en el país buscan formas innovadoras para esconder su sexualidad y proteger a sus familias de la supuesta vergüenza de tener un hijo o hija no casado.
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Una solución fue el aumento de las bodas heterosexuales falsas entre hombres gay y lesbianas. Inside the Chinese Closet [Dentro del closet chino], un nuevo documental de la cineasta Sophia Luvarà, tiene todas las características de una clásica comedia romántica ñoña: parejas arregladas incómodas, intentos fallidos para encontrar al “indicado” y leyes que arruinan vidas. La diferencia es que en la película, la gente no busca amor verdadero sino una pareja falsa.
El documental se enfoca en un chico gay llamado Andy y una lesbiana llamada Cherry que buscan un pretendiente falso en escenarios similares al proceso de buscar pareja. Asisten a “expo bodas” especiales para hombres y mujeres gay que buscan lo mismo: una persona que pueda posar como esposo o esposa de forma convincente, tener un hijo por fertilización in vitro y vivir bajo el mismo techo. Es como un accesorio profesional que se supone debe durar toda la vida.
Para saber por qué los jóvenes LGBT en china no simplemente dejan a sus padres que los menosprecian, se mudan a Europa y pasan el resto de sus vidas en bares leather, platicamos con Luvarà sobre sus experiencias al filmar el documental. ¿Cómo son los eventos de la comunidad LGBT para buscar parejas falsas? ¿Qué pasa después de la boda? Y por último, ¿esos matrimonios son muy diferentes a los matrimonios “reales?
VICE: Tienes un acceso muy íntimo a las personas que aparecen en este documental. ¿Cómo las encontraste?
Sophia Luvarà: Me tomó dos años hacer la investigación y la parte más difícil fue encontrar personajes para el documental. Empecé a salir a bares gay todas las noches con mi investigador y fue divertido pero muy agotador. Estábamos desesperados. Shanghái es una ciudad grande: hay 23 millones de personas y, al parecer, muy pocos son abiertamente gay. Platicamos con varias personas y muchas nos daban los mismo nombres. Con el tiempo conocí al protagonista, Andy, gracias a los amigos de sus amigos. Andy era justo el personaje que estaba buscando —un hombre que se la pasaba en conflicto con él mismo y con su figura paterna—. Y después encontré a Cherry [una lesbiana que quiere un matrimonio falso] por casualidad. No buscaba otro personaje pero la conocí y era tan carismática que tenía que salir en el documental.
¿Cómo es el panorama social para las personas gay en China según tu experiencia al filmar el documental?
En 2001 se dejó de considerar una enfermedad mental pero todavía existen clínicas que aseguran que pueden curarla —con pastillas o terapia de shock—. Aunque no te pueden encarcelar por ser homosexual, en el ámbito social resulta muy problemático. Primero que nada, la familia quiere que tengas un hijo, en especial por la política china de un solo hijo, lo cual significa que eres hijo único y, por lo tanto, sólo tú puedes hacer que trascienda el apellido. El segundo problema es el trabajo. Todavía existe mucha discriminación. Eso significa que si eres abiertamente gay, es muy poco probable que subas de puesto.
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En el documental, Andy le confiesa a sus padres que es gay y ellos le piden que recapacite y que busque una esposa. ¿Cherry siempre fue abierta con su familia respecto a su sexualidad o simplemente la familia estaba en negación?
Nunca salió oficialmente del clóset pero les dio muchas pistas. Su madre probablemente lo entendió y su padre también porque, cuando iba en secundaria, el director se enteró de que tenía una relación con otra chica. Pero como son de un pueblo pequeño en la zona rural, no entienden qué es la homosexualidad. Creen que es una forma de rebelión. La gente es muy ignorante y por eso a los gays no les preocupa que su apariencia o su forma de hablar los delate.
¿Por qué no simplemente dejan a sus padres?
Es una cuestión cultural. En la sociedad china, la familia es lo más importante. No obstante, debo aceptar que escogí a personas que luchan por complacer a sus padres, que quieren ser aceptados y que quieren hacer que sus padres se sientan orgullosos. Creí que el documental iba a ser más fuerte por que, en un nivel humano, esta necesidad nos conecta a todos. Todos hemos tratado de complacer a nuestros padres en algún momento.
¿Cómo era el ambiente en la expo de bodas falsas?
¡Surreal! Muy controlado. Tenías que decir abiertamente lo que estabas buscando: dinero, bebés términos, etc. Es muy pragmático. Es raro escucharlo sin ser parte. Era como un mercado donde vendían frutas o huevos; carecía totalmente de sentimientos. Pero tiene sentido porque ambas partes buscan lo mismo. A veces los matrimonios resultan bien, otros no, en especial porque las mujeres se ven forzadas a tener un hijo por presión de los padres de su esposo. Puede llegar a ser muy estresante para las dos partes.
¿Por qué decidiste terminar el documental antes de la boda falsa de alguno de tus dos protagonistas?
Sí encontré personas que ya estaban casadas —algunos matrimonios exitosos, otros no tanto—. Pero no quería dejar de enfocarme en mis dos protagonistas. No quería esperar a que Andy se casara porque ese no es el propósito del documental. Lo más importante era su lucha personal. Además, quién sabe si se vaya a casar o no. Todavía no tiene con quién.
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¿Cómo funcionan los matrimonios falsos de las persona que conociste?
Un caso muy particular era el de cuatro personas que vivían juntas, una pareja de hombres y una de mujeres, y uno de los chicos estaba casado con una de las chicas. Y tenían un bebé que todos cuidaban. Era como una comuna. La verdadera pregunta es: pensándolo bien, ¿qué es el amor? Al principio, claro, las personas experimentan una atracción sexual pero con el tiempo se forma una amistad. Pasa lo mismo con las parejas gay.
Entonces, ¿al grabar este documental tenías la esperanza de cambiar algo? ¿Puedes proyectar el documental en China?
Hablé con los protagonistas y dijeron que no querían que se mostrara la película en China. Además, para exhibir una película o una serie de televisión, es necesaria una estampa verde del Estado, la cual obviamente no me dieron porque el documental es demasiado polémico para el gobierno. Aunque sí lo presentamos en festivales LGBT en China. Hay dos, uno en Beijing y el otro en Shanghái. También voy a utilizar las redes LGBT de las personas que conocí ahí. Espero que funcione. Sobre todo, espero que sirva para crear conciencia sobre la homosexualidad en las zonas más rurales. Queremos llegar a otras personas que están pasando por esta situación.
Inside the Chinese Closet se va a proyectar en el Festival de Cine de Human Rights Watch del 9 al 18 de marzo en Londres.