Música

​Los simios y el gusto berlinés: Monkeytown Records

Los músicos y productores Gernor Bronsert y Sebastian Szary no se conforman con tener uno de los actos más reputados en la escena electrónica mundial, Modeselektor, sino que también apelan a darle rienda suelta a una curaduría mutante de artistas y proyectos interesantes de alto rango, a través de sus sellos, ya sea con el lado más arriesgado (el ya fallecido 50Weapons) o con su lado más versátil que ha sabido seleccionar artistas con una singularidad sin parangón. Estamos hablando de Monkeytown Records, sello alemán que alberga algunos de los artistas más interesantes de los últimos quince años.

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Pocas veces un mote tan sobado como lo es “versatilidad” empata de forma tan adecuada, como el caso de Monkeytown Records, sello que ha tenido el tino de fichar a artistas como Siruismo, Otto von Schirach, Moderat o hasta el vértigo sonoro de Mouse on Mars, sin olvidar casos tan atípicos como el del libio Omar Souleyman.

Y es que Bronsert y Szary saben de antemano lo que cargan, en sus propias palabras Monkeytown Records es un sello ampliamente diverso que no pierde identidad, vamos no es un sello como las mejores en los que el nombre es un pretexto para vender lo que sea. Lo de los berlineses es una curaduría en donde juegan factores como la creatividad más arriesgada, la exuberancia y el absurdo como cierto ingrediente secreto que funge como inspiración, misma que se integra en la liberta creativa, el gusto por hacer música interesante que muchas veces se ubica mejor que el sello mismo, cosa que en 50Weapons funciona a la inversa. Moderat es uno de esos casos, por ejemplo. Monkeytown procura que esa impronta de originalidad se funda desde la tapa de los discos, el corte de su panoplia sonora, así como en los actos en vivo de los artistas, un menú más amplio y libre que en otros sellos de corte de nicho.

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Pero el sello no se ciñe sólo a los artistas arriba mencionados, sino que encuentra cosas más sutiles o extravagantes, tal es el caso de Robot Koch, quien confecciona un pop atípico enclavado en el concepto futurista, o Alex Banks, quien procura una calidez emotiva en la mayoría de sus piezas, o tal vez Anstam, quien procura una abstracción y mutación sonora que le da de comer a nuestro cerebro sin darle tregua un segundo. Si aún no topas cosas como lo que hace Howling, Gajek o eLan, quien es el elemento más joven y que trae una suerte de hip hop del futuro, es hora de que abras tus oídos y sentidos al corpus de Monkeytown Records, sello que desde 2009 ha fraguado lentamente una reputación difícil de mantener por más de cinco años en la escena musical contemporánea, tan plagada en nuestros días de inconstancia e inmediatez.

Computadoras, sintetizadores y aparatos mutantes cobran vida y calidad electrónica, a través del sello que ha sido casa de proyectos en apariencia tan disímiles como Lazer Sword, Dark Sky o el extraño Funkstörung. Todos artistas de calidad que saben abrevar de lo abstracto sin perder el foco de la pista de baile en muchos casos, los discos recopilatorios del sello suelen ser una prueba fehaciente de ello, manteniendo un aliento que se prefigura si no inagotable si con mucha vida en el horizonte.

Modeselektor la ha sabido hacer de forma visionaria y lúdica: mientras Monkeytown se encarga de concebir discos como obras en planchar álbumes, su otra cara recién fallecida, 50Weapons se ha enfocado en la publicación de sencillos y EPs enfocados a las pistas de baile más exigentes y arriesgadas, siempre procurando esas sonoridades y cualidades que busca Modeselektor en su impronta estética, como las frecuencias gordas y expansivas, ritmos macizos y poderosos, así como la mezcolanza del dubstep y el techno más genuinos.

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Vale la pena sumergirse en el cosmos bellamente enrarecido de Monkeytown Records, a través de las frecuencias de Cosmin TRG o Marcel Dettmann, o en bellezas como el CD-Mix “Modeselektion Vol.01“, mezclado por Modeselektor, y las primeras placas de Siriusmo y del ya mencionado eLan, mucha oreja también al disco de Modeselektor titulado justamente “Monkeytown“. En un mundo saturado de inconstancias y sutilezas de bajo bagaje, Monkeytown Records sigue siendo hoy por hoy un oasis que refresca, empuja y satisface a los oídos más exigentes. Felices trazos.

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