El juez que instruyó el caso de abusos a menores cometidos por Ian Watkins en diciembre de 2013 afirmó que los actos del cantante habían “alcanzado nuevas cotas de depravación”.
Entre otros delitos, el exvocalista de Lostprophets confesó haber intentado violar a una niña de 11 meses con ayuda de la madre del bebé y haber confabulado con la madre de otra pequeña para violarla. Asimismo, Watkins mantuvo relaciones sexuales con una fan de 16 años, sobre la que también orinó. Y la lista continúa. El juez recalcó “el placer evidente que le producía a Watkins perpetrar los actos más atroces con niñas de muy corta edad”.
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La policía solicitó la colaboración del GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico) para que le ayudara a acceder a los archivos encriptados del ordenador de Watkins; el equipo de informáticos descubrió que una de las contraseñas que el cantante usaba era “I FUK KIDZ” (“me follo a niñas”).
A principios de este mes, una niña de dos años tuvo que ser puesta en custodia de los servicios sociales después de que su madre, de 21, empezara una relación sentimental con Watkins, que actualmente cumple una condena de 35 años en la prisión de Wakefield. Dada la naturaleza de sus crímenes, resulta increíble que Watkins —que hoy tiene 40 años— fuera capaz de entablar relaciones con otra madre joven desde prisión.
El juez recalcó “el placer evidente que le producía a Watkins perpetrar los actos más atroces con niños muy pequeños”
Según informa el diario The Sun on Sunday, en julio de 2016 la mujer escribió una carta a Watkins en la que le aseguraba que seguía siendo una gran admiradora, a la que el cantante respondió simplemente diciendo que la amaba. Luego empezaron las visitas. Pese a que la mujer —cuya identidad se desconoce— creía en la inocencia de Watkins, este finalmente acabó haciéndole preguntas tendenciosas, como qué haría si su hija pequeña entrara en la habitación mientras mantenían relaciones sexuales.
La niña fue puesta al cuidado de los servicios sociales en diciembre, pero la madre ha continuado con las visitas a Watkins y en marzo se compró un anillo de compromiso a petición del artista.
Un portavoz de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés) explicó a VICE: “Resulta absolutamente desconcertante que uno de los pedófilos más notorios del país haya podido contactar con otra mujer y enviarle mensajes sexuales sobre su hija desde prisión. Esta actitud demuestra el más absoluto desprecio por los niños de los que ha abusado y plantea serias dudas sobre la vigilancia y supervisión de este peligroso pederasta por parte de la institución penitenciaria. Es preciso abrir una investigación con carácter urgente para garantizar que ningún niño vuelva a correr riesgo alguno”.
A principios de este mes, una niña de dos años tuvo que ser hospitalizada después de que su madre, de 21, empezara una relación sentimental con Watkins, que actualmente cumple una condena de 35 años en la prisión de Wakefield
No es la primera vez que Watkins, que no parece tener remordimientos, protagoniza titulares de prensa desde prisión. El 21 de noviembre del año pasado, se enviaron tres tuits en un día desde su cuenta de Twitter —todavía abierta, aunque había estado inactiva varias semanas antes de su arresto—, todos con enlaces a su cuenta de Soundcloud. El primero de ellos contenía un tema subido por una fan del cantante, Laim McKenzie, cuya cuenta de Soundcloud es @MEGALELZ. “Mega Lolz” era una expresión que aparecía en el material promocional de Lostprophets y que Watkins también utilizaba para referirse a sus propios crímenes. Los otros dos tuits enlazaban a un proyecto de remezclas en solitario, L’Amour La Morgue, y uno de ellos incluso parecía sugerir que el artista estaba trabajando en un nuevo álbum con el anuncio: “New! SEQUENCE INITIATED” (¡Nuevo! Secuencia iniciada).
Con la salida a la luz de las razones que llevaron al arresto de Watkins en 2012, llegó a su fin la trayectoria de una de las bandas de mayor éxito del Reino Unido durante la pasada década. Lostprophets se formó en 1997 en Pontypridd, Gales, y su álbum de debut, The Fake Sound of Progress, salió al mercado tres años después. Sus dos sencillos, “Shinobi vs. Dragon Ninja” y “The Fake Sound of Progress” pronto empezaron a sonar en la mayoría de locales nocturnos. En 2006, con su tercer álbum, Liberation Transmission, la banda llegó al primer puesto de las listas. En sus 15 años de trayectoria, la formación vendió cerca de 3,5 millones de discos, por lo que cabe imaginar que una cantidad ingente de fans se quedaron pendientes de las noticias cuando se hizo pública su condena.
“Resulta absolutamente desconcertante que uno de los pedófilos más notorios del país haya podido contactar con otra mujer y enviarle mensajes sexuales referentes a su hija desde prisión”
Si bien las inclinaciones sexuales de Watkins ya habían sido tema de conversación entre los seguidores de Lostprophets, a la mayoría de los fans la noticia les pilló desprevenidos. De la noche a la mañana, el sitio web oficial y las redes sociales de la banda desaparecieron. Se retiraron sus discos de la venta, así como los adoquines de su ciudad natal, en los que se habían grabado letras de sus canciones. Otros fans no lo tuvieron tan fácil para eliminar los tatuajes que se habían hecho.
Poco después de darse a conocer la sentencia, los fans con los que habló el equipo de VICE aseguraron sentirse “asqueados” y con sentimientos contradictorios. “Cuesta no pensar que todo lo que hace Watkins es genial, porque así lo hemos visto siempre”, dijo un fan de 27 años. “Sigue sin gustarme como persona, aunque dudo que a alguien le gustara… Pero eso no quita que su música sea buena”, explicaba una admiradora de 15 años.
Muchos fans expresaron su solidaridad con los otros miembros de Lostprophets, que publicaron un comunicado tras la confesión de Watkins en el que decían: “Como es comprensible, muchos de vosotros queréis saber si teníamos conocimiento de las cosas que hacía Ian, y queremos dejar claro que no. Nuestros mejores deseos para la familia de Ian, para los fans y amigos a los que ha traicionado y, sobre todo, para las víctimas de sus crímenes”.
Desde entonces, la banda ha rehecho su trayectoria con el nombre No Devotion y con el cantante Geoff Ricky sustituyendo a Watkins. En una entrevista para el Sunday Times en mayo de 2014, el bajista Stuart Richardson dijo: “Nosotros solo componíamos música. No sabíamos si alguien querría o llegaría a escucharla alguna vez. No sabíamos qué otra cosa hacer”.
Mientras compañeros y fans seguían ajenos a las atrocidades de Watkins, la policía de Gales del Sur estaba al corriente de las mismas desde hacía tiempo. Pese a que su arresto no se produjo hasta diciembre de 2012, la policía recibió las primeras informaciones cuatro años antes.
El 29 de diciembre de 2008, la exnovia de Watkins, Joanne Mjadzelics, telefoneó a los servicios sociales del distrito de Rhondda Cynon Taff para denunciar que Watkins le había dado cocaína a su hija y la había estado tocando con actitud sexual. Los servicios sociales transmitieron esta información a la policía, que abrió una investigación. Sin embargo, en mayo de 2009 suspendieron las pesquisas tras determinar que no disponían de suficientes pruebas incriminatorias.
En el transcurso de los siguientes cuatro años, varias mujeres más, entre ellas nuevamente Mjadzelics, presentaron denuncias contra Watkins por abuso de drogas, tenencia de imágenes sexuales de menores y por mostrar interés sexual por estos. Todas las denuncias fueron desestimadas.
El 29 de diciembre de 2008, la exnovia de Watkins, Joanne Mjadzelics, telefoneó a los servicios sociales del distrito de Rhondda Cynon Taff para denunciar que Watkins le había dado cocaína a su hija y la había estado tocando con actitud sexual
Mientras tanto, Mjadzelics seguía intentando recabar pruebas con las que poder acusar a Watkins. En 2015, fue llevada a juicio por posesión y distribución de las imágenes de abusos a menores que estaba usando para intentar incriminar a Watkins, aunque finalmente se le retiraron todos los cargos.
En su propio juicio, Mjadzelics se lamentó de la pasividad de la policía cuando les facilitó la información. En una ocasión, incluso se presentó en la policía con una de las mujeres a las que Watkins estaba cortejando, declarando a los agentes que “estaba totalmente obsesionada con Watkins y que este acabaría violando a su bebé”. Mjadzelics aseguró que el agente de la policía restó importancia a su denuncia alegando que simplemente estaba “muy enfadada” con su exnovio.
Mjadzelics supo de las tendencias sexuales de Watkins en septiembre de 2007, cuando llevaba un año saliendo con el cantante. La mujer dijo al jurado que Watkins le contó una vez que había violado a una niña de 12 años en Los Ángeles y que, en diciembre de ese año, le había enviado la foto de una niña de cinco años, que Watkins describía como “supercoqueta”, posando con cocaína.
“Lo único que dijo fue: ‘Ya sabes cómo son las niñas a esa edad’”, declaró Mjadzelics en el juicio. “Oír aquello me destrozó el corazón y me puso enferma. Estaba totalmente confundida. Quería con locura a ese hombre y de repente me enviaba esa foto. ¿Cómo podía haberme enamorado de alguien así?”.
La investigación —o la ausencia de ella— sobre Ian Watkins pasó a manos de una comisión policial independiente (IPCC, en inglés), que dio el caso por cerrado en agosto. Según palabras de Jan Williams, Comisionado de la IPCC, “resulta preocupante la forma en que se gestionaron las denuncias de los repugnantes abusos a menores de Ian Watkins”.
La principal incógnita que la investigación pretendía resolver era cómo Watkins había logrado salir impune durante tanto tiempo. Aunque se ha sugerido que pudo haberse escudado en su fama, la investigación de la IPCC reveló que “no existían pruebas de que la pasividad de la policía se debiera a la condición de celebridad de Watkins”.
El informe de la IPCC concluía, en cambio, que “la valoración inicial de la policía sobre la denuncia de Mjadzelics influyó negativamente en su reacción durante un lapso de cuatro años”, y añadía: “Todas las personas involucradas admitieron mostrarse escépticas inicialmente a las denuncias de Mjadzelics, demostrando una carencia absoluta de mentalidad abierta y de curiosidad profesional. Esta actitud persistió hasta que ‘apareció el perfil de denunciante adecuado’”.
Watkins le contó una vez que había violado a una niña de 12 años en Los Ángeles y que, en diciembre de ese año, le había enviado la foto de una niña de cinco años, que Watkins describía como “supercoqueta”, posando con cocaína
La investigación de la IPCC destacaba que la primera vez que Mjadzelics denunció a Watkins a la policía, intentó enseñar a los agentes un mensaje de texto de su teléfono que le había enviado Watkins en agosto de 2007 en el que manifestaba explícitamente su deseo de practicar sexo con los hijos de Mjadzelics, pero la policía se negó a verlo.
“Las conclusiones de este informe deben servir como toque de atención para todas las personas implicadas. La simple comprobación de un teléfono móvil podría haber evitado que Watkins siguiera abusando de más menores y el que no haya sido así, además de debe ser causa de preocupación”, dijo un portavoz de la NSPCC en una entrevista para VICE.
“Afortunadamente, Watkins ya está entre rejas, que es donde debe estar, y la policía de Gales del Sur ha aplicado muchas mejoras. Sin embargo, a lo largo de este proceso se han cometido errores muy graves a la hora de gestionar las primeras denuncias y es preciso que se adopten las recomendaciones de este informe a la mayor brevedad. Denunciar abusos a menores es un paso tremendamente difícil, por lo que es absolutamente imprescindible que cuando esto ocurra, los denunciantes tengan total certeza de que su caos será tomado muy en cuenta y que se llevarán a cabo las medidas pertinentes de inmediato”.
Resulta, pues, aun mas lamentable que la investigación de la IPCC concluyera que Ian Watkins no recibió un trato especial por parte de la policía por ser famoso, que no se salió con la suya por ser una celebridad, sino porque las mujeres que lo denunciaron no se les dio credibilidad.