Mark Rabadán es fotógrafo y conoció la escena flamenca del barrio de San Roque, en Badalona, gracias a El Yiyo, uno de los bailaores de flamenco que más está despuntando en los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional. Algunos dicen de él que es el sucesor de Joaquín Cortés y que cualquiera que le haya visto bailar entre los cinco y los veinte años que tiene ahora se ha quedado prendado.
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Gracias a él, Rabadán conoció su barrio y a su familia. A sus dos hermanos pequeños, Tete Fernández y El Chino, ambos bailaores y promesas del flamenco, y a sus vecinos. A todos ellos les dedicó una trilogía, Flamenco de sangre, cuyo primer capítulo ya está disponible. En ella retrata la escena de San Roque y la efervescencia creativa que vive el barrio, además de rendirle su particular homenaje a una cultura que, dice, le tiene fascinado: la del flamenco.VICE: Mark, ¿por qué te interesa el flamenco y por qué te interesa la cultura gitana? ¿Qué hace que quieras retratarlas?
Mark Rabadán: Soy amante todo tipo de culturas populares. Tener la oportunidad de poder acercarme a ellas a través de mi trabajo y enriquecerme es lo que más me satisface. Mi admiración se genera por cómo la cultura gitana vive el flamenco y cómo se transmite de generación en generación. La intensidad, pasión, gracia y alegría contagiosa a través del cante y el baile son elementos que corroboraron mi interés inicial.
Mark Rabadán: Soy amante todo tipo de culturas populares. Tener la oportunidad de poder acercarme a ellas a través de mi trabajo y enriquecerme es lo que más me satisface. Mi admiración se genera por cómo la cultura gitana vive el flamenco y cómo se transmite de generación en generación. La intensidad, pasión, gracia y alegría contagiosa a través del cante y el baile son elementos que corroboraron mi interés inicial.
¿Qué te cautivó de El Yiyo, por qué es el bailaor del momento, el que todos quieren?
El Yiyo es un gran referente desde hace tiempo en la escena del flamenco. Cuando baila sientes que pasa algo especial y desprende muchísima energía, pasión y sensibilidad. Además, el proyecto tuvo muy buena acogida entre él y su familia desde el primer momento. Todos dieron el 100%. Siempre que queríamos cerrar fechas de rodaje hacían todo lo posible para tener disponibilidad y, por ejemplo, había días que tenían que actuar a última hora de la tarde en el tablao y apuraban el tiempo para poder acabar de cerrar las escenas.
El Yiyo es un gran referente desde hace tiempo en la escena del flamenco. Cuando baila sientes que pasa algo especial y desprende muchísima energía, pasión y sensibilidad. Además, el proyecto tuvo muy buena acogida entre él y su familia desde el primer momento. Todos dieron el 100%. Siempre que queríamos cerrar fechas de rodaje hacían todo lo posible para tener disponibilidad y, por ejemplo, había días que tenían que actuar a última hora de la tarde en el tablao y apuraban el tiempo para poder acabar de cerrar las escenas.
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El narrador de la primera pieza del proyecto es Miguel Fernández, el abuelo de El Yiyo, el Patriarca.
Queríamos tener una narración en off y la opción de Miguel surgió durante el primer día de rodaje. Buscábamos a alguien que conociera el barrio y a los chicos, y la verdad es que no pudo haber una mejor opción que su mismo abuelo.
Queríamos tener una narración en off y la opción de Miguel surgió durante el primer día de rodaje. Buscábamos a alguien que conociera el barrio y a los chicos, y la verdad es que no pudo haber una mejor opción que su mismo abuelo.
¿Qué descubriste, durante la grabación, sobre el barrio y su gente?
La grabación fue la parte más especial de todo el proceso. Aunque teníamos un guion, todo fue surgiendo con mucha improvisación y creo que es eso lo que le aporta una identidad muy flamenca a esta primera pieza. Más allá de aprender sobre el flamenco, aprendí de cómo la familia Fernández y el barrio de San Roque tienen el arte flamenco tan arraigado en su forma de vida.Ricardo, el padre de Yiyo, Tete y Chino nos ayudó mucho en cuanto a recursos, localizaciones del barrio y a reunir a familiares y vecinos cuando era necesario. Tuvo mucha implicación durante todo el rodaje y gracias a él pudimos desarrollar muchas de las escenas que teníamos planteadas. Los vecinos de San Roque estaban muy expectantes y a la vez curiosos con el vídeo. Se prestaron sin compromiso si el momento les requería. La energía en la mayor parte de las tomas era increíble. La complicidad entre todos ellos, la naturalidad y a la vez los momentos íntimos que se generaban hicieron que fuera muy emotivo.
La grabación fue la parte más especial de todo el proceso. Aunque teníamos un guion, todo fue surgiendo con mucha improvisación y creo que es eso lo que le aporta una identidad muy flamenca a esta primera pieza. Más allá de aprender sobre el flamenco, aprendí de cómo la familia Fernández y el barrio de San Roque tienen el arte flamenco tan arraigado en su forma de vida.Ricardo, el padre de Yiyo, Tete y Chino nos ayudó mucho en cuanto a recursos, localizaciones del barrio y a reunir a familiares y vecinos cuando era necesario. Tuvo mucha implicación durante todo el rodaje y gracias a él pudimos desarrollar muchas de las escenas que teníamos planteadas. Los vecinos de San Roque estaban muy expectantes y a la vez curiosos con el vídeo. Se prestaron sin compromiso si el momento les requería. La energía en la mayor parte de las tomas era increíble. La complicidad entre todos ellos, la naturalidad y a la vez los momentos íntimos que se generaban hicieron que fuera muy emotivo.
¿Por qué crees que en los últimos tiempos distintas industrias, no solo la del arte sino también la de la moda o el cine se han tratado de acercar al flamenco? ¿Se ha puesto de moda como elemento puramente estético o hay una profundidad detrás?
Sin duda, el flamenco es una tendencia evidente y creo que debemos considerarlo como una oportunidad para generar sinergias de todo tipo. Cada vez son más los escenarios y el público más diverso. Creo que el flamenco ha sabido mantener a su público tradicional e incorporar otro nuevo que se le acerca con espíritu abierto, considerándolo un arte especial. Artistas como Rosalía han sido claves en poner un gran foco en el arte flamenco, acercándolo a todo tipo de público y generando un gran interés popular.
Sin duda, el flamenco es una tendencia evidente y creo que debemos considerarlo como una oportunidad para generar sinergias de todo tipo. Cada vez son más los escenarios y el público más diverso. Creo que el flamenco ha sabido mantener a su público tradicional e incorporar otro nuevo que se le acerca con espíritu abierto, considerándolo un arte especial. Artistas como Rosalía han sido claves en poner un gran foco en el arte flamenco, acercándolo a todo tipo de público y generando un gran interés popular.
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Sique a Mark Rabadán en @markrabadan.