La que muchos consideran la mejor rapera que ha bendecido el micrófono en español, lanzará su nuevo disco a finales de 2017. Después de 4 años de su último trabajo, Bruja, editado en 2013, La Mala sigue cosechando llenos en sus conciertos, fans que llegan a las lágrimas y coros de edades muy diversas que entonan sus historias y críticas como si fueran propias. Con tres hijos —el último de solo siete meses—, una perspectiva estética propia, poesía, teorías científicas y dueña de su tiempo, Mala Rodríguez nos muestra su punto de vista, entre muchas otras coas, sobre la situación actual del rap en español, sobre la maternidad, y sobre sus últimas producciones.
“¿Sabes? Soy una artista que trabaja con las emociones, con las palabras, que expresa en el escenario cosas que a lo mejor no podría expresar en otro lugar y que siempre está buscando. Yo me siento así. No le tengo miedo a nada” me suelta de una, cuando le pregunto cómo se siente hoy en día. En una esquina, el equipo de fotografía prepara todo lo necesario para la sesión, que se ha alargado de una a tres horas. Como no sabíamos que María se quedaría toda la tarde con nosotros, comenzamos la entrevista, al mismo tiempo que le quitaban y ponían el maquillaje.
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Noisey: La bruja es una figura oscura. Además, fueron perseguidas y quemadas a lo largo de la Edad Media ¿Por qué elegiste ese título para tu último disco? ¿Qué tiene que ver contigo?
Mala: Las brujas son malas y yo soy mala como una bruja. Es todo un curro ser mala. Tienes que estar ahí trabajando con las maldades. A ver, para no confundir a las niñas de 12 años que vayan a ver esto: yo quise seguir con la historia de que nos llamen brujas. Vale, ¿nos llaman así? Pues acepto el reto. Como mujeres, cuando crecemos —en esta sociedad que está cambiando, gracias a dios—, tenemos ese estigma de ser causa de los males de todo. Y cuando hay una que además es sabia, es peor. Había una vieja en el pueblo que estaba sola con sus plantas, haciendo sus cosas, con sus libros, en su mundo, con su sabiduría, con su universo, y la llamaban “bruja” y la tenían apartada, la temían. Era más fácil para todos decir que era peligrosa y la llevaban a la hoguera, la querían eliminar. Entonces es una manera irónica de aceptar esa cruz, ese estigma y darle la vuelta al concepto de bruja como algo malo. Ser bruja es algo bueno: me lo apropio. Yo puedo darle la importancia que creo que tiene. Aunque tú no se la des.
Hace ya un tiempo me tocó entrevistar a los chicos de Pxxr Gvng (hoy Los Santos) y dijeron que la canción de La Niña había sido de gran inspiración para ellos al comienzo de su carrera ¿Por qué crees que esa canción ha trascendido tantos años y se ha convertido en una especie de himno?
Las canciones que tienen verdad llegan al corazón de las personas. Es muy fácil conectar con la gente cuando hay verdad. La canción de La Niña está inspirada en un 50% en mi vida y el otro 50% en la vida de mi amiga Isa. Mi amiga ha tenido muchos trabajos en la vida y ha pasado por muy malos momentos. Cuando hay verdad en lo que escribes, eso traspasa todo […] Tiene mas que ver con mi corazón, con lo que yo siento, con qué es lo que me emociona. No soy de matemáticas. Se me dan muy mal, yo trato de ayudar a mi hijo, pero es que se me da fatal, tengo que mirar Internet, a ver “¿Cómo era esto?”. Pero confío en lo que me emociona. Confío cuando algo me pone los pelos de punta, cuando siento, cuando sé que lo que estoy escribiendo es algo bueno. A veces te pasas escribiendo un montón de rato y no hay nada bueno, y de repente te pones a fregar y te sale una canción de la nada. Entonces la escribes donde pilles o la grabas donde sea. Tiene que ver con una emoción que te palpita, con algo que sientes que te hace llorar. A veces me pongo a llorar y digo “¡Qué suerte! ¡Gracias!” Porque me ha venido esto. Que no creo que lo haya hecho yo, sino que alguien me lo está diciendo. Es un sentimiento muy fuerte que me ha pasado con varias canciones. Con la de Quién manda me pasó, y la de Caliente, también. Pero en la de Quién manda todo el rato tenía la imagen de alguien pisándome, ¿sabes? Cuando estás ahí doblegado totalmente y no te puedes mover, cuando estás totalmente inmóvil. Nace de la impotencia. Fíjate: esa canción que es sacando el cuello, nace de la pura impotencia de cuando no puedo hacer nada. Entonces yo pregunto ¿qué más hay? Pues hay mucho más.
No tengáis hijos
Cuando comenzaste tu carrera en el rap, que es un género históricamente machista ¿cómo lo hiciste para ser respetada?
¡Qué va! Mira, para empezar, no me parece que el rap sea de machos porque siempre han habido mujeres en el hip hop, siempre, siempre. Puertorriqueñas, americanas, afroamericanas, y en España también. Muchas generaciones. Ha habido muchas menos que hombres, sí, eso es cierto, pero es que hay muchas menos mujeres en todos los ámbitos de la vida.
¿Y a qué crees que se debe eso?
Porque las mujeres paren. Porque la mujer ha entrado en el mercado laboral mucho más tarde y porque las mujeres, incluso las de mi generación, cuando tienes hijos se despiden del trabajo, se despiden de la vida social, de su mundo artístico. Se despiden de muchas cosas. Con esto no estoy diciendo “¡No tengáis hijos!”, que también lo digo. A muchas amigas mías les digo: “No tengáis hijos porque es un rollo, pero claro…” […] Y mira, me gustaba escuchar el rap porque quería escuchar lo que decían los hombres. Tenía una gran curiosidad por saber qué pensaban. Yo me he criado sin un padre, sin una figura paterna, no lo he tenido. Tenía una gran curiosidad por el mundo masculino, quería saber. Pero no puedo decir lo que dice un tío, porque no siento como un tío, no hablo como un tío, no vivo lo que vive un tío ¿Entonces qué pasó? Que yo me hice mi mundillo y saqué lo que yo sentía, lo que yo vivía, lo que conocía. Y la gente vino a escuchar lo que decía. Que yo no esperaba nada. Pero cuando saqué el disco y la gente lo aceptó, me vi rodeada de un público donde la gente que se sentía oprimida, gente que se sentía discriminada y un montón de mujeres que no habían ido nunca a un concierto de rap. Y dije “¡Coño, esto está bien! ¡Esto me encanta!”. O sea, ver esta mezcla de público: gente de barrio, gente de dinero, gays, lesbianas, tías de mi colegio. Una mezcla totalmente interesante. Algo está pasando: estamos hablando de cosas distintas. Y es que si no existe el camino tú tienes que hacerlo.
En ese sentido, has abierto camino para muchas raperas y cantantes del género urbano ¿Sientes la responsabilidad de ser un referente?
No me gusta nada eso. Porque yo siempre estoy cometiendo fallos. No quiero que otros repitan mis errores, al revés. Yo sé que hay muchas personas que inician su carrera… Y para mi es un honor que me mencionen. Pero no me gusta sentirme como una especie de modelo. No, como modelo no. Me gusta poder tener la libertad de equivocarme. No como cuando eres madre. Me gusta poder ser más de una persona. Yo siento la libertad que en mi mundo creativo puedo estrellarme, puedo ser cualquier cosa. No tengo que estar todo el rato ahí como un político que tiene que ser correcto, porque está siendo observado. En ese sentido, creo que cada una tiene que hacer su camino y equivocarse ¿Por que si no qué va a ser una? ¿Va a ser su madre? No, gracias.
Leí una en la que decías que era mejor no ocupar la palabra feminismo y más bien ocupar la palabra justicia ¿Todavía piensas así?
Sí, porque se aprovechan, le dan la vuelta. Todo es un truco, nos hacen trucos todo el rato. Trucos como: ahora feminismo es esto, ahora es esto otro. Ahora es feminismo una tía enseñando las tetas. Se le desprestigia, se le quita valor, ¿entiendes? Entonces cualquier movimiento que sea impulsado desde una manera completamente ética y natural, pues ya se convierte en otra cosa… Mira, todos los obstáculos que nos ponen nos sirven para ir hacia adelante y ser mucho más perspicaces y originales, porque ahora la lucha de género, ¿no es una lucha obvia en la que necesitamos que haya igualdad en cuanto a todos los derechos? ¿Porque debe haber una diferencia entre géneros? ¿Por qué? ¿No es obvio? Bueno pues, resulta que no […] Hay cosas que siendo mujer me molestan. Como cuando nos vemos con tacones. Me da la impresión que parecemos Tiranosaurios Rex ¿Por qué seguimos usando tacones si es un símbolo completamente patriarcal y opresor? ¡A tomar por culo los tacones! ¿Me entiendes? A mi me gustan los tacones cuando estoy en la cama. Sí, porque son un puro fetiche. Son preciosos en la cama ¿Pero que es eso de caminar con los tacones? Eso es una tortura.
¿Has sentido algún tipo de presión por tener que mostrarte de un modo concreto o hacer algo que no has querido? Sellos, managers…
Mira, siento decir que no. A mucha gente le gusta creer que los sellos son como una especie de diablo que viene a hacer que no seas puro. Pero a mi no me ha afectado, a mí me han dicho tantas veces hagamos esto, hagamos lo otro. Pero si una artista tiene claro lo que quiere hacer, por mucho que le digan… es como el dinero: el dinero no te cambia, te delata. Pues igual en la vida: vienen todo el rato a decirte ven, mira, toma ¿Sabes? Pero ahí estás tú para decir “No, si yo ya sé por dónde y lo que quiero”. Y también entiendo que exista esa figura, porque hay muchos artistas que a lo mejor no tienen todavía el carácter, pero tienen el arte y talento, y les viene bien que venga un productor y les diga vamos por aquí; un letrista, que diga: “canta esta letras” y un músico que diga: “haz estos arreglos”. Ahora también hay otros artistas que tienen claro qué tipo de arreglos, qué tipo de letras, qué tipo de vestido se quiere poner, así que no es un vendido el que está en una discográfica. Yo creo que hay gente en el underground que son más putas que muchos que están ahí en todos los lados.
¿Cómo es ser rapera con todo este tiempo que llevas de trayectoria, pero además teniendo hijos y una vida fuera del escenario?
Pues es jodido (ríe). He sacrificado mucho de mi familia para poder seguir haciendo lo que me gusta. Y no es fácil. No es fácil para nada, por eso yo siempre le digo a mis amigas que no tengan hijos y luego ellas me dicen “¡Sucia, si es que tú tienes un montón!” Siempre les digo “no tengáis”. Pero es que siento que es una cosa tan importante el ser figura y modelo, el ser madre. Es increíble porque no puedes hacer cosas mal, es muy difícil. Ahí tienes que hacer las cosas bien, no puedes hacer maldades. Ahí no vale eso “Mi madre es una cantante cocainómana. Es muy artista”. No, eso no vale, es una mierda. Yo paso.
¿El género urbano necesita “calle” para generar sonido y letras?
Eso es muy interesante. Es que tus preguntas son de rollo de montón de rato eh. Son preguntas de debate. Es verdad. Pienso en el arte plástico, en como muchos artistas que venían de la universidad de repente se pusieron a hacer las cosas en la calle y han hecho el street art tan guay de ahora ¿Sabes? Y los de la calle están como “¡Hijos de puta, nos han quitado todo el protagonismo!”. Les han quitado la calle, pero para que tú veas. Lo que importa es que se hagan cosas chulas. Mira: Drake no era un chico muy callejero que digamos, ¿o no? Te pregunto. A mi me parece que venía no de tan abajo. Entonces, ¿qué es lo que pasa si sólo triunfa la gente que esté en la calle y con problemas económicos? Los mejores raperos serían los de Sierra Leona ¿no? No sé. Creo que lo que ha de triunfar es el arte, son los artistas: la sensibilidad artística. Da igual de donde venga. Creo que hay que ser humilde y respetuoso con todos, no sólo con unos. “No esto está vetado porque no son de calle” ¡Oye, si el chico tiene un trabajo maravilloso! Del que tú dices: ¡Coño, esto está guapísimo! Si me hace sentir ¿Por qué le vas a vetar? No estoy defendiendo lo fresa, sino que al revés: creo que todo el mundo ha de tener la oportunidad de ser escuchado.
¿Cómo te nutres? ¿Cómo te educas?
Me encanta leer. Me gusta muchísimo. Me gusta leer e investigar. Me gustan las letras: la poesía, la literatura rusa. Me gustan también los libros de ciencia ¿Has oído hablar del universo holográfico?
No. Cuéntame un poco…
Pues es súper interesante. Realmente han descubierto que estamos en un universo finito. No es infinito. Y hay un montón de pruebas que confirman que esto es un holograma. Que esto es una proyección. Qué chulo ¿no? Es una proyección de un creador. Es súper, increíblemente guapísimo pensar en eso ¿No te encanta?
Las curvas y el volante
Corto la entrevista rápido, me doy prisa para conseguir hacerlo todo. Pero ella está interesada en la conversación. Me dice que no tenga prisa, que le haga todas las pregunta que tenga. Asalto.
¿Eres consciente de cómo ha cambiado tu sonido?
¡Más tendía que haber cambiado! Sí. Es como cuando tú quieres hacer cosas pero es lo que hay. Quiero decir que me parece muy rico lo que se está haciendo musicalmente ahora en España. Ojalá hubiera pasado hace 10 años. Como productores digo. Porque hace 10 años daba mucha grima, era todo muy lento. Pero de 10 años hasta hoy todo ha hecho un boom gracias a internet y la tecnología en general. Antes las producciones eran mucho más… no sé… me hubiera gustado que mis discos hubiesen evolucionado mucho más “guapamente”. Pero en las letras veo que hay cosas que se mantienen como en el primer día: toda la poesía, el folclore que muestro, la forma de componer; eso sí siento que se parece.
¿Escuchas reguetón?
[Abre los ojos y pone suspense] Mira: te voy a contar una cosa. Conozco a una persona que es entrenadora personal y también bailarina: trabajamos juntas. Y hay veces que pone temas de eso y es que yo me desconcentro ¡Me desconcentro mucho! Te juro que estoy ahí sufriendo, haciendo plancha o lo que sea y pone esos temas y digo ¡Pero es que no puedo! Ahora mismo me he perdido ¿Qué coño está diciendo tío por favor? ¿Tienes un arma blanca o algo? ¿Qué tontería esta diciendo ese hombre por favor? Nosotras nos reímos. Yo creo que todas las mujeres, en el fondo, cuando escuchan reguetón, se ríen. Además, siento que para escuchar esa clase reguetón hay que tener estudios universitarios, porque es demasiado heavy tío. Siempre me quedo pensando ¿Ha dicho eso?
¿Cómo tomaste la decisión de que Steve Lean produjera parte de tu disco?
Eso fue porque invité a Cecilio G a que abriera mi concierto y él vino con esta gente. Pero él era el niño pequeño. Allí conocí a Esteban y estuve hablando con él. Tendría 16 o 17 años y me dijo: “Yo hago música” y yo le dije: “¿Sí? Pues mándamela que quiero oírla”, y me estuvo mandando música y me molaba. Entonces, al tiempo, empecé a ir a grabar a un estudio donde él estaba. Me puso un par de bases y me puse a improvisar, se quedaron ahí un par de temas como el de Mátale. Volví al día siguiente y esta gente ya había grabado encima y dije “Ay, mira qué guay” y como que no lo quería publicar. Porque a veces hago eso: yo no publico todo lo que grabo ¿Qué es esa manía de publicar todo lo que uno hace? Y bueno, al tiempo dije “Bah, vamos a ir sacando cosas”. Fue muy divertido, sorprendió a la gente. A mí me gusta hacer, hacer, hacer. Y si luego pasan cosas, ya en plan profesional, pues medir más los pasos, pero siempre hacer, no cortarme de hacer cosas. Nunca dejar de trabajar
¿Fuiste consciente desde un comienzo de tu herencia gitana? ¿De tu “cosa” flamenca?
A mi me parece que el tener una cultura y manifestarla en lo que haces es muy normal. Tiene que salir porque eso está en ti. Es normal que salga. Y a mi me criticaban por eso, porque no es el patrón que conocen. Entonces cuando le metes un poco de flamenco, le das tu cosita y preguntan ¿Esto qué es? Ah, pues es rap flamenco. Y me mataron los flamencos. En su momento hubo mucha crítica; pero todo eso fue bueno. Por eso me ha gustado lo que se hace en España últimamente: todo es fresco y sin complejos. Cuando antes los raperos españoles era “Joder tío, parece que tengáis 74 años”. “Todo es así y todo lo que se salga de aquí no es”. Yo siempre he estado más abierta a conocer la personalidad de cada uno. Pero es que no me puedo creer que todos los raperos sean y suenen iguales, que imiten y griten igual: que lo hagan todo igual. ¡Muéstrame cómo eres!
Y en ese sentido, ¿fue relevante para ti pasar por otros trabajos que no fueran la música?
Claro que sí. Lo noto en las sensaciones. Por eso me gusta que a uno se le sigan ocurriendo cosas difíciles, que sigan pasando historias. Porque si no siguieran poniéndote obstáculos en tu camino quiere decir que ya está, se acabó. Y no. Por favor, tienen que haber más cositas. En la vida tienen que haber más curvas. Si lo divertido es coger una y otra vez el volante, ¿o no?
Fotos: Pedro Quintana; asistentes: René de la Cruz y Paz Vázquez; make up: Josefa Inostroza; styling: Fran Germain.
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