Marco Asensio, el protagonista

El Barcelona todavía no llegaba a la cancha cuando Marco Asensio ya buscaba cómo arruinarles la oportunidad de levantarse. Al minuto de juego, orquestó el contraataque cediendo a Modric con un pase atrás, la defensa evitó la ventaja y respiraron solo un momento. Fue una advertencia. Tres minutos después, un mal rechace de Umtiti lo dejó en posición para marcar desde 25 metros, con la zurda y al ángulo. Ter Stegen quedó sembrado al pasto, nadie bloqueó el tiro del joven de 21 años que en algún punto de la vida pudo jugar de su lado.

Zidane disfrutó el gol, lo hizo al borde de la cancha, con el sitio privilegiado para el que también es aficionado: “Me pone feliz porque a mí me gusta el futbol y cuando veo un gol así, yo sólo puedo impresionarme. Lo hago como cualquier otra persona que disfruta del fútbol”. El francés confirmó el acierto de asumir el riesgo un año atrás, cuando Marco Asensio se ganó un sitio en la plantilla titular y marcó un golazo: 25 metros, un zurdazo y a la escuadra. El Sevilla, en la Supercopa de Europa, fue su primera víctima y el anuncio de lo que vendría.

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Asensio quiere trascender en el Real Madrid, lo dijo hace unos meses en una entrevista y está decidido a cumplir con la frase cliché del repertorio. Ha convertido las palabras en hechos, libre del temor a equivocarse en un debut. Como el del domingo, en la ida de la Supercopa, que además estaba enmarcado por la primera edición del Clásico en la temporada. La presión de Piqué no significó nada entonces, corrió un contragolpe iniciado por Lucas Vázquez y soltó un zurdazo al ángulo. El tercer gol, el de la sentencia, le dio valor para mostrar con orgullo su dorsal a la grada del Camp Nou.

Las imágenes de la infancia no mienten. Asensio era del Madrid y la magia de Zidane lo hacía soñar en el futbol; pero si el Barcelona lo hubiera querido demasiado, habría podido tenerlo cuando identificaron en él a un jugador que era más que una prodigiosa zurda. Un atrevido que sabe ser pesadilla con el balón en los pies. Lo mueve, lo esconde, espera. Sin embargo, no quisieron arriesgar los millones pedidos a cambio, los que sí entregó el Madrid: 3.9 millones de euros, que ya han sido pagados con clase.

Su padre, quien en acuerdo con su esposa holandesa eligió a Marco Van Basten como inspiración para nombrar a su hijo, anticipó a Florentino Pérez la compra que haría varios años más tarde. Asensio apenas tenía 8 años cuando se lo dijo y 18, al momento en que el tenista Rafael Nadal intercedió para que el club no lo soltara a la suerte de otro más.

Aún sin vestir la camiseta merengue, el adolescente surgido en el Mallorca no representaba un riesgo total; meses atrás había debutado en la Selección Sub-19, su futbol aportaba garantías y era líder del ataque del Mallorca. Ya como parte del Real Madrid, terminó la temporada con su club y viajó a Barcelona, en donde alguna vez había comenzado a planear una vida como blaugrana, pero para instalarse en condición de cedido en las filas del Espanyol. A la distancia, comenzó a convencer con la capacidad para adaptarse como mediapunta, centrocampista ofensivo y extremo. El 30 de junio del año pasado se agotó el préstamo y volvió al Madrid para quedarse.

“Lo está haciendo fenomenal, tiene calidad, rompe líneas, es rápido, patea el balón muy bien. No está haciendo nada nuevo por nosotros. No es fácil entrar al partido en los últimos 15 minutos, pero cada vez que juega, marca la diferencia”, dijo Zidane el domingo pasado, tras el punto final que Asensio puso en el marcador. El francés seguro tiene en la mente la marca de sus debuts: el gol.

Tras el gol vistoso en la Supercopa, Marco demostró que no había casualidad en su clase para definir. Debutó en la Liga en Anoeta ante la Real Sociedad y en el segundo tiempo puso el 2-0: controló un balón largo enviado por Varane y lo golpeó suavemente por encima del arquero. Golazo.

La presentación en Champions League ocurrió frente al Legia Varsovia en octubre; el gol fue menos espectacular que los anteriores, pero no perdió esa determinación que empezó a caracterizarlo en sus estrenos. Una semana más tarde lo hizo en la Copa del Rey, esta vez fueron dos ante Cultural Leonesa, arropado por un equipo alternativo. Tiene pendiente el Mundial de Clubes para sumarlo a la lista.

Zidane lo ha guiado con calma, saliendo del banquillo. Tiene apenas 21 años y ahora, la presión mediática del ídolo que todos esperan hallar en él. El miércoles, luego del par de goles que sacudieron al Barcelona y con Cristiano Ronaldo de espectador en el palco, Asensio fue asociado con la sucesión del referente. Los elogios de la prensa y la afición son nada comparados con la responsabilidad que Vicente Del Bosque, extécnico de La Roja, puso sobre él en una frase: “es el mayor talento que hay en el futbol español”. Marco fue líder del equipo Sub-19 que ganó la Eurocopa en 2015 y ansía un lugar en el Mundial de Rusia.

Barcelona perdió la partida en 2014. Asensio se les escapó de las manos. “Cuando cambiaron de opinión después de tres meses, era muy tarde. La oferta del Real Madrid por Asensio fue 20 veces mejor que la del Barcelona en todos los aspectos, en lo futbolístico y en lo financiero”, dijo Horacio Gaggioli, representante del jugador, quien lo miró asombrado desde que jugaba a los 9 años.