La última vez que nos registramos en el Bunyadi de Londres, que es anticelulares y prodesnudez, un impresionante número de 5,000 comensales estaban en la lista de espera para los boletos.
Eso fue hace una semana, hoy, el número ha incrementado a más de 27,000 y sigue creciendo. Parecería que muchos londinenses están escapando de la modernidad y buscan sumergirse en las promesas de Bunyadi, de un “mundo como Pangea, libre de teléfonos, luces eléctricas e incluso libre de ropa”.
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Pero el número actual de miles de clientes potenciales no se traduce directamente a comensales desnudos. El restaurante se dividirá en dos áreas separadas “vestidos” y “puros”, estos últimos serán comensales utilizando túnicas que podrán quitarse en cualquier momento de la comida y que son lo suficientemente largas para cubrir sus asientos y evitar cualquier problema higiénico.
Quienes se anotaron en la lista con la esperanza de ver el cuerpecito de alguno de los clientes desnudos, quedarán decepcionados. Cada mesa del lugar estará separada por bambúes e iluminada con velas tenues. Así que cuidado, pervertidos, porque el énfasis recae solamente en la comida.
Los comensales podrán comer comida a la parrilla preparada sin químicos, colores artificiales, ni electricidad y servida en cazuelas de barro, hechas a mano con cubiertos comestibles.
Solo para poner en perspectiva la expectativa creada por Bunyadi, 27,000 fue el número de personas en la lista de espera para increíblemente popular apertura australiana de Noma.