Estos soldados españoles entrenan como terroristas, paramilitares y narcotraficantes

Cuando hace seis meses trabajaba empotrado con la Legión en el campo de maniobras del San Gregorio, en Zaragoza, no tardé mucho en darme cuenta de cómo los soldados se ponían nerviosos al paso de camionetas Nissan Navara blancas sin distintivos militares ocupadas por personas sin rangos ni uniformes, “¡son la Compañía Enemigo!”, decían, la OPFOR (las siglas en inglés de Opposition Force) del Ejército Español, que es a su vez la unidad más desconocida fuera del Ejército de Tierra.

Su trabajo es dar apoyo a la formación desarrollando el papel de enemigo, asimétrico (guerrillas, narcos, terroristas…) o convencional (lo que vendría a ser un ejercito al uso). Poseen carros de combate Leopard o TOA cuando simulan que son el enemigo de algún país imaginario con los medios que todos pensamos que tendría un ejército moderno. Pero lo que llamó mi atención por mi experiencia en zonas de conflictos fue, ¿cómo trabajaría esta unidad como enemigo asimétrico? Ese enemigo que se enfrenta en menor número y con menores recursos a un ejército convencional.

MIRA:

En mis distintas coberturas de los últimos años, viendo el devenir de los conflictos en Oriente Medio o la paramilitarización del narcotráfico en América Latina, entendí que tenía todo el sentido tener una unidad que hicieran de "chicos malos”, alguien que no combate con las reglas que un militar aprende en la academia ni se basa en los patrones psicológicos y antropológicos con los que un oficial se enfrenta en el campo de batalla.

Esta unidad es la OPFOR, una unidad tan desconocida como especializada, está compuesta por miembros que provienen de distintas unidades: acorazada, aerotransportada, montaña, incluso hay algún miembro que perteneció al mando de operaciones especiales. Son una compañía que no alcanza los 60 componentes; en ejercicios de formación ni un tercio de ese número llega a desplegarse.

Al igual que una insurgencia real son expertos en la fabricación casera de artefactos explosivos improvisados, emboscadas, secuestros, guerrilleo o combate urbano, entre otras. Esta unidad posee los conocimientos tácticos convencionales de las unidades que sirvieron durante años por lo que saben interpretar cómo trabajaran las que tienen apoyar en la formación haciendo de enemigos, además deben tener un rol teatral para establecer las escenografías que las unidades les requieren y lo más importante estudiar como la insurgencia actuaría, sin basarse en un manual. Muchos de los miembros de la OPFOR tienen experiencia en misiones internacionales, experiencia que aplican en los ejercicios.

La insurgencia cuando opera en casa siempre ocasiona bajas a cualquier tipo de ejército convencional, de la misma manera que un soldado en operaciones se enfrenta a la tensión de una misión, conforme se conozcan los planes de formación de esta unidad, los soldados de maniobras desplegados en San Gregorio sabrán que se enfrentarán al día más difícil de su servicio militar frente a la Compañía Enemigo, lo que les acercará más aun al estado psicológico al que se enfrentarían en una misión.

Como dice el Sargento Primero Gómez, veterano de la unidad y con la templanza en su tono de voz de cientos de escaramuzas, “entrena como combates y combate como entrenas”, la OPFOR es el último escalón antes de la cruda realidad.