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El dueño de este puesto de helados odia tanto a los ‘influencers’ que les cobra el doble

Joe Nicchi, propietario de CVT Soft Serve, en Los Ángeles, implantó esta política después de recibir una propuesta para servir en un evento de 300 personas a cambio de “visibilización”.
Helados en fotos de influencers el dueño cobra el doble
Foto de Getty Images

Bastante difícil es ya tener que pasar de largo por las fotos de algún autodenominado influencer en tu cuenta de Instagram o evitar poner los ojos en blanco cuando ves a esa persona intentando parecer pensativa mientras finge estar comprando en Kohl o un sitio similar. Imaginaos lo insoportable que debe de ser tener que tratar con ellos a nivel comercial, tener que leer cantidad de emails en los que te piden cosas gratis a cambio de una @ en redes sociales o una mención de dos segundos en sus Stories de Instagram.

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Joe Nicchi sabe muy bien lo que es. Al menos una vez a la semana, algún jeta que se cree alguien porque tiene un número de seguidores de cuatro o cinco dígitos en redes sociales le escribe para pedirle un cucurucho ⎯o muchos⎯ gratis de su famoso puesto de helados de Los Ángeles. A veces, Joe ha contestado a esos emails con respuestas, digamos, creativas (“ Antes me voy de vacaciones a Corea del Norte” o “ Antes la meto en un avispero” son algunas de ellas), pero la semana pasada su paciencia llegó al límite.

“El jueves pasado, me pidieron que sirviera en una fiesta de fin de semana para 300 personas a cambio de esa palabra que tanto les gusta usar: ‘visibilidad’”, nos explicó Nicchi. “No puedo hacer eso. No trabajo gratis”.

Nicchi hizo un cartel (“como medio en broma”) que decía, con letras en negrita, LOS INFLUENCERS PAGAN EL DOBLE y lo colgó en su puesto mientras estaba trabajando en el Melrose Trading Post. También subió la foto en la cuenta de Instagram de CVT. “En serio, nos da igual que seas influencer o cuántos seguidores tengas”, escribió. “Nunca vamos a darte un helado gratis a cambio de una publicación en tus redes sociales. El producto vale 4 dólares… bien, pues ahora para ti serán 8”. Y como colofón puso la etiqueta #InfluencersAreGross.

La foto de Nicchi y su cartel llegó a Reddit y no tardó en aparecer en su página principal. “Creedme cuando os digo que soy consciente de la ironía de estar burlándome de los influencers y luego tener tanta atención en redes sociales por influir en no influencers”, dijo. “Sé que es irónico y lo pillo”.

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Por otro lado, no sorprende que tanta gente pida a Nicchi helados gratis. Fundó CVT Soft Serve ⎯las siglas corresponden a los tres sabores disponibles: chocolate, vainilla y twirl⎯ en 2014, y ese mismo año recibió el premio al mejor food truck de Los Ángeles. Nicchi tal vez sea, también, el único heladero que aparece mencionado en Rolling Stone (por ser el anfitrión de un encuentro de fans de Bill Murray al que el propio actor acudió).

“Celebramos muchos eventos de este tipo los fines de semana, y no quiero parecer un capullo, pero se forman largas colas en nuestro puesto”, dijo. “Es evidente que somos populares, pero me han venido muchos jóvenes diciendo que no se explican que solo tengamos 5000 seguidores. ¿Qué importa eso? La gente hace cola para comprarme un helado. Si Instagram desapareciera mañana, yo seguiría existiendo. No le veo ningún sentido a que la gente esté tan preocupada con esa cifra”.

Nicchi también se muestra escéptico respecto a cómo los llamados influencers han obtenido esos números de seguidores. “Cualquiera puede comprar un seguidor, me gustas o comentarios”, dijo. “Conozco a gente que lo ha hecho y es muy loco. ¿Por qué se les da tanta importancia? Si mañana tú o yo conseguimos 50 000 seguidores pagando 20 dólares a una empresa de bots, no le veo ningún sentido al asunto”.

Tal vez tenga toda la razón en eso. El pasado marzo, la empresa de marketing de redes sociales Hypetap analizó las cuentas de Instagram de cientos de influencers australianos y calculó que más del 13 por ciento de esos usuarios habían comprado "más del 20 por ciento" de sus seguidores.

Así que, si te consideras influencer, lo mejor es que te abstengas de enviarle mails a Nicchi. Y si vas a su puesto en persona, mejor que no menciones la palabrita cuando le pidas un helado. “Durante los 30 primeros segundos, me dicen, ‘Hey, no sé si me sigues o no’, y a continuación me dan su nombre en Instagram y sueltan, ‘Si me quieres regalar un cucurucho, lo subo a mis Stories’”, explica Nicchi. Y yo pienso, Pero ¿estás mal de la cabeza? Estamos hablando de un helado de 4 dólares”.

Bueno, para ellos es de 8 dólares.

Este artículo se publicó originalmente en VICE US.