Imagen vía Vassil Donev/EPA
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Estos caballos, al igual que los hombres que los entrenan, siguen aprendiendo a vivir tras las rejas.
Los prisioneros que participan en el programa entrenan caballos de la raza Mustang, que eventualmente pasarán a formar parte de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, sirviendo a los agentes como un medio de transporte poco costoso y ágil, mientras que brindan terapia y dan aliento a los reclusos.Brian Tierce —de 49 años y una condena de 7 años por cargos de violencia doméstica y agresión— dice que los caballos le han enseñado "muchas cosas que no creía tener, como paciencia, perseverancia, gentileza y comprensión"."Tengo que comprometerme con lo que hago, de otra forma nunca podría completar el trabajo", expresa Tierce.Al menos un 80 por ciento de los equinos que están en los establos de la Policía Fronteriza se han graduado de los programas de entrenamiento en Arizona, Colorado, Kansas y Nevada. Los caballos son cruciales para andar entre los largos y accidentados caminos de la frontera mexicana.Además, pagar un precio que oscila entre 500 y 800 dólares por un caballo domesticado, resulta bastante justo para las autoridades fronterizas.
Se estima que hay cerca de 55.000 caballos Mustang libres en la zona oeste de Estados Unidos, explicó Jason Lutterman, vocero de la Oficina de Gestión del Territorio del país. Aquellos animales que no terminan en los programas de adopción enfrentan un destino incierto.Así es trabajar rescatando guacamayos, tortugas y otros animales exóticos en España. Leer más aquí.
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Helm, de 62 años, enseña a los reclusos a no someter a los caballos, sino a adiestrarlos. El método consiste en ir aumentando el número de órdenes y recompensar a los caballos por su buen comportamiento. Cualquier abuso o maltrato hacia los caballos significa la expulsión inmediata del programa."Se trata más de trabajar con los prisioneros que con los caballos", detalló Rick Kline de 32 años, quien ha cumplido ya cinco de los siete años de condena que le fueron dados por robo de autos. "Es una nueva manera de aprender a calmar nuestra ira".'Es una nueva manera de aprender a calmar nuestra ira'.
Kline espera poder aplicar esa misma calma cuando salga de prisión y se encuentre con sus dos hijos.
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Las adopciones de caballos por parte de la Patrulla Fronteriza son de suma importancia para actuar ante la creciente población de caballos Mustang en el país. Una ley federal aprobada en 1971 puso a la Oficina de Gestión del Territorio a cargo de las poblaciones de caballos y burros en la parte oeste del país, tanto para asegurar el bienestar de los animales, como que la vegetación y fuentes de agua no resultaran dañadas.Este 'médico de guerra' reconstruye cráneos humanos con huesos de animales. Leer más aquí.
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Hoy en día, la Patrulla Fronteriza es quien más caballos adopta del programa de adiestramiento en prisión.Con ayuda de los caballos, los agentes pueden recorrer tramos sinuosos que los vehículos no pueden. Los equinos no temen cruzar suelo escarpado y rocoso."De verdad se siente como si fuera el viejo oeste cuando patrullamos", expresó Bobby Stine, supervisor de la Unidad de Patrulla a Caballo de San Diego. "No hay mucha presencia policial además de nosotros".La unidad de San Diego cuenta con 28 caballos, mientras que la unidad en Tucson tiene más de 130. Entre 2014 y 2015, 15 caballos entrenados fueron adoptados de la prisión de Florence.Algunas veces, el trabajo de los reclusos resulta algo irónico, ya que algunos son mexicanos detenidos por crímenes de droga. Pero a estos hombres no les importa, ellos están felices de que los caballos ya no sufran sed y hambre.Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs'Siento que es algo que necesito'.