FYI.

This story is over 5 years old.

Drogas

Las peores cosas que ha subido la gente a sus stories de Instagram

“Subí un vídeo de mí con una bolsa de coca en la boca y escribí, ‘Let it snow! Let it snow!’”
Daisy Jones
London, GB
Izquierda: VICE; Derecha: US Library of Congress/dominio público vía

 

Si, de adolescente, me hubieran preguntado qué haría a los 25 años, seguramente habría dicho que, con suerte, tendría un trabajo con el que ganar dinero suficiente como para vivir en Londres y quizá permitirme comprar una nevera de estilo retro. Lo que jamás me habría imaginado es que, además de mi vida “real”, tendría otra vida virtual a la que mucha gente se engancharía, una vida que se desarrollaría en los confines de nuestros teléfonos móviles y que implica subir una retahíla constante de vídeos para el disfrute de los seguidores que nos observan, y a los que observaremos observarnos y que a su vez observarán cómo les observamos mientras nos observan. Como si fuera un reality show personal y continuo en el que somos los únicos concursantes. Hablo de las stories de Instagram.

Publicidad

Si tienes entre veintitantos y treinta y tantos años —es decir, eres demasiado mayor para Snapchat y demasiado aburrida para Twitter—, es muy probable que publiques stories en Instagram regularmente. Y como es tan fácil y rápido subirlas, también es muy probable que hayas publicado stories más que cuestionables mientras estabas de juerga y luego has tenido que borrarlas a las siete de la mañana, tras despertar entre sudores fríos al darte cuenta de que Pablo, el compañero del trabajo —que por alguna razón es siempre el primero en ver tus stories—, te ha visto lamer ketamina de un póster de Almost Famous “hace 3 horas”, con lo cual ahora tu puesto de trabajo corre peligro.

Yo todavía no he llegado a tanto, pero una vez sí que subí siete vídeos consecutivos en los que salía fumándome un porro mientras movía la cabeza como si me hubiera roto el cuello al ritmo de “Wild Thoughts”. Todavía no he superado la vergüenza.

Bueno, el caso es que, como creo que se trata de un fenómeno nuevo que aún no se ha analizado en detalle, decidí contactar con varias personas para que me contaran qué había sido lo peor que habían subido a Instagram. Obviamente, todos los entrevistados quisieron guardar el anonimato.

Esme, 21 años

Una vez, durante una fiesta de Navidad, publiqué un vídeo en el que salía con una bolsita de coca en la boca y escribí “Let it snow! Let it snow!”. No tengo filtro, y siempre me confundo y me creo que es mi cuenta falsa de Instagram en lugar de la principal. El vídeo estuvo colgado como unas siete horas y nadie dijo nada. Creo que al final mi amiga me avisó antes de que yo misma me diera cuenta a la mañana siguiente.

Publicidad

Georgina, 24 años

Vi que mi ex estaba mirando mis stories, así que en otras publicaciones le puse que se fuera a la mierda, que dejara de mirarlas y que tenía la polla pequeña, añadiendo su nombre completo. Dejé el vídeo subido todo el día. Me daba igual porque el tío era mala persona y abusaba de mí emocionalmente. Lo odiaba. Creo que todas mis amigas lo odiaban, por la cantidad de “YAAAASSS” que recibí en mensajes privados. Después de eso, el tío dejó de mirar mis stories.

Jake, 26 años

Unos amigos y yo tomamos MDMA y fuimos a un cementerio que hay cerca de mi casa. Se me ocurrió la brillante idea de subir a las stories un monólogo en el que hablaba sinceramente sobre “romper las barreras que hay entre nosotros” y reivindicaba que “la gente debería quedar más conmigo porque soy buen tío”. Luego subí otros vídeos en los que salía tumbado, bocabajo, encima de una tumba. Los borré varias horas después, no sin antes haber cosechado unos cuantos emojis riéndose en mi buzón. Mis colegas todavía se meten conmigo por la frase esa de “soy buen tío”.

Alice, 23 años

Una vez subí un vídeo de una tenia moviéndose en la taza del váter. Tengo la sospecha de que llegó ahí procedente de los intestinos de mi compañera de piso.

Paige, 20 años

Alguien me grabó una vez que estaba muy, muy borracha y cantando a gritos “Bitch Better Have My Money” en un karaoke y decidí subir el vídeo. Estaba demasiado mal como para pararme a pensar si era buena idea y no me di cuenta de que justo en el trozo que publiqué salía diciendo la palabra nigga, lo cual, obviamente, es problemático. A la mañana siguiente, tenía varios mensajes de amigos bienintencionados diciendo “Eeeh, ¿hola?” y enseguida quité el vídeo y me disculpé.

Kaya, 25 años

Lo peor que he publicado fue un vídeo en el que salía meando en un vaso de pinta de cerveza en el bar queer Vogue Fabrics. Parte del pis se derramó, así que también tiré lo que quedaba en el vaso. Mi hermana lo vio y al final lo quité porque me di cuenta de que si no, no encontraría trabajo.

AJ, 28 años

Mi amigo me retó a publicar una foto desnudo frente al espejo. Lo hice solo por las risas y porque no se creía que fuera capaz. Estuvo publicada una hora hasta que tuve que retirarla. La verdad es que salía muy bien en la foto, pero la vio mi tía y la verdad es que me sentía un poco incómodo.

Sigue a Daisy Jones en @daisythejones.

Este artículo se publicó originalmente en VICE UK.