Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.
Si han visto Narcos de Netflix, saben cómo fue el final de la vida de Pablo Escobar: huyendo, su mundo derrumbándose, antes de que le dispararan en una azotea. Un hecho menos conocido —y para nada explorado en la serie— es que, años antes, un equipo de soldados británicos contratados por los rivales de Escobar, el Cártel de Cali, llevó a cabo un intento de asesinato contra el capo.
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En 1989, el exsoldado del Servicio Aéreo Especial del ejército británico, Peter McAleese, fue contratado para dirigir la operación. Él y su equipo de 12 hombres se instalaron en la jungla colombiana para un entrenamiento de 11 semanas, con el objetivo final de atacar la infame Hacienda Nápoles de Escobar. A pesar de que su presencia había sido revelada —el entonces primer ministro John Major dio una entrevista al respecto en la televisión británica—, el intento de asesinato se llevó a cabo según lo planeado, pero no terminó como esperaban.
A continuación, McAleese habla sobre la misión y un nuevo documental sobre su historia, Killing Escobar (Matar a Escobar).
VICE: ¿Tuviste dudas cuando te pidieron que encabezaras el equipo para asesinar a Pablo? ¿Sabías de su reputación extrema para la violencia?
Peter McAleese: No tuve duda alguna. El desafío fue una gran atracción. Me emocioné cuando descubrí de quién se trataba. Cada misión que aceptas, quieres que sea un desafío mayor que el anterior y la reputación de Pablo lo precedía. Estábamos acostumbrados a responder con rapidez y nunca teníamos mucho tiempo para entrenar para un trabajo, así que estábamos preparados para el desafío. La mayor parte del equipo había trabajado conmigo antes, así que sabíamos cómo operar juntos. Pero también sabíamos que, si Pablo nos hubiera descubierto, habríamos experimentado muertes terribles.
¿Hubieras aceptado cualquier misión de asesinato en ese momento si el dinero hubiera sido el indicado? ¿O lo hiciste porque se trataba específicamente de Pablo?
Como cualquier persona que hace un trabajo, necesitamos que nos paguen por lo que hacemos. Pero el dinero no es el factor que más me motiva, se trata del desafío y la aventura. Seamos realistas: ¿cuántas personas conoces que hayan sido invitadas a asesinar a Pablo Escobar?
¿Cuáles fueron tus primeras impresiones del Cártel de Cali? ¿Confiaste en ellos?
Eran muy profesionales. Colombia estaba en un gran lío en ese momento, así que esa actitud realmente destacó para mí. En el fondo sabía que tenían una estrategia para crear un conflicto entre las bandas de narcotraficantes. Nunca nos lo confirmaron, pero es lo que sospechaba. Confié en ellos tanto como pude, en la medida en que puedes confiar en alguien cuando estás en esa situación. Si estábamos frustrados o necesitábamos algo, podíamos enviarles un mensaje y ellos respetaban su parte del trato.
¿Qué cualidades poseías que hicieron que te consideraran para dirigir al equipo?
Me pidieron que dirigiera el equipo porque Dave Tomkins [quien negoció el trato] sabía que yo tenía la experiencia adecuada, el conjunto indicado de habilidades y el entrenamiento correcto. Él sabía que yo podía hacer que los hombres me siguieran y que podía formar un gran equipo.
Cuando se filtró a la prensa la historia de tu estadía en Colombia, ¿cuáles fueron tus pensamientos y sentimientos al respecto? ¿Consideraste rendirte?
No. Ya estábamos ahí afuera, estábamos en el meollo de la situación y todo estaba en proceso. Estaba comprometido. Por supuesto que iba a continuar. Tampoco quería que me etiquetaran. Hay un gran elemento de orgullo en términos de llevar a cabo una misión.
El día del intento de asesinato, cuando obtuvo el visto bueno, ¿puedes describir lo que estabas pensando y sintiendo? ¿Qué pasó por tu cabeza?
Me desperté pensando: ‘El día ha llegado, esto es por lo que estamos aquí’. Teníamos la determinación y el ímpetu para hacer el trabajo. Fue un momento emocionante, para el que habíamos entrenado durante las últimas 11 semanas. Estaba seguro de que íbamos a tener éxito. Quería tener éxito; así es como soy. Sabíamos que lo habíamos planeado bien y todos sabían lo que estaban haciendo y de qué eran responsables. Teníamos cohesión y fortaleza y estábamos listos.
¿Cuál hubiera sido tu labor específicamente durante el intento de asesinato?
Yo era el comandante general en términos militares. Dirigía el entrenamiento y supervisaba cómo trabajaba junto el equipo. Realizábamos coreografías del asalto en sí. Entonces, por ejemplo, cuando me encontraba en el helicóptero, podía ver desde arriba a los hombres en el suelo. Tenían cuadrados amarillos en sus sombreros, así que podía ver exactamente dónde estaban. Yo estaba ahí arriba dándoles órdenes, dirigiéndolos, y si podía ver que estaban a punto de meterse en problemas, bajaba con las armas listas.
Si todo hubiera ido según lo planeado, de manera realista, ¿cuántos miembros del equipo hubieras esperado perder?
Ninguno. Nunca esperas perder a ningún hombre; no es parte del plan. Todos trabajaban en parejas, cubriéndose unos a otros. El plan era bombardear sitios clave. Hubiéramos garantizado la seguridad de las mujeres y niños; simplemente queríamos atrapar a los bandidos. La gente se pregunta cómo un grupo pequeño como nosotros podría haberlo logrado, pero siempre que tengas las piezas adecuadas y el equipo indicado, puedes lograr cualquier cosa. Somos soldados profesionales. Sabíamos exactamente lo que estábamos haciendo.
En el documental, uno de los hombres de Pablo dice que con mucho gusto hubieran muerto por él. ¿Te hizo reconsiderar tus posibilidades de cumplir exitosamente la misión?
Para nada. Es muy fácil para alguien decirlo, pero es algo completamente diferente cumplir tu palabra y realmente morir por ellos. Sin embargo, Pablo había hecho mucho por esa área. Tenía muy buena reputación local, simplemente no pudo evitar asesinar a la oposición. Se trataba de infundir respeto a través del miedo. Cuando volví a Reino Unido, me habría subido a un avión y habría regresado de inmediato para llevar a cabo la misión otra vez, si hubiera tenido la oportunidad.
Tu helicóptero se estrelló durante la misión, lo que se interpuso un poco en tus planes. ¿Puedes explicar lo que pasó por tu cabeza cuando te quedaste varado en la jungla?
Volar por la jungla de cabeza fue emocionante, pero una vez que llegamos al suelo, todo fue cuestión de intentar sobrevivir. Fui muy afortunado, ya que había tomado un par de cursos de supervivencia en combate cuando estaba en el ejército británico y ese entrenamiento se me quedó grabado. Sabía lo importante que era permanecer en el helicóptero hasta que las aspas dejaran de girar; si sales cuando todavía están moviéndose, podrías quedar decapitado. Entonces le dije eso al equipo. Una de las aspas atravesó la cabina, yo pude esquivarla pero golpeó al piloto. Tuve mucha suerte. No tenía reloj, así que me quedé allí tratando de fijarme en la luz, calculando cuánto tiempo había estado allí. Tenía mucho en qué pensar: cómo evitar la hipotermia, cómo evitar el hambre y cuánto tiempo pasaría antes de que me rescataran. Mi entrenamiento definitivamente entró en acción.
Mirando hacia atrás, ¿estás agradecido de alguna manera de que el helicóptero se estrellara?
No, en absoluto. Me hubiera encantado haber cumplido con la misión. Pero me hizo evaluar la situación. Cuando crees que puedes morir, pones las cosas en perspectiva, te hace pensar en las cosas que has hecho y en cómo viviste tu vida. Además, cómo han sido tus relaciones. Me hizo reflexionar sobre cómo pude haber sido un mejor esposo y un mejor padre. Lo intenté como padre, pero sé que fui muy agresivo. Todas estas cosas pasaron por mi mente cuando pensé que estaba cara a cara con la muerte.
El documental sugiere que, como resultado del fallido intento de asesinato, los hombres de Pablo salieron de cacería para matar a los forasteros de la zona. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Es algo que te produce culpa o remordimiento?
Los hombres de Pablo eran bastante capaces de hacer eso. No quieres que la gente muera —por supuesto que no—, pero Pablo los habría mandado asesinar por otra razón, si no era por ese motivo. Así ocurrió. Yo no maté a ninguno de los que murieron por sus instrucciones, él es el culpable.
¿Qué aprendiste sobre ti mismo haciendo este documental? Parece que relacionaste muchos de tus problemas con tu infancia y tu padre. ¿Cómo fue ese proceso?
Salió a la superficie después de la misión contra Escobar. Había sido soldado toda mi vida y después tuve un momento de reflexión masiva. Mi relación con mi padre fue difícil, pero él no sabía como comportarse mejor. Era de esa generación. Creía en dar una paliza primero y hacer preguntas después. Aprendí una lección muy importante de mi padre: nunca tratar así a mis hijos. En términos de mi vida, creo que éramos tipos normales que nos metimos en situaciones extremadamente difíciles. Pero sí, he aprendido mucho durante el proceso.
Killing Escobar tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Glasgow el 10 de marzo.